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Contacto en México: Porsche Cayenne (2023)

Viajamos a Yucatán para manejar el restyling de la tercera generación de la célebre SUV de Porsche. Opina Orly Cristófalo.

contacto en méxico: porsche cayenne (2023)

Desde Mérida (México) – Ser parte del equipo de Motor1 Argentina tiene muchas cosas buenas. Pero, sin dudas, una de las mejores es poder manejar vehículos diferentes en distintos países y terrenos casi todas las semanas. Algunas veces, el cambio de escenografía es de unos pocos cientos de kilómetros y -en otras ocasiones- hay hasta un hemisferio de distancia. Cuando C.C. me dijo que existía la posibilidad de viajar a México para probar el restyling de la generación de Porsche Cayenne, pensé: “Siempre lo bueno se puede mejorar”.

Como nos comentaron en la presentación de producto, se trata de la Generación 3.2 de la Cayenne, ya que es una evolución de la tercera generación presentada en 2017 (leer crítica). La cuarta generación será la que ya se está anunciando para mediados de esta década, que tendrá versiones 100% eléctricas (leer informe).

La renovada Cayenne (2023) ya está a la venta en la Argentina (ver equipamiento y precios) y ahora tuve la oportunidad de manejarla en México sobre un mix de terrenos que incluyeron autopista, pequeños pueblitos de la península de Yucatán y un poco de off-road en el mismísimo Uxmal (no, entre las ruinas no, pero sí muy cerquita de las pirámides).

Un detalle que notarán en la crítica es que hay fotos de diversas Cayenne que fueron parte de la caravana. Bueno, a veces no es fácil hacer parar a un grupo de 10 vehículos para tomar una foto, con lo cual nos vamos arreglando en el camino. La crítica no tan convencional se reproduce a continuación.

POR FUERA

La mayor cantidad de cambios, se podría decir, son externos. Las tomas de aire de la trompa son más grandes y la altura del capot está 24 mm más alta que en la versión anterior. Diferentes líneas y volúmenes hacen que parezca mucho más ancha y grande que antes. Además, los faros ahora son Matrix LED HD, una tecnología que pone 16.000 leds por faro, que a su vez pueden tener una intensidad variable en 1.024 tonos. Todo esto sumado a radares y sensores, hacen que la iluminación sea más inteligente que nunca, incluso anticipando nuestras maniobras e iluminando sectores del camino antes de que lleguemos a ellos. No tuvimos la oportunidad de manejar de noche, pero lo que se ve en videos es increíble (ver abajo).

De perfil se mantienen las dos versiones de carrocería: Cayenne y Cayenne Coupé. Si tomamos como base la primera generación de esta SUV de Porsche, los cambios son muy grandes, estilizando la línea, y sumando agresividad en el diseño. Personalmente me cautiva la versión Coupé, con el ángulo de la luneta trasera bien pronunciado. Aunque vuelvo a mirar la Cayenne “normal” y me gusta cómo termina el techo que se transforma en spoiler para acabar en la luneta trasera. Sepan disculpar, no puedo decidirme. Los neumáticos y llantas varían según versiones y pedidos de los clientes, y pueden ser de 20, 21 o 22 pulgadas. No hay un “de serie”. Todo se puede modificar a gusto y variar. Algunos items no agregan costo, muchos otros sí, pero tu Porsche puede ser como tu huella dactilar: único, tal como lo explicaba Roberto Solares en esta nota.

Otro elemento que varía es el color de la pinza de frenos. Si son rojas, la versión es Sport. ¿Amarillas? Frenos compuestos de cerámica. ¿Titanio? Exclusiva para Cayenne S. El negro queda para las versiones normales.

En la parte trasera cambian las luces y los logos. Ya la palabra Porsche no viene dentro de la tira reflectiva. En lo que hace a las medidas el Cayenne mide 4.930mm de largo, 1.982mm de ancho y 1.698mm de alto. Para la versión Coupe se mantiene el largo pero el ancho gana un milímetro y el alto queda en 1.678mm. El despeje al suelo es variable y en su máximo la carrocería queda a 212mm del piso en las dos opciones de carrocería. La capacidad de vadeo es de 500mm para ambas versiones. En orden de marcha de la Cayenne normal, hablamos de unos 2.130 kilos dependiendo el equipamiento elegido por el dueño. La versión Coupe es más pesada llegando a los 2.265 kilos. Si les parece mucho hay opciones de paquetes deportivos que alivianan el peso, pudiendo bajar hasta 33 kilos.

POR DENTRO

Bienvenidos al living de la casa que siempre soñaron: espacioso, cómodo y deportivo. Bastante ha cambiado, pero la gran novedad es la posibilidad de contar con tres pantallas. ¿Cómo? Sí, tres pantallas: una para el tablero de instrumentos, otra para el módulo multimedia de la consola central y una tercera justo sobre la guantera, frente al acompañante. Las unidades probadas no las tenían, pero funcionan como centro de entretenimiento para el copiloto y tienen un sistema “Total Black”, que impide que el conductor se distraiga viendo lo que pasa allí. Es por eso que esa tercera pantalla no sólo es compatible con Android y IOS, sino que también puede reproducir fotos y videos aún mientras circulamos.

Las butacas son regulables eléctricamente y tapizadas en cuero en las versiones probadas, pero siempre recordemos que hay muchas opciones disponibles para jugar en el Porsche Car Configurator, que está en la web del representante en Argentina (ver configurador). Los que vienen prefijados son de cuero con 14 vías de regulación y memoria.

El tablero de instrumentos es 100% digital, con diferentes configuraciones y posibilidades. Es práctico de entender y personalizar. El volante, revestido en cuero, no sólo cuenta con las típicas teclas para volumen, selector de radio, control crucero, sino que también incorpora la ruedita para seleccionar los modos de manejo.

En las plazas traseras el confort está asegurado. Muy buen espacio para las piernas, dos adultos viajan más que cómodos y comandos para la climatización digitales y bizona, que se complementan con salidas adicionales en los parantes centrales.

El baúl tiene buenas dimensiones, ya que puede llegar a tener hasta 772 litros de capacidad, mientras que la versión Coupé llega a los 592 litros. El tanque de combustible es de 75 litros.

SEGURIDAD

La versión actual de Cayenne viene con 7 airbags, incluyendo las rodillas del conductor y de cabeza para ocupantes delanteros y traseros. Contamos con ADAS que van desde alerta de punto ciego hasta alerta de tráfico cruzado en retroceso. Pero creo que el sistema de luces Matrix LED HD es de lo más llamativo. Las luces funcionan en forma inteligente y donde más lo notaremos es en la ruta. Allí varía intensidad y “foco”, de acuerdo a cada necesidad o elementos que vayan apareciendo. Por ejemplo, en una ruta de dos carriles, disminuirá la intensidad del faro izquierdo para no encandilar mientras que mantendrá la intensidad del derecho para que mantengamos el campo de visión. O en caso de que la ruta tenga un desvío la luz se anticipará para ir iluminando el camino hacia donde debemos ir.

No hay crash test realizados sobre esta Generación 3.2, pero sí sobre la 3.0, que obtuvo cinco estrellas en EuroNCAP.

MOTOR Y TRANSMISIÓN

En Mérida y sus alrededores tuvimos la oportunidad de manejar dos motores: el V6 de tres litros sobrealimentado (353 cv y 500 Nm) y la versión S que estrena el renovado V8 turbo de 4 litros (474 cv y 600 Nm). Este V8 reemplaza al V6 de la anterior Cayenne S y le da no sólo mayor potencia, sino también un sonido maravilloso. Pero vamos a las cifras: el Cayenne S gana 50 Nm de par y 34 caballos con respecto al anterior.

Para la versión V6 también hay mejoras con respecto al anterior: se ganaron 13 cv y 50 Nm. Si bien no estaba disponible para probar, ese V6 es el que se asocia a un sistema eléctrico en la versión Hybrid.

En cuanto a la transmisión, todas las versiones comparten la caja automática con convertidor de par de 8 velocidades y tracción permanente en las cuatro ruedas.

COMPORTAMIENTO

Comencé el viaje desde Mérida hacia Uxmal en el asiento del copiloto. Me tocó compartir auto con Irma Cantizzano, periodista de El Salvador. Casi 30 grados a las 9:45 de la mañana no era mi pronóstico favorito, pero a bordo de la Cayenne nos esperaba un climatizador bizona a pleno frío y con botellas de agua fresca para el viaje. En la parte de atrás, una pequeña conservadora con más refrescos y algunas golosinas. Se ve que tenían miedo de que pasáramos hambre.

Salimos de la Hacienda donde nos alojábamos, cruzamos unas angostas calles y tomamos la autopista. Pero enseguida salimos y el camino fue por pequeñas rutas secundarias y atravesando muchos pueblitos. Era genial ver las caras de los lugareños cuando pasaba la caravana de doce Porsche Cayenne, en variedad de colores y carrocerías.

Entre algunos sectores con mal asfalto y pueblos con cunetas y lomos de burro, nos sirvió para comprobar las nuevas suspensiones. El equipamiento de serie es con resortes de acero que incluyen el Porsche Active Suspension Management (PASM), y los amortiguadores ahora tienen dos válvulas que se controlan electrónicamente. O sea, ahora regulan tanto a la compresión como a la expansión, lo que redunda en un mayor confort en todo momento. Opcionalmente se puede equipar con suspensiones neumáticas con dos válvulas y dos cámaras.

A bordo el silencio es total y el equipo de sonido acompaña con calidad y potencia. Como buen copiloto, me encargo de musicalizar, ofrecer algo para picar y también de toquetear la pantalla, buscando y descubriendo funciones. Por ejemplo, Apple Music y Spotify ya vienen como apps nativas. O la variedad de seteos de la carrocería y los modos de manejo que podemos hacer desde allí: dureza de suspensiones, despeje al suelo y mucho más.

El tiempo corre, los kilómetros también y llegamos a Sacalum, un pueblo de unos 3.700 habitantes, con un centro cívico muy pintoresco donde hacemos una parada para estirar las piernas y cambiar de piloto. Aprovechamos para hacer algunas fotos mientras los 35 grados nos pegan en el medio de la cabeza. Sacalum data del Siglo XVI, poco después de la llegada de los españoles y -cuenta la historia- fue fundada por un cura franciscano llamado Juan de Santa María.

Me pongo al volante, ajusto la butaca y el volante para que me queden cómodos (mido 1.85 mientras que Irma debe andar por los 1.65). Volvemos a la caravana. Avanzamos y a los pocos minutos se escucha en el handy a Roberto: “Ahora vamos a salir de este pueblito y hay unos cinco kilómetros de camino de curvas y montaña. Sugerencia: pasen el modo de manejo a Sport o Sport Plus. Y disfruten”. La miro a Irma y le consulto si no le molesta que aceleremos un poco. Entusiasmada, me dice que todo lo contrario, que aproveche para divertirme. Y allá vamos. Giro la rueda del volante a Sport Plus y enseguida noto que el acelerador se pone más rápido de reacciones. El V6 se enciende en modo: “Estoy listo, vos acelerá”. Se vienen las curvas y todo llega más rápido. Las suspensiones y los frenos funcionan a la perfección. No cuesta hilvanar las curvas, ya sea en subida o en bajada. En muchas ocasiones levanto antes de encarar una curva, porque muchas son ciegas y no sé si se cierran de golpe o no: no me gustaría terminar con la Cayenne raspada por tierras mexicanas. La electrónica ayuda, pero la física sigue siendo la física. De repente, una recta. Se acabaron las curvas. Fin del parque de diversiones camuflado como ruta. Vuelvo al modo Normal y aprovecho para jugar. Dejo el acelerador fijo y cambio de modos. El motor gana vueltas con sólo pasar de Normal a Sport y de allí a Sport Plus. De eso se trata, de ponerle picante.

Mientras seguimos rumbo a Uxmal, comentamos con Irma lo sucedido. Anduvimos en modo Sport en una SUV de más de 2 toneladas. ¿Lo mejor? Te olvidás de que es una SUV en cuanto apretás el acelerador y doblás rápido en las curvas. Y todo sentado cómodamente en asientos de cuero y con el climatizador en 18 grados.

Llegamos a Uxmal. Allí tendremos visita guiada y almuerzo. Pero eso se los cuento después. Saltamos hasta el momento del regreso. Nos piden que los que usamos Cayenne nos pasemos a Cayenne S y viceversa. Salgo despedido a buscar una S con sonido a V8. Nos acomodamos y, como todavía soy un caballero, le ofrezco a Irma elegir si quería conducir al principio. Me dice que sí y salimos.

A pocos metros de la zona arqueológica de Uxmal (más de 1.000 años de historia), se encuentra una zona de explotación agrícola. Y hacia allí nos dirigimos. Los mismos descendientes mayas son los encargados de sembrar y cosechar plantaciones de naranjas, pomelos, limones, sandías y varios frutos más. También es una zona de cacao y existe un Museo del Chocolate dentro del predio.

Pero nosotros vinimos a manejar y allá vamos. Dejamos el asfalto y pasamos a una tierra colorada, con muchas piedras de gran tamaño. Nos piden por handy que pasemos a modo Off-Road y modifiquemos el despeje al máximo. Avanzamos tranquilos con la Cayenne copiando el piso sin mayores problemas. Es más, nos duele a nosotros cuando alguna rama fina roza la carrocería. Pasamos un par de vados (llovió anoche), y la tierra colorada se pone patinosa, pero sin mayores inconvenientes para nuestro V8 con PASM y tracción integral.

Luego de subidas y bajadas llegamos a un mirador. Allí descansamos un rato y hacemos fotos y entrevistas en un lugar privilegiado. A lo lejos, asomando por sobre los árboles, se ven las ruinas de la zona arqueológica. Imponentes.

Es hora de seguir, volvemos a meternos en una especie de selva con el camino que sube y baja por un pasillo entre los árboles. Nos recuerdan el setup de off road y máximo despeje, ya que al apagar los vehículos todo vuelve a modo “Normal”. Llegamos al punto de cambio de piloto y seguimos. Otra selva, más piedras, más curvas cerradas y lentas. En este tipo de caminos es donde mejor se entiende el espíritu la Cayenne. Una SUV de altas prestaciones, con la cual podés salir a un offroad tranquilo y divertido. Si bien he visto Cayenne en condiciones extremas, no creo que sea el general del usuario al que apunta a este vehículo.

Volvemos al asfalto, hora de acelerar para sacar el barro y para volver a probar los modos Sport, pero ahora con un V8 empujando. ¿Lo mejor? El sonido: leve pero ronco, que llega de afuera. Incluso invita a bajar la ventanilla para escucharlo con más potencia. Los 600 Nm se sienten en todo momento. La caja automática es una maravilla y estira los cambios hasta donde el modo de manejo se lo indique. ¿Querés 6.000 rpm? Allá vamos. ¿Un poco más, porque el esfuerzo lo amerita? Es un “siga-siga”.

No hubo tiempo ni lugar de medir cifras de consumo y aceleraciones. La data oficial es de 4.7 segundos de 0 a 100 para la versión S, con una máxima de 273 m/h, y un consumo mixto de 12.5 litros cada 100 kilómetros. Para la Cayenne “a secas”, el consumo combinado del V6 es de 10.9 litros cada 100, mientras que acelera de 0 a 100 en 5,7 segundos y llega a los 248 km/h de máxima.

Volvemos a la autopista con tráfico y bajamos velocidades, modo Normal y a crucerear hasta la Hacienda. Es hora de devolver la Cayenne S aunque no querramos.

CONCLUSIÓN

Siempre me pareció un gran producto la Cayenne, aunque con la llegada de la Macan mi corazoncito porschista le hizo un lugar casi de privilegio. La Macan tuve la suerte de manejarla hace unos años en Chile y me pareció genial por tamaño y prestaciones. Pero el talle más grande de la Cayenne, con esta Generación 3.2, me parece tremenda. Ya la versión V6 es impecable, pero la V8 le suma ese plus de potencia y de sonido que es genial. Y todo esto sucede mientras estamos sentados en el living de casa.

Las grandes ciudades quizás no sean el lugar ideal para la Cayenne, pero tampoco le molesta. Su hábitat natural son los espacios grandes: rutas, autopistas, campos, montañas, barro y -por qué no- arena. Tenemos 4×4, electrónica, potencia, y confort. Y todo personalizado a nuestro gusto y discreción. ¿El precio? Es acorde a nuestro mercado y a lo que ofrece. Hay que aceptar nuestra realidad impositiva y económica: desde 209 mil hasta 589 mil dólares (ver todos los precios).

Gracias a la Cayenne por turboalimentar la llama de mi amor por los deportivos y los todo terreno, al mismo tiempo. No es poco.

Texto y fotos: O.C.

Volante con la “ruedita mágica” para seleccionar los modos de conducción.

Nuestro Samsung S22 Ultra antes de “acostarse” para la recarga inalámbrica.

Elizabeth, de Porsche Latinoamérica, dejando todo desde la Cayenne del Staff.

Más fotos en la galería acá abajo.

Galería: Crítica: Porsche Cayenne (2023)

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VIDEO: Porsche Cayenne (2023)

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