- Muy reconocible
- Un ‘tubo de escape’… diferente
- Empuñadora de pistola
- Dos motores y hasta 670 CV
- Ruedas patinando
El concepto de ‘muscle car’ ha estado siempre muy definido: coches americanos con motores enormes de gasolina capaces de hacer deslizar sus ruedas traseras al mínimo pisotón y de lograr aceleraciones vertiginosas, todo ello gastando galones y galones de combustible sin medida. Pero hasta la llamada ‘Hermandad del Músculo’, la legión de adoradores de estos coches, puede que cambie sus principios con la llegada en breve del Dodge Charger Daytona, el coche que tratará de demostrar que la misma filosofía de potencia bruta se puede mantener con un sistema de propulsión eléctrico.
Muy reconocible
El nuevo Charger se ha hecho esperar. A mediados de 2022 te mostramos las primeras imágenes del prototipo y será este verano cuando por fin comience a fabricarse en Windsor (Ontario, Canadá). No cambia mucho su aspecto respecto a aquel prototipo y en realidad sigue manteniendo los rasgos típicos de pasados Charger, pero se trata de un modelo nuevo al completo.
Dodge.
Está montado sobre la nueva plataforma STLA Large de Stellantis, de la que los responsables dicen que se puede adaptar a potencias extremas. Sobre esta base se ha desarrollado una carrocería alargada que puede ser de dos o cuatro puertas y que reconoceremos por su grueso pilar C y por las ópticas, las delanteras con una luz blanca que recorre el coche de lado a lado y las traseras con una doble forma rectangular que en Dodge llaman ‘anillo de fuego’.
Un ‘tubo de escape’… diferente
Dodge.
Ya sabemos que todos los eléctricos producen un sonido artificial, pero ninguno lo sacaba por el mismo lugar que los tradicionales escapes después de que ese mismo sonido pasara por distintas cámaras. Así que el resultado final alcanza los 126 dB, lo mismo que el Charger SRT Hellcat de gasolina. Aun así, en Dodge aseguran que se puede desactivar este sonido y emplear el coche como un cívico ciudadano que en nada quiere perturbar el descanso de sus convencinos.
Empuñadora de pistola
Por dentro hay detalles que aprobaría cualquier fanático de las ‘americanadas’, como un selector de la transmisión que simula la empuñadura de una pistola. Pero en esta época los interiores están definidos por dos enormes pantallas y el Charger eléctrico no es una excepción: una de 10,25″ para el conductor y otra de 12,3″ centrada para un ‘uso compartido’ con el copiloto.
Dodge.
Aun así, también se podrá montar en opción un sistema head-up display con realidad aumentada, y el habitáculo admite innumerables posibilidades de personalización gracias a una luminosidad para la que se puede elegir entre 64 colores, además de modificar su intensidad.
En cuanto a las butacas, cara y cruz para el paso a lo ecológico, porque aunque tienes cuero sintético de serie, quien quiera lo puede coger en piel auténtica, con posibilidad de que estas butacas sean de un llamativo rojo que en Dodge han llamado “Demoníaco”.
Dos motores y hasta 670 CV
La propulsión es de 400V con sistema 3 en 1 que incluye inversor, una caja de cambios eRupt que simula las distintas velocidades y dos motores, cada uno de ellos en un eje y con 335 CV. Hay dos versiones: una de ellas entrega 496 CV en conjunto, mientras que la más potente se desboca hasta los 670 CV. No hay datos oficiales sobre las prestaciones porque están pendientes de homologación, pero la marca americana ya ha adelantado que necesita 11,5 segundos en hacer el cuarto de milla y que le bastan 3,3 segundos para pasar de 0 a 100.
Dodge.
En un coche tan potente, y enfocado hacia un uso tan radical, una batería de 70 u 80 kWh sería muy escasa así que se ha optado por una de 100,5 kWh de níquel-cobalto-aluminio que promete una autonomía de 510 km en el modelo más sencillo y de 418 en el más potente, siempre y cuando no hagamos uso de un arsenal tecnológico que invita a gastar la batería en un suspiro.
Ruedas patinando
Más allá de los modos Auto, Eco y Sport, incorpora un modo Wet/Snow y otro Track and Drag; el Track es para sacar el mejor rendimiento del coche en superficies lisas y secas, y el Drag para pruebas de aceleración en las que no debes tomar ninguna curva. En este sentido, permite que su conductor bloquee las ruedas delanteras mientras hace patinar las traseras con el coche en parado, de forma que los neumáticos cojan temperatura antes de salir disparado con el Launch Control.
Dodge.
Aun así, al Charger eléctrico parece que le gustará girar, porque la variante más potente incluye unas funciones ‘Donut’, para dejar marcas de goma en forma de círculo en el asfalto; y Drift, para deslizar a nuestro antojo en función de tres límites establecidos.
Por cierto, que sería injusto no mencionar que esta nueva generación también contará con motores de gasolina, para que el cambio de generación no sea tan radical y ningún ‘petrolhead’ se enfade. Así que habrá también variantes con un motor 3.0 con doble turbo y potencias de 420 CV y 550 CV.