El Mini Countryman de tercera generación es menos mini que nunca, pero a la vez más amplio, práctico y de calidad que nunca. Probémoslo.
Ya hemos visto cómo es el nuevo Mini Countryman. Sabemos que es grande, espacioso, con calidad, tecnológicamente ambicioso y con una rica gama de motorizaciones que hoy no trataremos en profundidad, sino centrándonos en su versión más económica y probablemente una de las más lógicas: la de gasolina de 170 CV.
Giro la simpática clavija de la consola central a modo llave para poner en marcha el motor. Ni suena ni vibra poco, pero no es molesto. No es la sintonía más agradable, pero no incomoda.
¿Va bien? SÃ, desde luego. Es fácil de llevar, cómodo, lo bastante ágil, muy estable, otorga confianza… Digamos que académicamente hablando es un buen ejemplo de cómo debe ser un SUV compacto.
Entonces no es que sea un coche divertido de conducir, o al menos no marcadamente, pero a cambio es muy correcto en todo y no es malo en nada. Ni se siente torpe, ni demasiado blando… no. Es ágil y cómodo a partes iguales pero también es cierto que casi tan ‘insípido’ como cualquier modelo de este segmento y claramente menos expresivo que sus dos predecesores, especialmente en comparación con el primero.
¿Y cuánto corre y cuanto gasta? Correr, lo suficiente. Anuncia 8,3 segundos para pasar de 0 a 100 km/h que probablemente sea un dato mucho mejor del que necesitas si lo que buscas es un SUV compacto de corte familiar. Y gastar… consume realmente poco. Lo oficial son 6,1 L/100 km y la cifra real en conducción normal no es dramáticamente superior. Puedes llevarlo en ‘seis largos’ o en 7,0 L/100 km en conducción normal y ciclo combinado.
Entonces bueno, podemos concluir en que el nuevo Mini Countryman es un bastante buen SUV compacto en el cómputo global, si bien por contra ese comportamiento desenfadado, vivo y hasta un poco divertido que le caracterizaba se ha ido diluyendo. Pero volvemos a lo mismo: ¿qué cliente de los que busca un SUV compacto demanda eso? Hoy en día, más bien pocos.
Ah, y su precio. Desde 39.400 euros. ¿Caro? Sí si lo comparas con la competencia generalista, no tanto si lo confrontas con alternativas como el Lexus UX, el Alfa Tonale, el Mercedes GLA o el propio BMW X1.