Hablamos de modelos deportivos, con hasta 575 CV de potencia, así como híbridos enchufables de última generación.
Hace apenas unas horas, se ha presentado el nuevo Range Rover 2022, el buque insignia de la firma británica, que se posiciona como el auténtico referente tecnológico de la marca y que, en Motor1.com España, pudimos conocer hace unos días en directo.
Sin embargo, la actividad en Jaguar y Land Rover es incesante, y cuando aún estamos digiriendo todas las novedades presentadas por el Range, toca cambiar el chip de cara a esta prueba de los modelos especiales de ambas marcas.
Una denominación bajo la que tienen cabida una completa gama de modelos híbridos enchufables de última generación, incluyendo el nuevo Jaguar E-PACE P300e con motor de tres cilindros, pero también, los modelos deportivos más salvajes creados por SVO (Special Vehicle Operations), como puede ser el Range Rover Sport SVR y sus 575 CV de potencia.
Galería: Jaguar y Land Rover Special Vehicles
Los tres modelos más prestacionales tienen un punto de unión claro, más allá del alto rendimiento: el afamado propulsor 5.0 V8 de gasolina, sobrealimentado mediante un compresor, que entrega distintas cifras de potencia: 550 CV, para el F-PACE, y 575 CV, para el F-TYPE y el Sport (que por cierto, en el Land Rover más potente y veloz en la historia de la marca).
Del mismo modo, en todos los casos se busca mejorar el dinamismo del conjunto, algo que se consigue trabajando en dos vías: reduciendo el peso, al optar por materiales más livianos (sirva como ejemplo el capó de carbono del Sport), y mejorando la aerodinámica y la puesta a punto, con modificaciones en la suspensión, la dirección, el equipo de frenos…
Y todo, acompañado por lo más top que ofrece la marca en catálogo, como pueden ser los faros de LED más avanzados, las llantas de aleación de mayor tamaño (hasta 21 pulgadas) o equipos de sonido y multimedia de última generación, como el Pivi Pro del F-PACE, que incluye una pantalla táctil curva de 11,4 pulgadas.
Sin duda, lo mejor del modelo es pisar con fuerza el acelerador y descubrir el rugido del bloque de 5.000 cm3, mientras la transmisión automática con convertidor de par, dotada de ocho velocidades y función Launch Control, hace su trabajo de manera impecable. Pero hay que tener cuidado con los excesos, claro, ya que hablamos de un modelo que alcanza los 286 km/h y acelera de 0 a 100 en 4,0 segundos.
Dinámicamente, no se trata de un coche ligero (en vacío, supera las dos toneladas), pero que sí resulta bastante emocionante de conducir. Y no solo por el sonido. Gracias a los cambios en la dirección y la suspensión adaptativa, el F-PACE SVR ofrece un elevado dinamismo, lo que sumado a su excepcional rendimiento, hace que sea un coche muy rápido en autovía… y bastante divertido en tramos de curvas.
Desde luego, no es para menos en un SUV deportivo que, hoy en día, puede adquirirse en los concesionarios de la marca por un precio de 122.270 euros. Una cifra que, como no podía ser de otro modo, también da acceso a los acabados propios de un modelo de lujo y a un equipamiento de serie bastante completo.
Para cerrar el capítulo de los SVR, solo nos queda repasar los datos de prestaciones y los precios de los otros dos representantes de la gama. En el caso del Sport, puede llegar hasta los 283 km/h y alcanzar los 100 km/h en 4,5 segundos, mientras que su precio es de 155.200 euros (176.100, en la variante con capó de carbono).
Cambiamos el chip por completo y saltamos a los vehículos híbridos enchufables, con un total de dos modelos en Jaguar, F-PACE y E-PACE, y seis en Land Rover, con los Range Rover, Defender, Range Rover Sport, Velar, Evoque y Discovery Sport. Además, el primer modelo 100% eléctrico de Land Rover está ya previsto para el año 2024.
De todos ellos, tuvimos la oportunidad de conducir el E-PACE P300e, un SUV relativamente compacto, a la venta desde 58.750 euros y con 309 CV de potencia máxima combinada, que llama la atención por la inclusión de un bloque turboalimentado de gasolina, con tres cilindros.
De hecho, se trata de la mecánica 1.5 disponible en otras versiones de la gama, aunque potenciada a 200 CV, a la que se suma un propulsor eléctrico en el eje trasero, con 109 CV.
En cuanto a la parte eléctrica, dispone de una batería de iones de litio, con una capacidad de 15 kWh, que le permite homologar una autonomía eléctrica de 55 kilómetros (por lo que dispone de etiqueta 0 de la DGT). Además, acelera de 0 a 100 en 6,5 segundos y declara un consumo mixto de 2,0 litros cada 100 kilómetros (que en nuestro recorrido, con ciudad, autovía y carreteras de montaña, ha sido más elevado, de unos 5,0 l/100 km).
Por lo demás, hablamos de un coche suave y refinado, en el que el sonido del bloque tricilíndrico queda muy filtrado. Y además, resulta bastante confortable, más que dinámico, de hecho, aunque para poder afirmarlo al 100% tendremos que poder conducirlo durante unos cuantos kilómetros más, por nuestros tramos de pruebas habituales.
