Si te gustan los coches, te gusta el Renault 4L. Es un icono de la industria del automóvil, se fabricaron más de ocho millones de unidades durante más de tres décadas (entre 1961 y 1993) y se vendió en los cinco continentes.
Tiene tanta fama que Renault lo va a devolver a la vida en forma de crossover completamente eléctrico. Mientras llega esa reinterpretación del 4L, los amantes de este coche pueden recurrir al mercado de segunda mano para tener uno. Otra opción es tunear un kei car para que tenga el mismo diseño que el modelo galo, aunque esto último solo se puede hacer en Japón.
Un Renault 4L de llavero que te puedes montar en casa
Japón tiene una cultura del automóvil muy especial. Lo primero que nos viene a la cabeza al pensar en los coches que fabrica este país son joyas como el Honda NSX, el Nissan GT-R, el Mitsubishi Lancer EVO o el Mazda MX-5, entre muchísimos otros. Pero en Japón hay vida más allá de los deportivos.
Por un lado, tienen algunos de los mejores todoterrenos de la historia. Por otro, cuentan con los kei car, coches limitados en potencia y tamaño que dan mucho juego porque pueden fabricarse en multitud de formatos y convertirse en pequeños monovolúmenes, deportivos, todoterrenos e incluso camiones.
Pues bien, los Renault clásicos flipan tanto a los japoneses que ahora también existe un kit de carrocería para transformar un Suzuki Alto Lapin en un Renaul 4L.
Renault 4L original.
Es la enésima reinterpretación del 4L, después de ver el electrofit que rodó por las calles de madrid, el dron AIR4 Concept que se sacó de la manga TheArsenale, el Renault e-Plein Air descapotable y eléctrico o el anticipo del Renault4Ever que llegará a producción después de los nuevos Renault 5 y Renault Twingo para convertirse en otro truco nostálgico más de la marca del rombo.
En el caso del “Renault 4L” de los japoneses DAMD, no hay ninguna relación con Renault, pero es un homenaje más a este modelo y lo cierto es que está muy logrado, incluso lleva el logotipo del rombo. DAMD vende este kit desde 348.000 yenes, unos 2.160 euros al cambio, y puede instalarse en casa, como si fuese un mueble de IKEA. Ese es el precio del kit más sencillo, pero hay uno más caro y completo con baca y todo.
Eso sí, luego hay que pintar las piezas para que tengan el mismo color que el resto del coche, por lo que la factura final de la modificación se incrementa otro pico. ¿Cuál es el problema? Que se agota en tiempo récord, a pesar de que lleva tantos años a la venta.
