Hay experiencias que muy pocas personas pueden vivir. Por ejemplo, que un avión espía Lockheed U-2 pase a escasos centímetros del techo de un Alfa Romeo Stelvio en el que viajas a bordo mientras lo persigues por la pista de aterrizaje es una de ellas. El vídeo que ilustra este artículo es la forma en la que más nos podemos acercar la mayoría de los mortales a experimentar algo parecido.
El clip lo compartió Mindy Lindheim en su perfil de Instagram hace solo unos días. En él podemos ver una toma on board del Alfa Romeo Stelvio (prueba) mientras el avión U-2 lo sobrevuela antes de situarse inmediatamente delante, volando a ras del suelo. En el vídeo también se pueden escuchar las indicaciones que da uno de los pasajeros mientras el conductor acelera el motor de cuatro cilindros del SUV de Alfa Romeo hasta las 115 mph (185 km/h).
Un Alfa Romeo Stelvio persigue un avión espía U-2 por la pista de aterrizaje
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Una publicación compartida de Mindy Lindheim | Aircraft Sales (@schmiiindy)
Esto hace que aterrizar con el Loockheed U-2 sea muy complicado, a lo que se suma la poca visibilidad que tiene el piloto. La única forma de aterrizar con este avión es deteniéndose y dejando que caiga del cielo, aunque desde una altura muy elevada para evitar que provoque daños en el tren de aterrizaje.
Para lograrlo con éxito, el piloto necesita algunas indicaciones que se realizan desde un coche de persecución donde viaja personal cualificado. Los coches de persecución suelen ser vehículos deportivos equipados con potentes motores que les permitan ganar velocidad rápidamente para seguir el ritmo de la aeronave.
Entonces, ¿por qué se usó un “humilde” Alfa Romeo Stelvio de cuatro cilindros como coche de persecución en esta ocasión? Según explica Lindheim en un comentario de Instagram, “este fue el coche de alquiler más rápido en el campo que pudieron encontrar, aunque “en las bases U-2 tienen Dodge Charger por lo que me dijeron”.
La autora del vídeo también explica que el U-2 “simplemente ‘pasaba’ para saludar a la multitud”. Esta multitud eran los visitantes del Airventure de la Experimental Aircraft Associantion, una convención aeroespacial en Oshkosh (Wisconsin, Estados Unidos) que atrae a muchos entusiastas de la aeronáutica.
