- Peugeot 305 V6, un pequeño misil de 253 CV
- El turbo y le Grupo B impiden que llegue a producción
- Jean Todt tenía razón
En 1977, Peugeot empezó a trabajar en un sustituto para los 504, en sus variantes berlina y coupé, que tanto éxito le habían reportado en los rallyes. Eran los últimos años de la era totalmente analógica en los deportes de motor, en la que sólo contaban los pistones, los caballos y la mecánica en coches con poca electrónica y dos ruedas motrices. Así, partiendo de la base del nuevo 305 diseñado por Pininfarina, la marca francesa realizó un prototipo que nunca llegaría a producción, el Peugeot 305 V6.
Hoy existen muchas maneras de aumentar la potencia, pero en aquel entonces la única receta residía exclusivamente en los centímetros cúbicos. El proyecto del Peugeot 305 V6 preveía un chasis robusto y una mayor distancia entre ejes, así como la incorporación del motor V6 atmosférico d 2.5 litros y 24 válvulas procedente del Peugeot 604, aunque debidamente modificado para desarrollar 250 CV, potencia que doblaba las prestaciones del Peugeot 305 GTX de serie con motor 1.9 UX9 con unos 150 CV, que a ojos de hoy pueden parecer escasos, pero que eran más que suficientes para dotar de carácter deportivo a una berlina media de principios de los 80.
Peugeot 305 V6, un pequeño misil de 253 CV
El motor V6 de 2.5 litros procedía del conocido PRV desarrollado conjuntamente por Peugeot, Renault y Volvo, pero recibía algunas modificaciones por parte de Peugeot Sport. Contaba con un nuevo doble árbol de levas en cabeza y correa de distribución dentada, alimentación por inyección mecánica Kügelfischer con colectores de admisión separados con una sola mariposa por banco y doble filtro de aire seco. Finalmente, desarrollaba una potencia de 253 CV.
El motor estaba colocado en una posición retrasada, junto al habitáculo, y rebajada, lo que permitía adaptarse a las formas del Peugeot 305 y favorecer la distribución del peso, así como rebajar el centro de gravedad. Se combinada con una caja de cambios manual de cinco relaciones situada en el eje trasero, siguiendo el clásico esquema transeje, y enviaba la potencia a las ruedas traseras, al contrario del 305 de serie, que era tracción anterior.
El turbo y le Grupo B impiden que llegue a producción
Estéticamente, el 305 V6 se diferenciaba de la berlina de serie por los guardabarros ensanchados y por el empleo del aluminio, además de materiales sintéticos, en muchos elementos de la carrocería con el objetivo de contener el peso por debajo de los 900 kg. El proyecto era muy prometedor para Peugeot, pero muy pronto se vio truncado por dos importantes novedades: la difusión de los motores turbo y la introducción del Grupo B en el Campeonato del Mundo de Rally.
La nueva categoría reina, anunciada en 1980, no imponía ningún límite de peso, potencia o tracción en el desarrollo de coches. El único requisito de homologación para los constructores era la fabricación de 200 unidades de producción regular para el mercado. esto llevó al entonces director de Peugeot Sport, Jean Todt, nombrado para relanzar la imagen deportiva de la marca, a sustituir el proyecto del 305 V6 por otro nuevo: el Peugeot 205 Turbo 16 (prueba).
Jean Todt tenía razón
A principios de los años 80, el Peugeot 305 era ya un producto asentado comercialmente, mientras que el 205, al que la empresa destina inversiones ingentes, es un modelo más importante estratégicamente. El éxito comercial del utilitario francés y sus cuatro títulos mundiales en los rallyes (dos de pilotos y dos de constructores), dieron la razón a Todt y a quienes apostaron por seguir la senda del motor turbo y la tracción integral.
Durante un tiempo, el Peugeot 305 V6 siguió desarrollándose paralelamente al 205 T16, pero nunca llegó a la cadena de montaje. La marca francesa sólo construyó una unidad que se conserva actualmente en la colección del Museo Histórico de Peugeot y se exhibe periódicamente en eventos y salones internacionales dedicados a la historia de los deportes del motor.
