- Prueba Citroën C5 X: una apuesta diferente
- Prueba Citroën C5 X: muchos kilómetros, por favor
- Prueba Citroën C5 X: carga y autonomía
- Prueba Citroën C5 X: ¿qué motor y equipamiento elegir?
- Prueba Citroën C5 X: las alternativas
Citroën vuelve a competir en el segmento D de las berlinas con una apuesta disruptiva en cuanto a diseño y con un gran espacio interior. La comodidad viene de serie.
Aunque en los últimos tiempos las berlinas cada vez están escapando más de las formas clásicas más cuadradas, se siguen pareciendo bastante entre ellas. Por ello, si buscas una alternativa al formato original que da nombre a este segmento de los tres volúmenes el Citroën C5 X puede ser una gran alternativa. Se podría decir que es una mezcla de crossover con familiar, que además apuesta claramente por las mecánicas híbridas enchufables como la que aquí analizaremos.
Prueba Citroën C5 X: una apuesta diferente
Algunos incluso podrían defender que este Citroën C5 X tiene algo de eso que los ingleses denominan como “shooting brake”, que no son más que familiares con algo más de caída del techo. Sea como fuere, el modelo francés llama la atención por su diseño general y además mira desde arriba, pues su carrocería está elevada más de 19 cm.
La unidad que verás en las fotografías corresponde al acabado Shine Pack que ya no se comercializa (cercano al Max actual), pero si podrás comprarlo con este color de carrocería denominado “Gris Platino” (cuesta 720 euros) y también se mantienen esas llantas de 19 pulgadas en dos tonos. De estas últimas me sorprendieron la medida de las ruedas equipadas, pues con 205 es una anchura muy poco habitual últimamente, mientras que su perfil de 55 garantizará un buen confort, palabra que será bastante protagonista en este artículo.
Como buque insignia de Citroën actualmente, nuestro protagonista presume de un buen puesto de conducción, tanto en lo referido a la calidad como a su ergonomía de todos los botones. Solo le falta un punto en ajustes y que se haya colocado algún plástico duro en zonas bajas para poder medirse mejor en un cara a cara con las berlinas premium de este segmento.
Me resulta curioso comprobar que el panel de instrumentación digital de este Citroën C5 X no es muy grande, ofreciendo en él la información básica. Lo bueno es que en este acabado se complementa con un Head-up Display de calidad. A su lado derecho ya encontramos una multimedia de 12 pulgadas (de serie es de 10’’), en este caso tamaño XXL, con la que la marca francesa ha dado un salto cualitativo modernizando su apariencia, de movimientos fluidos, con unas cámaras de calidad para aparcar y con un navegador de apariencia clara que a mi parecer ser ve mejor. Lo que me convence algo menos es que tiene demasiados “submenús”, algo que no es cómodo si conducimos solos, o que el asistente de voz muchas veces se activa cuando en teoría no le has llamado.
Seguimos con nuestro análisis del interior del Citroën C5 X pasando a las plazas posteriores. Aquí las cotas me parecieron bastante buenas en lo referente a las piernas o en altura, y eso que tenía techo panorámico, y se quedan bastante cerca del Skoda Superb, la referencia de la categoría. La plaza central quizás no sea muy ancha y se ve algo penalizada por la ligera elevación del suelo. Desde esta posición tienes unos mandos para poder desplazar el asiento del copiloto, mientras que la consola central, con dos USB C incluidos, me pareció un poco sosa para un coche de este segmento.
Y en el maletero la dicotomía que tenemos en muchos modelos actuales. En el caso concreto de este Citroën C5 X se parte de una capacidad de 545 litros, de nuevo amplia pero sin llegar al nivel del modelo checo antes citado, pero si escoges una motorización híbrida como la que tenía nuestra unidad de pruebas se queda en 485 litros. Cuenta con un hueco debajo de la bandeja en el que no te entrarán muchas cosas, formas bastante cuadradas y una altura muy baja del borde de carga. Y en la parte superior se prescinde de la bandeja convencional instalando una cortinilla.
Prueba Citroën C5 X: muchos kilómetros, por favor
Mientras que recorro los primeros kilómetros por un entorno urbano antes de salir a mis carreteras habituales de pruebas voy sorteando los badenes de la mejor forma posible. De serie este modelo ya cuenta con las suspensiones progresivas hidráulicas, pero en este híbrido que probé se incluyen sin coste los amortiguadores pilotados, que provoca que dichos pasos molestos prácticamente pasen inadvertidos para mi espalda.
A mi disposición tengo el Hybrid 225, el motor más potente de los disponibles en el modelo francés, con la potencia combinada que indica su nombre y luciendo la etiqueta 0 emisiones de la DGT, por si vives en alguna ciudad de esas que ya empiezan a ser bastante necesarias. Precisamente en esos entornos, circulando si carga en la batería, los consumos son de unos 8 litros, cifra bastante normal teniendo en cuenta el peso, potencia y tamaño de este vehículo.
Pero no te asustes por estas características, pues el Citroën C5 X se mueve con soltura con esta motorización una vez le exigimos un poco más de brío. Lo hace tanto en los modos Confort como Híbrido, pero sobre todo en el Sport, donde muestra un gran poderío. De este último también me gusta el tacto que adquiere la dirección, quizás demasiado asistida en el resto de los disponibles.
Llega el momento de hablar de nuevo de la comodidad a bordo. Ya en el modo Híbrido es una “alfombra voladora”, pero es que todavía mejor más en el Confort, que de paso también reduce un poco el ímpetu del conjunto acelerador/cambio (se puede actuar sobre él con las levas detrás del volante). Esta característica provoca que el Citroën C5 X cabecee un poco al frenar fuerte en las curvas, con un tacto de los discos que debido a la regeneración no tienen una mordida convincente.
Prueba Citroën C5 X: carga y autonomía
Al tratarse de una de las variante híbridas enchufables de este Citroën C5 X también tenemos que analizar cómo es su comportamiento circulando con electricidad. Y para ello ya dispone de un modo denominado Electric para que nosotros mismos seamos los que forcemos al coche a circular con este combustible. Y lo sabremos porque la velocidad aparecerá en azul, en vez del blanco utilizado cuando lo hace con gasolina.
Este modelo ha conseguido homologar una autonomía de 63 kilómetros, aunque es bastante difícil conseguir acercarse a ella. En mi experiencia, si que he conseguido en varias ocasiones superar el dato que me marcaba el ordenador de a bordo al emprender la marcha, por ejemplo partiendo de 42 kilómetros para alcanzar los 47 (mi récord).
La batería instalada es de 12,4 kWh de capacidad y en este Citroën C5 X no es posible cargarla con corriente continua. De serie equipa un cargador a bordo de 3,7 kW, mientras que como opcional se puede instalar uno de 7,4 kW (400 euros) con el que llegar al 100% en 1 hora y 40 minutos. Como dato, yo en mi domicilio con 3,4 kW tardé para esa operación algo más de siete horas.
Prueba Citroën C5 X: ¿qué motor y equipamiento elegir?
Teniendo en cuenta que la elección del motor condicionará el acabado a poder escoger, empezaré primero analizando los propulsores. Yo creo que para este coche el PureTech 130 (desde 34.740 €) se queda algo corto, pero si es verdad que te ahorras más de 11.000 euros en comparación con el Hybrid 180 con el que comparte los acabados You y Plus. Y de estos dos últimos la diferencia apenas es de 1.700 euros, lo que me hace decantarme por el último.
Y si bien el Hybrid 180 basta para este Citroën C5 X, yo creo que el Hybrid 225 (51.385 €) se adapta mucho mejor a la categoría y prestancia de este coche. Lo sé, ya son otros 3.800 euros más, pero a cambio subes a otro acabado más alto denominado Max. Por encima incluso queda el Hypnos (53.685 €), con un toque de distinción extra.
Prueba Citroën C5 X: las alternativas
No existe en su categoría un coche de características similares a este Citroën C5 X, por lo que las alternativas propuestas apuestan por diseños más clásicos de berlinas. Un ejemplo de ello es el Peugeot 508, con el que comparte plataforma y sus tres motores (el del león incluso ofrece alguno más), que cuenta con un interior un punto más refinado y un tacto más deportivo dinámicamente hablando. Su precio de partida de 38.610 euros también es superior.
Otras alternativas podrían ser el Skoda Superb (desde 35.000 euros), la gran referencia en cuanto a habitabilidad interior y recientemente renovado, el veterano Mazda6 (37.173 euros) o el nuevo Volkswagen Passat (45.180 euros), casi recién aterrizado en nuestro mercado.
