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Richard Hammond encuentra el primer Land Rover de la historia abandonado en un granero

Esa es otra de esas historias de coches abandonados que tanto nos gustan, aunque esta vez es muy especial, por el coche en sí y por la persona que lo ha encontrado. Richard Hammond ha encontrado el primer Land Rover de la historia abandonado en un granero. No es, por tanto, un clásico cualquiera de la marca británica, sino el primero construido. Un hallazgo cuyo valor es difícil de calcular.

El propio Hammond cuenta en el vídeo de YouTube de DriveTribe que puedes ver abajo la historia del primer Land Rover del mundo, que salió de fábrica el 29 de julio de 1948 con la matrícula JUE 477. Esto hizo que se ganara el sobrenombre cariñoso de ‘Jue’ (pronunciado Juey).

Richard Hammond encuentra el primer Land Rover de la historia abandonado en un granero

Hammond habla de la historia del ‘Jue’ y de cómo estuvo a punto de ser regalado al rey tras dejar de fabricarse, pero acabó en manos de un profesor del King’s College. Finalmente, un granjero del noroeste de Inglaterra lo compró a principios de los 70 y, desde entonces, ha permanecido ilocalizable, hasta que hace poco lo encontró Julian Shoolheifer, un especialista y restaurador de Land Rover que considera el Jue como el vehículo más importante de la historia de la marca.

La familia del granjero fallecido se puso en contacto con Shoolheifer por su experiencia en Land Rover para subastarlo por una buena cantidad. El especialista encontró el vehículo abandonado en un granero sin techo y completamente expuesto a los elementos. Sin embargo, sorprendentemente estaba más o menos bien conservado, teniendo en cuenta su edad. Todavía conservaba el número de chasis, el nº1, por supuesto, aunque estaba dividido en dos.

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En la subasta, un empresario compró el Land Rover. Era Jim Ratcliffe, el CEO de INEOS, fabricante que ha lanzado al mercado el Grenadier, precisamente, inspirado en los clásicos Land Rover. Después, el todoterreno fue sometido a una profunda restauración que lo ha devuelto a un estado excepcional, aunque el trabajo corrió a cargo de Shoolheifer.

Como buen aventurero que es, Ratcliffe no dejó su nuevo Land Rover en un museo, sino que decidió llevarlo por el desierto de Gobi, en Mongolia, junto con otros muchos 4×4 clásicos. ¿Qué mejor manera de celebrar su segunda vida? En el desierto, ‘Jue’ superó todo tipo de pruebas sin sentir ningún contratiempo.

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