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Video: "Sí, soy fan de la Renault Kangoo, ¿y qué?"

Paul Szebesta viajó a la Fábrica Santa Isabel para los 25 años del utilitario del Rombo. Nota, fotos y video.

Desde Santa Isabel (Córdoba) – Creo que, si algo nos caracteriza a todos los que formamos parte del equipo de Motor1 Argentina (antes Autoblog Argentina), es que nos une algo en común: tenemos sentimientos para con los autos. Y siempre hay una historia atrás de esos sentimientos. Puede ser porque fue el auto de tu infancia, porque es con el que te casaste, porque con ese auto llevaste a tu pareja a dar a luz a tu hijo. En fin, nuestro cariño por los autos hace que los veamos como algo más que un objeto funcional a las necesidades de movilidad. En mi caso, sucede que mi vehículo particular está conmigo desde que estaba terminando la secundaria. Esto comprende la plena adolescencia, dos ex novias, y tres millones de anécdotas con las cuales tranquilamente podría escribir un libro. La cuestión es que mi Kangoo Express 1.6 16v hace tanto que me acompaña que fue testigo de innumerables hechos importantes y trascendentales para mí.

Esto hace que prácticamente ya sea un pariente más, como que tiene vida propia. Hace tanto que la tengo que la “Kanguucha” llega al punto de que hasta amigos míos le tienen cariño. Incluso nuestro querido lector A. Senna ha viajado en ella, al cual le pido que no de detalles de ese viaje. Pero en esta nota no quiero hablar de mi Kangoo.

Tal vez en algún momento hagamos una nota sobre ella, qué modificaciones tuvo, y cuáles tendrá. Hoy les quiero contar mi viaje a la Fábrica Santa Isabel, lugar donde nació.

Miércoles, mes de septiembre y mensaje de C.C. Con él no venimos hablando tan seguido como en otras épocas porque al no estar grabando Ranking Motor1 (ya falta poquito para volver, paciencia, leer más), más que para contarnos novedades, no charlamos. No son fáciles nuestras agendas. “Los días 9 y 10 de octubre se festejan en la Fábrica Santa Isabel los 25 años de la Renault Kangoo. ¿Querés/podés ir?” Bastó con mirar la agenda y pasar al estado de felicidad al ver que iba a poder ir. Igual, cualquier cosa que hubiese tenido que hacer esos días, se hubiera cancelado de forma inmediata para darle lugar al festejo en Córdoba. No hizo falta y solo hubo que esperar a que el día llegara. Partimos desde Aeroparque el lunes por la noche, hotel, regalos en la habitación y todos los agasajos que las marcas preparan en este tipo de viajes. ¿Somos unos fucking suertudos? Y la verdad que sí. Yo todavía no sé cómo fue que caí en este tan reducido y privilegiado círculo, pero ya estoy acá (y no planeo irme).

Al día siguiente, ducha, desayuno y a las Renault Master. Ahí, con una música muy Aspen, nos encaminamos hacia la Fábrica Santa Isabel. A mí me encanta el momento que estoy pasando porque es cuando ‘todo es nuevo’. Muchos de los colegas que formaron parte del festejo ya habían estado otras tantas veces en la planta, y eso ya te quita un gran volumen de emoción. Pero para mí era todo nuevo. De movida planteé una alianza con Tincho Egozcue de Motor Magazine al estilo: “Yo te grabo, vos me grabás”. Con Tincho ya nos conocemos, vino una vez a una grabación de Ranking Motor1, nos cruzamos seguido en un café, buena onda.

Luego de otro desayuno, esta vez ya en la fábrica, los directivos de Renault Argentina nos recibieron en el auditorio y cada uno dio una charla. Pablo Sibilla, presidente y director general de Renault Argentina, nos dio la bienvenida contando lo que significa la Fábrica Santa Isabel en términos industriales, pero también en cuanto su longevidad. “Con más de 450.000 unidades fabricadas en la planta de Santa Isabel y desde hace 24 años como líder en su segmento, hoy este modelo se ha convertido en un ícono del mercado argentino, tanto que su nombre se ha vuelto un denominador de su segmento”, reafirmó Sibilla. Yo ya vengo hace rato “operando” para el expediente caratulado como “Prestame el Clio R.S.” (ver nota), y en esta jornada el objetivo iba a estar cerca para realizar acciones bien precisas. Así que, además de festejar los 25 años de Kangoo, también tenía la misión de lograr resultados para dicho expediente.

Luego habló el director de la planta, Diego Paulini, y nos contó las principales características del centro industrial, el cual cuenta con 2.157 empleados, de los cuales 1831 son operadores y 326 administrativos. El 20% del plantel está compuesto por mujeres y el promedio de edad es de 39 años. Después de hablar de la planta nos metimos de lleno en la historia de la Kangoo y todas sus facetas. Empezamos con el lanzamiento en 1998, con los faros redondeados. Tuvimos una de esas en la familia, Express blanca vía plan canje con el 1.9D. De hecho, con esa Kangoo aprendí a manejar a mis 13 años. Verán porque este vehículo es tan significativo para mí. En el siguiente video podrán ver todas las evoluciones a lo largo de los años.

Otra de las novedades que se nos presentó en el auditorio es la gama ‘Transformados’. Este programa consta de modificaciones realizadas a la Kangoo de acuerdo a las necesidades del cliente. A partir del mes de noviembre se podrá adquirir en los concesionarios Renault Pro+ estas versiones de Kangoo, donde la primera versión será lo que se llama “Unidad de Traslado”.

Se destaca como una solución a profesionales de la salud, contando con el equipamiento necesario para desarrollar la actividad. La mayor ventaja de estas versiones es que permite mantener la garantía de tres años que ofrece Renault en sus vehículos, además de un año de garantía sobre el equipamiento, el cual está a cargo de la empresa Vallé. También se adquiere el Certificado de cambio de tipo de furgón a ambulancia de acuerdo a la ley 24.449 de tránsito requerida. Se esperan mas versiones de Kangoo Tranformadas: habrá variantes refrigeradas e isotérmicas. En cuanto al futuro de Kangoo, se espera en poco tiempo el lanzamiento local de la Kangoo E-Tech, versión totalmente eléctrica del utilitario y de origen europeo.

Del auditorio nos fuimos directo a la planta. Allí el subdirector nos hizo un recorrido por los puestos de montaje. Al ser una línea en la cual se arman varios modelos al mismo tiempo, los operarios están muy bien entrenados para colocar los elementos de manera precisa, ya sea que venga un Sandero, Logan, Kangoo o Alaskan. A su vez, cada determinada distancia hay puestos ocupados por un ‘checkman’, los cuales son controles de calidad intermedios y se encargan de verificar que todo esté en su lugar, ya que ante cualquier error, perjudicaría a toda la línea de producción.

Esta línea está produciendo 438 vehículos al día, con dos turnos con 18 vehículos por hora para los modelos de pasajeros y utilitarios, y dos turnos con 12 vehículos por hora para las pick-ups Renault Alaskan y Nissan Frontier. De esos 438 vehículos, unos 128 son Kangoo, que a su vez, un 70% son variantes furgones y un 30% versiones de pasajeros. Hay posibilidades de agregar un tercer turno cuando se agregue a la línea la nueva pick up de media tonelada, planeada para el año 2025 (leer más).

De la planta nos fuimos hacia el lugar donde Renault entrena a los operarios que luego formarán parte de la línea de montaje. Allí la cosa se puso desafiante a partir del momento en que nos dijeron que íbamos a competir entre los periodistas. Para ser sincero, nunca fui muy bueno en todo lo que se refiere a mecánica y destreza con herramientas, pero el instinto competitivo puede más. La primera tarea consistía en atornillar dos placas metálicas mediante tres tornillos. Primero nos dieron las instrucciones de cuál era la secuencia de atornillado y luego tuvimos un tiempo para practicar. Se me acercó una de las chicas que nos dio las instrucciones y dijo: “Le estás poniendo ganas, ¿te gusta esta actividad?”, a lo cual respondí: “No, pero les quiero ganar a todos ellos”

Luego de la sesión de práctica venía la tanda cronometrada, pero allí se agregaba una dificultad más: no solo teníamos que poner los seis tornillos lo más rápido posible y en la secuencia correcta, sino que además el puesto de trabajo se movía, emulando como sería trabajar en la línea de montaje. Nos dieron la señal de largada y “manos a la obra”. Mientras con una mano atornillaba, con la otra ya agarraba el próximo tornillo, respetando la secuencia y mirando de reojo a ver cómo venían los otros periodistas. Cuando vi que tenía cierta ventaja me concentré en lo mío y apenas terminé toqué la chicharra de aviso. En 61 segundos completé la tarea, siendo el primero en finalizar.

De ahí pasamos a otro puesto de entrenamiento, esta vez, de pintura. A través de un sistema de realidad virtual, los operarios son entrenados en sus gestos para las partes de los autos que se pintan sin utilización de robots. El ejercicio consistía en pintar el interior del capot de una Kangoo, donde primero se daba una mano de base y luego otra mano para terminar el trabajo. A través de las gafas de realidad virtual vemos tres colores cuando aplicamos la “pintura”. El azul es que recibió la primera capa, el verde es que tiene la cantidad correcta, y el rojo quiere decir que nos excedimos y tenemos chorreaduras de pintura. La existencia de este sistema es una gran ventaja dado que, ya sea para enseñar o para entrenar a los operarios, se reducen muchísimo los costos de los materiales a utilizar, siendo reemplazados por la virtualidad. También al ser un aparato tan exacto, nos permite saber con los porcentajes precisos de cuanta pintura se vertió, cuanto se chorreó y si la superficie quedo pintada de forma pareja.

Sin dudas que este fue el  ejercicio más complicado de los dos, y en la sesión de práctica me vi complicado. Pero al igual que en las carreras, cuando te dan la señal de largada para la sesión cronometrada, uno no sé de dónde saca la habilidad, pero le sale mejor que cuando está solo practicando. Así fue que realicé el trabajo con un muy buen tiempo, pero sobre todo sin dejar sectores sin pintar y con un índice muy bajo de chorreaduras. El señor que nos entrenó me felicitó por hacerlo muy bien, y le agradecí, aunque yo también estaba sorprendido de que me haya salido bien.

Llegó la parte de relajarnos luego de tantas actividades y fuimos al quincho del predio, donde se nos esperaban con un frondoso banquete. ¿Plato principal? Asado, el cual estaba riquísimo. Allí nos volvimos a encontrar con la plana mayor de Renault Argentina, donde estaba nuestro objetivo para el “Expediente Clio R.S.” Ahí también se develarían quienes fueron los ganadores de la competencia y se haría la entrega de premios, los cuales no sabíamos cuáles serían hasta que se anuncien los ganadores. La premiación consistía en el 3er puesto para quien haya tenido el record en alguna de las dos tareas, y el 2do y 1er puesto iba a ser para quien haya sido más rápido en el promedio de las dos. Entregaron al 3ero y al 2do, y para cuando venía el anuncio del 1ero le di mi celular a Tincho diciéndole: “Grabá esto, por favor”. Me miró con cara de “¿qué cosa querés que grabe?”. Y ahí Virginia Rivera, gerente de Comunicaciones de Renault Argentina, me llamó a recibir el premio. Pasé al frente con la grata sorpresa de haberme ganado un Monopatín Eléctrico Renault (leer más). La felicidad era absoluta, ya que me viene de 10 para moverme en los autódromos, pero además estaba ante la oportunidad perfecta para la “Misión Clio R.S.”, así que una vez que agradecí el premio y solté la pregunta: “¿El premio no podría ser también que Pablo presté el Clio R.S. para Ranking Motor1?” Se oyeron arengas, pero el gesto con su dedo índice fue negativo. Bueno, al menos lo intenté.

Llegó el momento del postre y los directivos de Renault fueron rotando por las mesas para que los periodistas pudiéramos charlar con ellos. Se acercó Virginia con cara de “¡ganaste!” a lo cual respondí: “Creo que no me van a invitar más a sus eventos, cada vez que vengo gano algo”, y se mostro pensativa. A lo cual agregué: “Claro, la última vez que fui a un evento de Renault fue en el Kartódromo de Buenos Aires, donde también gane”. Todo esto lo escuchó Pablo Sibilla, quien estaba al lado nuestro y aproveché para insistir sobre el préstamo del Clio R.S.. Su respuesta fue que no está patentando, por lo cual no puede circular: “No hay problema, Motor1 se hace cargo de la plancha de ida y vuelta al Autódromo”. Risas.

Pasé una jornada espectacular. Más allá de todos los obsequios, fue muy interesante conocer el lugar donde nació mi vehículo particular hace más de una década. Fue mi primera vez frente a una línea de montaje automotriz y es realmente hipnótico ver cómo todo se sincroniza de tal manera para que en poco tiempo distintas piezas de plástico y metal salgan transformadas en un vehículo terminado. Mi rol en estos lugares continúa siendo el de “el nuevo”, pero tanto la gente de Renault como los colegas me hicieron pasar una muy buena experiencia. Y ya me imagino cuál va a ser la pregunta más frecuente en esta nota: “¿Para cuándo tu Kangoo en el Ranking Motor1?” Así que la respondo aquí mismo: mi Kanguucha es modelo 2009, con años y años y años de maltrato que dejaré lugar a su imaginación para no quemarme gratis. Los autos que solemos probar en el Ranking son nuevos en su mayoría, dejando muy poco margen a roturas o incidentes, cosa que no se verifica con mi querida Kanguucha. Asique, prometo que cuando la ponga en condiciones de ser sometida a estas exigentes pruebas, le tomaremos el tiempo en el Circuito 6 de Buenos Aires, a ver qué tal se desempeña.

P.S.

ADEMÁS

En el Instagram de @Motor1Argentina

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