La masificación turística es un problema que sufren muchas ciudades desde hace años. No ayuda que las viviendas de toda la vida se estén convirtiendo en Airbnb o pisos de lujo o que se fomente el llamado ‘turismo de borrachera’ con consecuencias que sorprenden a nadie. Las ciudades se están convirtiendo en parques de atracciones para turistas mientras sus habitantes son expulsados de ellas.
“Estamos alucinando porque la medida está siendo efectiva”, relata al Diario.es Cesca Sánchez, de la Asociación de Vecinos Park Güell, La Salut y Sanllehy. Los vecinos de los alrededores del Park Güell llevan años viendo cómo el bus 116 que necesitan coger para sus desplazamientos se encuentra a diario masificado por los turistas.
Muchos se quedan a las puertas porque no cabe un alfiler, otros -los que pueden- optan por ir andando. Una situación que no cambia en ninguna estación del año y que tampoco ha mejorado a pesar de que el Ayuntamiento ha aumentado la frecuencia del bus.
Entre muchos otros hartazgos se encuentra el de los vecinos del barrio de Grácia, que planean adelantar su Fiesta Mayor para evitar aglomeraciones de turistas y que al fin, sus fiestas sean solo suyas.