El tiempo de recarga es para muchos el principal problema a superar por el coche eléctrico. Por supuesto, cuando pasamos del simple titular y hacemos un uso normal, vemos que realmente las cargas ultrarrápidas son solo una parte de la ecuación. Pero no por esto los fabricantes se han rendido en acelerar las cargas, y como ejemplo el próximo lanzamiento de Polestar, que logrará romper el muro de la carga rápida.
Pero para Polestar, esto es esperar demasiado y por eso con el Polestar 5, lanzarán al mercado el que indican será el primer coche capaz de recargar en el tiempo que necesita un coche de combustión en repostar su depósito.
Se trata de una propuesta que nos ha adelantado, pero de la que todavía no conocemos su aspecto y características definitivas.
Pero donde quieren dar la campanada es en un sistema de baterías que desarrollarán de la mano de la empresa israelí Storedot. Este pack contará con al menos 100 kWh, y será capaz de pasar del 10% al 80% en menos de 10 minutos.
El objetivo es que los conductores puedan recuperar unos 400 kilómetros de autonomía en apenas cinco minutos. Una cifra que hoy en día un coche eléctrico medio puede necesitar entre 20 y 30 minutos para lograr.
Esta batería LFP abre las puertas a la recarga ultrarrápida con tasas de 6C
La clave será una tecnología de baterías que usará una química que mezcla NCM de níquel, cobalto y magnesio. Un conjunto más caro que las NCM y las LFP actuales, pero que permite ofrecer una elevada densidad energética, unos 330 Wh/kg, que podemos comparar con los 270 Wh/kg de las NCM más competitivas actualmente.
StoreDot utiliza silicio en el material del ánodo, lo que suele crear desafíos porque el silicio se expande cuando se une a los iones de litio, puede producir una rápida degradación. Pero la empresa ha desarrollado un material, que usa entre otras cosas un nuevo polímero, con una estructura que mantiene el silicio en su lugar.
El resultado es una batería que no sólo se carga rápidamente, sino que conserva su capacidad con el tiempo y puede cargarse rápidamente más de 1.000 veces antes de que empiece a perder capacidad de forma significativa.
Esto se traduce en que el coche debería rondar los 550.000 km en su marcador, usando solo cargas ultrarrapidas, antes de ver como la capacidad baja un 20% respecto a la original.
También hay que tener en cuenta que estas competitivas baterías llegarán al mercado con un precio elevado. Algo que las limitará en una primera generación a modelos premium, como el Polestar 5 que si no hay novedades, llegará al mercado en 2025.