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Citroën Eole, el primer coche conectado de la Historia es de 1985

Hoy en día, la conectividad se ha convertido en uno de los aspectos más importantes en los automóviles, por encima, incluso, de apartados tradicionalmente destacados para el público, como el motor y sus prestaciones. A muchos usuarios les interesa más el tamaño de la pantalla táctil y las aplicaciones que pueda manejar desde ahí que la velocidad. Pero ¿sabías que todo eso ya existía en 1985? Sí, en el Citroën Eole, el primer coche conectado de la Historia.

citroën eole, el primer coche conectado de la historia es de 1985

La palabra revolución está muy presente en Citroën y lo ha demostrado con hechos en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Una revolución fue el Citroën Traction Avant, el primer coche europeo con tracción delantera. También fue revolucionario el primer mensaje publicitario en el cielo, una hazaña de André Citroën.

Y, así, podríamos seguir hablando de la suspensión hidroneumática del Citroën DS, que luego utilizaron otros modelos posteriores o el diseño vanguardista que siempre ha caracterizado a la marca francesa.

Citroën Eole, el primer coche conectado de la Historia es de 1985

Otro capítulo en esta tradición revolucionaria de Citroën lo escribió el prototipo Eole en 1985, aunque su desarrollo comenzó a principios de los 80, precisamente, cuando la marca no atravesaba su mejor momento. Mientras trabajaba en el desarrollo del Citroën BX (esta es su hisrtoria), encargó al diseñador Robert Opron y al nórdico Carl Olsen pensar cómo serían los coches de la década siguiente e, incluso, hacer un guiño futurista para adentrarse en el próximo siglo.

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Y hay que reconocer que lo consiguieron, aunque con los elementos que tenían a su disposición en aquel momento. Estéticamente, el Citroën Eole destaca por su carrocería familiar, poco común en aquella época, y por sus formas exteriores aerodinámicas, que le permitían alcanzar un coeficiente de sólo 0,19, con pasos de rueda tapados y capaces de girar al mismo tiempo que la dirección, gracias a un complejo sistema hidráulico.

El prototipo estaba basado en un Citroën CX (esta es su historia), diseñado por Opron, pero con modificaciones importantes, como el frontal, con unos grupos ópticos delgados y horizontales que van de un extremo a otro, solo interrumpidos por el logo de los chevrones en el centro, o el inmenso parabrisas panorámico que debía proporcionar una visibilidad perfecta. También destacaba la feria de luces brillantes de su zaga, que evidenciaban su carácter ochentero.

Un coche del siglo XXI… en 1985

Aunque lo más interesante del Eole estaba en su interior, donde un fondo completamente plano y los casi cinco metros de longitud hacen posible un inmenso habitáculo para cuatro pasajeros. El equipo a bordo hoy nos parece normal, pero no lo era en aquella época (ni si quiera hace diez años).

En el puesto de mando había más controles y botones que en cualquier coche actual, aunque algunos de ellos servían para abrir las ventanas, pero era mucho más práctico y ergonómico que los actuales coches donde todo se gestiona desde una pantalla. En la columna de transmisión, en forma de triángulo con una arista apuntando al techo, hay también controladores de funciones por ambos lados y, sobre ella y antes del salpicadero, una amplia bandeja con un reproductor de CD, toda una novedad en 1985.

Pero, seguramente, el elemento más estrambótico del interior era una especie de iPad ubicada entre los asientos delanteros, justo detrás, con un teclado de ordenador, dos controles tipo joystick y una pequeña pantalla para jugar a videojuegos.

citroën eole, el primer coche conectado de la historia es de 1985

Foto: Vicente Cano, AUTO BILD

El Citroën Eole fue presentado en el Salón de Ginebra de 1986, aunque luego quedó en el olvido, como tantos otros prototipos. Lógicamente, no existía la tecnología suficiente para convertirlo en un vehículo de producción en serie. Hoy se puede ver en el Conservatorie de Citroën, junto con otras viejas glorias de la marca francesa.

Foto destacada: Klaus Nahr.

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