El Mazda CX-50 es uno de los modelos que registraron una reducción en su precio, de 60,000 pesos.
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La entrada de una veintena de marcas chinas al mercado automotriz mexicano ha provocado un efecto dominó en la industria, generando una competencia sin precedentes. Estas marcas ofrecen vehículos con precios considerablemente más bajos que sus competidores occidentales, lo que ha obligado a las marcas establecidas a ajustar sus precios a la baja para mantener su competitividad y no perder participación en el mercado. “Las marcas nuevas tienen precios muy competitivos y teníamos que reaccionar ante esa situación”, dijo Barbeyto. Durante los dos años posteriores a la pandemia, los precios de los automóviles experimentaron un aumento promedio del 25%. Según Barbeyto, esto se debió a varios factores, como el tipo de cambio y la escasez de inventario. ‘En ese momento, el tipo de cambio estaba más alto y no había mucho inventario, por lo que podíamos vender más caro porque producíamos menos. Y los clientes compraban caro.’ Pero la situación ha cambiado. Con un tipo de cambio más favorable y una mayor competencia en el mercado, Mazda ha ajustado su lista de precios. La marca japonesa hizo en 2022 una primera reducción de precios en modelos como el Mazda2, en sus versiones sedán y hatchback , y el Mazda3 sedán, fabricados en Salamanca, gracias a mejoras en la producción, lo que a su vez incrementó las ventas al hacer los vehículos más accesibles para los consumidores. Ahora, la marca japonesa ha decidido hacer un nuevo ajuste en la versión hatchback del Mazda3, así como en la línea de SUV, con el objetivo de que las etiquetas de sus modelos “reflejen adecuadamente los costos de producción y la situación económica actual’. Los precios de los vehículos se fijan en dólares. ‘Al haber estimado el presupuesto con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar y encontrarnos hoy con que está a 17 pesos por dólar, estábamos obteniendo una ganancia adicional de tres pesos por dólar, lo cual sin duda era muy beneficioso para la compañía. Sin embargo, al analizar la competencia y tener en cuenta este factor del tipo de cambio, nos preguntamos: ‘¿Qué medidas necesitamos tomar para aumentar nuestras ventas?’ Bien, necesitamos ajustar los precios hacia abajo’, explicó Barbeyto. Esta situación ha llevado a una revisión de los precios de los productos importados, como el Mazda 3 hatchback y los SUV CX-5 y CX-50, resultando en una disminución de entre 4% y 7%.
El Mazda 3 hatchback de manufactura japonesa registró una reducción de precio de 20,000 pesos; mientras que los SUV CX-5 y CX-50, fabricados en Japón y Estados Unidos, han sido objeto de ajustes más significativos, de 30,000 pesos y 60,000 pesos, respectivamente. El precio del SUV CX-30 fabricado localmente también ha experimentado una reducción de 30,000 pesos, gracias a las mejoras operativas implementadas en la planta de Salamanca y al aumento en el volumen de producción. Este incremento en la producción ha permitido disminuir los costos de fabricación, aprovechando las economías de escala. En términos simples, al aumentar la producción, los costos fijos se distribuyen entre un mayor número de unidades producidas, lo que se traduce en un precio más competitivo para el consumidor. ‘Lo que nos interesa a todos los que producimos es que las plantas estén produciendo lo más posible. Porque tener una planta parada cuesta mucho dinero’, dijo Barbeyto. El presidente de la marca japonesa en México destacó que la estrategia de Mazda de reducción de precios busca evitar los descuentos y bonificaciones temporales, ya que esto puede afectar el valor de la marca a largo plazo. En cambio, la empresa apunta a ofrecer precios más competitivos de manera permanente para aumentar su volumen de ventas de forma sostenible. Los resultados de esta estrategia ya se están reflejando en el mercado. Aunque la medida se implementó en enero, los efectos comenzaron a notarse en febrero, con un aumento en el interés de los consumidores en los productos de Mazda y un subsecuente alza en las ventas. Según datos de Inegi, la compañía prácticamente duplicó la venta de sus modelos en el primer bimestre del año, con 4,505 unidades vendidas, comparado con el mismo periodo de 2023, cuando comercializó 2,359 unidades. En medio de este incremento en la demanda, Mazda enfrenta el reto de garantizar la disponibilidad de sus vehículos. Aunque algunos modelos enfrentan tiempos de espera –como CX-90 con tres meses o el CX-3 con10 meses– debido a una alta demanda, la empresa asegura que está trabajando para optimizar la producción y reducir estos tiempos en la medida de lo posible. Con una producción en aumento y precios más atractivos, Mazda espera alcanzar una participación de mercado del 6.4% al cierre de 2024, superando el 5.6% registrado el año anterior.
