Durante los últimos años y sobre todo, tras el dieselgate, el diésel ha sido atacado una y otra vez por diversas bandas logrando que sus ventas y su cuota de mercado sea realmente baja.
Hoy hemos sabido que si los clientes quieren motores diésel, Mazda seguirá ofreciéndolos, siempre y cuando las normativas medioambientales y de emisiones se lo permitan, algo que parece que durará unos cuantos años más aún.
Con el lanzamiento en algunos mercados del CX-90, Mazda ha confirmado que siempre que puedan hacerlo, mantendrán el diésel en su oferta de motores.
Aunque Mazda ha invertido una cantidad significativa en sus nuevos motores de seis cilindros en línea, uno de los cuales es un turbodiésel de 3,3 litros, su inversión tiene un límite y parece que por el momento, ni la oferta se va a ampliar ni las mecánicas van a sufrir evoluciones notables.
Cabe recordar que tanto el Mazda CX-60 como el Mazda CX-5 cuentan con motores de cuatro y seis cilindros asociados etiquetas ECO.
La popularidad del diésel se está enfriando pero hay muchos mercado en los que la marca ofrece diésel incluso en el Mazda2. En Japón por ejemplo, el diésel está bastante de moda y allí se pueden comprar versiones diésel de Mazda 2, Mazda 3, Mazda 6, CX-3, CX-30, CX-5 y CX-8.