A punto de ser renovado, se cumplen dos décadas del único modelo que comercializa Lancia en la actualidad.
En febrero de 2024, Lancia presentará el nuevo Ypsilon. Un coche pequeño que también estará disponible como modelo 100% eléctrico. La historia del Ypsilon se remonta casi cuatro décadas atrás, en 1985, cuando se presentó el Y10 en el Salón del Automóvil de Ginebra, desarrollado por Fiat Centro Stile con el objetivo de ofrecer al público una alternativa elegante al urbano del segmento B.
Galería: Lancia Ypsilon (2003-2011)
El Y10 fue reconocido inmediatamente como sofisticado y chic, el primer coche pequeño de lujo dirigido específicamente a las mujeres. Las cifras de ventas alcanzaron el millón al cabo de 10 años, hasta que fue sustituido por su sucesor, el Lancia Y, en 1995. Una letra, que ya se pronuncia ‘Ypsilon’.
El primer Ypsilon completamente deletreado cumplió 20 años este año. Se lanzó al mercado en 2003 y ofrecía un ambiente aún más sofisticado. La propia Lancia hablaba de un “auténtico buque insignia para tu bolsillo”: desde el gran techo Skydome hasta el climatizador automático bizona y el sistema de sonido Bose.
El logotipo Ypsilon se subrayó de nuevo. El logotipo, diseñado por la agencia de publicidad Carrè Noir, pretendía ser “una metáfora del nuevo nivel estilístico y de contenido del modelo en comparación con el anterior Lancia Y”. La tipografía se amplió de la letra única del vehículo anterior (es decir, una Y) a la palabra que denota la letra griega en cursiva: Ypsilon.
Los acabados de pintura bicolor (‘Bi-Colore’) ofrecidos desde 2004 daban al coche un aspecto individual e incluso extravagante. Con estos acabados de pintura bicolor, se aplicaba una pintura de alto brillo o mate en un color diferente al techo, los retrovisores exteriores y el portón trasero. La versión especial ‘Versus’, una colaboración entre Lancia y Versace en 2008, tenía las letras Versus serigrafiadas en el techo y el portón trasero.
Con la revisión del modelo en 2006, se añadieron a la gama varias llantas de aleación ligera bitono. Algunas de estas llantas estaban pulidas hasta alcanzar un alto brillo similar al del cromo y las otras estaban pintadas en antracita, negro o marrón.
Si pasamos a los motores, las unidades básicas eran el contrastado 1.2 de 60 CV y el 1.2 16V de 80 CV. Los otros dos motores eran nuevos: un 1.4 16V con 95 CV y el 1.3 Multijet 16V. Este último era un diésel con una potencia de 70 CV y un par de 180 Nm a 1.750 rpm. En aquel momento, era el motor diésel de cuatro cilindros y common rail más pequeño del mercado. Había una caja de cambios automatizada disponible como opción. Su nombre era muy italiano: DFN significaba “Dolce far niente”, el dulce arte de no hacer nada.