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Contacto en Miami: Porsche Taycan Cross Turismo

Es una de las cuatro rurales que aún se venden en Argentina. Leonardo Valente viajó a Estados Unidos para probarla.

contacto en miami: porsche taycan cross turismo

Desde “Maiameee” (Estados Unidos) – La ciudad de Miami se convirtió, tras la pandemia del Covid-19, en uno de los enclaves más ricos de los Estados Unidos. Y de todo el continente americano, también. No es que previamente no abundaran los lujos ni los excesos (hay mucho material fílmico que lo atestigua), pero en los últimos cuatro años se profundizó un movimiento de personas de “patrimonio ultra alto”, que cambiaron la Gran Manzana (New York) y también L.A. (Los Angeles), por el clima templado del Sur de Florida: los atrae l modo de vida de la también llamada “Capital de Latinoamérica”.

Esto, obviamente, se ve reflejado en un parque automotor: todo es exuberante, con vehículos de las mayores especificaciones de cada marca y en todos los colores (el auto, y también el conductor). Cruzarse con un Bentley, una Ferrari, un Rolls-Royce o un Lamborghini es cuestión de esperar al primer semáforo en la zona de Miami Beach. Después de convivir unos días en ese entorno se vuelve muy difícil toparse con algo que supere la sorpresa o el exotismo con el que se convive a diario.

Con la excusa de un viaje a Atlanta con mi socio Agustín a SampleCon (una conferencia de empresas de encuestas, algo así como una VillainCon, pero con otro tipo de villanos), nos dirigimos al Gran País del Norte, no sin antes hacer una parada para reuniones, trámites y bancos en la ciudad, que hoy congrega a artistas, inversores, emprendedores y hasta el deportista más famoso del mundo: Lionel Messi.

Del vínculo previo hace exactamente un año, cuando visité la planta Haru Oni de combustibles sintéticos en Chile (ver nota), había quedado una excelente relación con la gente de Porsche Latinoamérica y el ofrecimiento gentil de probar alguno de los vehículos de la marca en alguna visita a sus oficinas en Florida. La fecha elegida y la disponibilidad hicieron que fuera este Taycan Cross Turismo -en su versión más extrema Turbo S- el modelo indicado para este viaje. El Taycan Cross Turismo es hoy uno de los cuatro autos “familiares” o “rurales” que se venden en la Argentina (ver nota aparte). El restyling (que no es esta versión probada) ya se vende en nuestro mercado con precios entre 419 mil y 561 mil dólares. Las impresiones tras este contacto en Miami se se reproducen a continuación:

POR FUERA

La familia Taycan, a pesar de su exclusividad, fue los autos eléctricos más probado por el afortunado staff de Motor1/InsideEVs Argentina. En los últimos años C.C. tuvo la posibilidad de manejarlos en México (leer crítica), Renato Tarditti hizo un contacto en la Florida (leer crítica) y nuevamente los Hermanos Cristófalo tuvieron la oportunidad de vivir una jornada entera con un 4S en Buenos Aires (leer crítica).

La unidad que probé en Miami pertenece a la misma generación pre-restyling, pero cuenta con la carrocería Cross Turismo, tipo rural. Mi contacto tuvo una extensión de tres días y, en función de las excelentes críticas de expertos en distintas materias que me preceden, trataré de hacer foco en las diferencias y sobre todo en la experiencia de manejo para un uso cotidiano y utilitario.

La primera diferencia, la más obvia, tiene que ver con el formato de carrocería. La “rural” (o shooting brake, para hablar con propiedad) de Taycan implica la promesa de un poco más de espacio interior para cosas, pero en los hechos se traduce en una variante distintiva muy agradable y que juega con las similitudes dentro de la familia Porsche. Sin dudas, el vehículo más parecido de la gama es el Panamera, pero el formato más redondeado y musculoso del Cross Turismo nos genera mayores reminiscencias al superclásico de la marca: el 911.

Obviamente, faltan los escapes, el motor trasero y muchos elementos del más famoso de los Porsches, aunque esta versión Turbo S incorpora algunas aletitas y juguetes aerodinámicos, que la diferencian del resto de la gama. Una aclaración importante: la unidad probada pertenece a la generación pre-restyling, por lo que algunos cambios disponibles localmente no estaban presentes (ver nota de lanzamiento).

Ya se dijo varias veces que es un auto enorme: a esta versión le faltan sólo 26 centímetros para llegar a los cinco metros, lo que lo convierte en un auto difícil de fotografiar. A diferencia de la prueba en Argentina, donde se sumó el color complicado, aquí la variante del uberpresente Gris Nardo (llamado “Dolomite Silver” por Porsche) y los paisajes urbanos de Blue Lagoon y el barrio hípster de Wynwood ayudaron bastante, pero la necesidad de recurrir al gran angular y las proporciones del auto hacen bastante difícil el trabajo de cualquier fotógrafo amateur (como quien escribe).

Más allá de ese tamaño, se mueve como pez en el agua en las calles de una ciudad pensada para el auto: aquí no hay callecitas históricas ni empedrados complicados, es uno más que no se destaca, pero tampoco pasa desapercibido. Miami y Taycan parecen hechos el uno para el otro.

POR DENTRO

Aquí también quiero evitar los puntos en común con las críticas previas, aunque quiero sumarme al tren de los cuestionamientos por el abuso de controles digitales, sobre todo en la climatización -no hay manera de mover a mano los difusores, menos de cerrarlos- y sí elogiar el fantástico techo panorámico electrocrómico, un opcional escogido para esta unidad de pruebas. Se trata de un techo completamente transparente, pero que puede oscurecerse mediante la selección de 12 tramos similares a un LCD, que van transformándolo en traslúcido y disminuyendo la incidencia del sol. Los tramos pueden controlarse en grupos o individualmente, de una manera muy sencilla (más sencilla que cambiar las toberas de aire, diría), en una suerte de revival de las famosas “tablitas” del recordado techo solar del Fiat Stilo. Original y práctico, sin descuidar la rigidez del conjunto.

Completan el panorama del interior las terminaciones del mejor nivel disponible (muy, pero muy por encima de su competidor más notorio, el Model S de Tesla), las numerosas pantallas tanto para conductor y acompañante y el detalle opcional del reloj analógico que domina la escena. También un sistema Head-Up Display muy práctico, y el tablero de instrumentos digital más inspirado de todos los que pude manejar hasta ahora: en vez de horribles tabletas enormes apaisadas y aburridas presentes en muchos alemanes y coreanos (que ya casi es una versión led de “La Rubia Tarada”, de Sumo), aquí nos encontramos con una elegantísima pantalla curvada, elíptica, con un feeling 100% Porsche, superadora del ya excelente tablero mixto del Panamera, su hermano a combustión.

El formato de rural ciertamente amplía la capacidad de almacenamiento trasero (el “frunk” bajo el capot es el mismo y su espacio es casi simbólico, con 82 litros). No se esperen una Rural 504, con lugar para un batallón: a pesar de no contar con neumático de auxilio, la capacidad de baúl llega a 405 litros, que se hacen 1.170 con los asientos traseros plegados (por si hay que llevar algún mueble de la doña, ¿vio?).

El espacio en las plazas traseras es adecuado, pero yo al menos no lo vi enorme. Con los asientos delanteros en posiciones normales nadie debería circular incómodo, y debe quedar claro que a diferencia de otros vehículos del Segmento E (grande), el Taycan no está pensado para el mayor lujo del pasajero trasero, sino para brindar una experiencia emocionante para conductor y acompañante.

SEGURIDAD

Aquí el contacto fue algo extraño. Por supuesto, este Taycan estaba equipado hasta los dientes en términos de seguridad activa y pasiva (todos los controles, ocho airbags), y sumaba adicionales como visión 360 grados, cámara nocturna y control de carril. No supe activar el sistema Innodrive, que suma además control adaptativo de crucero y mantenimiento activo de carril.

En todo caso, la seguridad activa es discreta, y oportuna. En una ocasión, circulando por la costera Avenida Collins de noche, el sistema advirtió la presencia de un repartidor en bicicleta sin luces ni señales reflectivas y me envió inmediatamente no sólo una advertencia háptica, sino que encendió la cámara nocturna y me indicó en el tablero con un cuadrado rojo, cual mira de caza, la presencia del advenedizo ciclista. No se trató de una condición extrema, pero sí de una bienvenida notificación.

EuroNCAP probó al Taycan en 2019 dándole la máxima calificación de cinco estrellas, con 85% en protección de adultos, 83% de niños, 70% de peatones y 73% en lo que hace a asistencias de seguridad.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Aquí no hay variación respecto de la versión que probó C.C. en México (leer crítica). Esta versión Turbo S (donde “Turbo” es sólo la aplicación de una palabra sinónimo de potencia y no un atributo mecánico, podría haber sido “Pantera” o “Tornado”) ofrece a su afortunado conductor 761 caballos de potencia y 1.050 (sí, cuatro dígitos) newton metros de torque, números propios de un vehículo de competición y las cifras más altas en autos de serie probadas por Motor1/InsideEVs Argentina hasta el momento (me subo al podio compartido con “el Jefe”), a través de dos motores de 258 y 503 caballos, vinculados a las ruedas a través de una imperceptible caja de cambios de dos velocidades (ver funcionamiento).

Todo este conjunto se impulsa a partir de la energía almacenada en un pack de baterías de litio bajo el vehículo, con tecnología de 800 volts y 93,4 Kilowatts hora (83,7 disponibles), que puede ser recargado de manera lenta o rápida a través de sendos conectores ubicados en los laterales izquierdo y derecho de la unidad. Transmite su potencia al suelo con enormes ruedas de 20 pulgadas, equipadas con frenos cerámicos de 420 y 410 milímetros (adelante y atrás).

COMPORTAMIENTO

Apenas 2.7 segundos son suficientes para ir de 0 a 100, sin botón “mágico” (que ahora volvió en las versiones Turbo GT) ni modo ludicrous, apretando el pedal en modo Sport Plus (que baja la carrocería y suma un sonido a motor de combustión un poco extraño, pero que sirve como transición para los que se inician en el mundo eléctrico). Sin embargo, quizás el número más electrizante es la elasticidad 80-120: sólo 1.7 segundos.

No se puede explicar con palabras: resulta incluso difícil de cronometrar por lo breve de los tiempos. La recuperación supera hasta los adjetivos: completamente plana, inmediata, instantánea, no tiene ningún sentido ni justificación, es irracional, no tiene más explicación que la intención de una marca fundamental del automovilismo de dejar su firma en una carrera ridícula. Dicho eso: nadie debería perderse la oportunidad de experimentarlo.

Miami se lleva bien con el Taycan, pero no ofrece autobahns donde probarlo a fondo ni espacios donde hacer aceleraciones extremas. Tampoco lo necesitaría: Puede alcanzar los 100 y volver a cero en menos de una cuadra, o pasar de 80 a 120 en una autopista sin violar ningún límite de velocidad ni requerir más que 100 o 150 metros, todo en el mayor silencio y perfección, sin escándalos de gomas quemadas o desperdicio de energía en ruido, una obediencia irrestricta a las Leyes de la Termodinámica.

Casi siempre que pruebo un auto pongo por defecto los modos “Eco” para lograr la mayor eficiencia, sin embargo confieso que en este caso sólo usé el modo “Rango” el último día, para sorprenderme con la búsqueda extrema de la eficiencia (baja las suspensiones como el modo Sport Plus) que se suma a ciertos limitadores -permisivos- de velocidad.

Es un auto absolutamente usable en la diaria: cómodo, confortable, suave, con características que me encantaría tener en cualquier auto, como un Hold automático al apretar el freno bien a fondo. Y una piña de magia a la primera patada al acelerador.

Pero, como les comenté al principio, esta no fue una prueba enfocada exclusivamente en los detalles o la performance: también en la convivencia con un superauto eléctrico, en una superciudad… ¿electrificada? Bueno, sin dudas la disponibilidad de cargadores es más importante que en nuestro país, pero el modelo sigue siendo el mismo de todo el mundo: “Recargá en tu casa y, si necesitás, pasá por un Supercharger”.

A tal efecto, Porsche Latinoamérica acompañó la prueba con un iPhone 14 equipado con software específico, para el máximo disfrute de la experiencia del auto. Por un lado, una aplicación que permite controlar remotamente el vehículo, incluyendo apertura y cierre, localización e incluso inicio programado de la climatización.

Por otro lado, la app de Electrify América que nos dio acceso a una amplia red de cargadores rápidos ubicados en varios suburbios de Miami Dade (no específicamente la zona de Miami Beach). Aprovechamos una visita a un supermercado muy conocido, tras el rastro de los chocolates de un famoso youtuber, y pudimos realizar una recarga en un supercargador de 350KW, potencia no disponible en nuestro país y que aprovecha entre otras cosas, la tensión interna de 800v de la cual Porsche fue pionero.

Se trataba de un estacionamiento con seis bocas de carga, de las cuales cinco estaban disponibles, con una notoria demanda de usuarios: salía uno e ingresaba otro, en su mayoría alemanes o coreanos. Esta demanda se ve reflejada en los sobrecargos que cobra la aplicación si uno no se dirige al auto tras el fin de la aplicación, resultando en un costo extra de 40 centavos de dólar por minuto.

El auto recuperó casi 41Kwh de carga, o un 44% de su capacidad en unos 35 minutos con un costo de 19,20 dólares. Recordemos que el ciclo de carga de las baterías de litio implica que el tramo más rápido (correspondiente a corriente constante) ocurre hasta el 80% aproximadamente, y luego se ralentiza al alcanzarse el voltaje máximo del pack. De todos modos, resultó más que compatible con nuestra escapada de compras.

El único sinsabor de la experiencia fue por supuesto la devolución de la unidad. Tan impecable como la recibimos, y tan acostumbrados como no nos podíamos imaginar a este nivel de movilidad en el pináculo de la industria automotriz.

CONCLUSIÓN

Si no alcanzaron los números para transmitir esta experiencia, vaya como cierre de este contacto una anécdota muy colorida. Tuvimos la oportunidad de parar varias noches en lo de un amigo que reside en una de las Torres Trump, condominios de 45 pisos de altura en el barrio de Sunny Isles, cargado de lujos y con una circulación de unidades propias de Dubai.

La torre, por supuesto, ofrecía un servicio de valet parking, el cual nos dio tranquilidad en el cuidado de la unidad y también este recuerdo: la primera vez que lo pedimos, la chica que daba el servicio de valet me devolvió la llave acompañada de un inconfundible “¡Wow!”. La misma chica que alcanza día tras día los vehículos más exclusivos a dueños e invitados. A mí me puede sorprender cualquier cosa: a ella, no. Pero la comprendo: no tengo dudas de que me devolvió uno de los cinco mejores autos que la plata puede comprar hoy en el mundo. Ahora sí: “¡Basta, chicos!”.

L.V.

Fotos de Agustin Elissondo y L.V.

Galería: Contacto en Miami: Porsche Taycan Cross Turismo Turbo S

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