- Renault Clio Williams, el ejemplo de deportivo de los ‘90
- Algo más que un Clio 16V potenciado
- Alma de competición
- Una edición especial que en 2023 celebra su 30º aniversario
Este artículo fue actualizado el 4 de julio de 2023 con nueva información y fotos.
A mediados de los ’80, la firma del rombo lanza una especie de segunda generación del Renault 5 (prueba). Se le conocía como Renault Super Cinco y llegó al mercado en 1984. Sin embargo, este refrito de R5 era más una evolución del clásico de 1972 que un vehículo completamente nuevo. Por ese motivo, Renault comenzó casi de inmediato a trabajar en un nuevo coche y, en 1990, presenta la primera generación del Clio.
La nueva ofensiva para el segmento B de utilitarios se presenta en el Salón del Automóvil de París de 1990, y a lo largo de su fase comercial, que le llevaría a vivir hasta 1998, experimentaría diferentes actualizaciones que lo mantendrían fresco y renovado mientras seguía acumulando unos más que admirables registros de ventas.
Renault Clio Williams, el ejemplo de deportivo de los ‘90
Pero el verdadero punto de inflexión para el Clio I tiene lugar en el año 1993. La firma francesa sacó a la venta el Renault Clio Williams. El motivo real de su puesta en el mercado no era otro que la posibilidad de homologación para su vehículo de competición en los rallyes, que exigía una serie mínima de 2.500 unidades de serie fabricadas con ciertas especificaciones compartidas con el de carreras. Algo habitual en la época.
Sin lugar a dudas, el éxito de ventas llegó, en parte, gracias al ilustre apellido que le acompañaba. Sin embargo, el logo de ‘Williams’ fue todo lo que aportó el glorioso equipo de Fórmula 1, que por aquel entonces montaba motores Renault- la escudería británica no estuvo relacionada con el desarrollo de este modelo especial, pero, a tenor de los resultados, tampoco hizo falta-.
Dotar al Clio con el apellido Williams fue la forma escogida por Renault para celebrar el título de constructores logrado por la escudería en 1992 (fue el primero de tres campeonatos consecutivos: 1992-1993-1994).
Algo más que un Clio 16V potenciado
La base del Williams era un Renault Clio 1.8 16V, modelo hasta ese momento tope de gama y versión más deportiva. Lo más destacable fue la evolución del motor F7P del Clio 16V, que pasó de 1.8 litros de cilindrada a los 2.0 litros que posee el motor del Clio Williams (F7R). Las modificaciones eran tan profundas para alcanzar los 150 CV de potencia y 175 Nm de par, gestionados por un cambio manual mejorado, que casi se podía hablar de un motor distinto. Las válvulas, las levas que las accionan y el cigüeñal eran diferentes, y se modificaron buscando un rendimiento superior, con un mayor tacto a coche de carreras y una velocidad máxima de 215 km/h.
El Salón de Ginebra de 1993 fue testigo de la presentación del Clio Williams en sociedad, un coche que llegaba después de que el equipo Williams F1 cosechara los títulos mundiales con Nigel Mansell en 1992 y más tarde con Alain Prost en 1993. Para decorarlo y diferenciarlo del resto de Clio convencionales, Renault Sport, su desarrollador, eligió el color Sports Blue (449) y lo combinó con el dorado en el que estaban pintadas sus llantas Speedline de 16 pulgadas. El conjunto era un claro homenaje al monoplaza del equipo Williams que combinaba estos mismos colores.
Alma de competición
El Williams no tenía problemas en mostrar lo que era, no escondía su objetivo de ser un coche diseñado para aportar sensaciones a su conductor, para ser efectivo en conducción deportiva y competición. Buena prueba de ello es que este Clio no podía montar, ni en opción, elementos como el airbag, el aire acondicionado o, incluso, un sistema antibloqueo de frenos ABS.
De hecho, se hicieron múltiples versiones de carreras de este pequeño francés. Desde un Grupo N, que alcanzaba los 165 CV, pasando por un Grupo A, con entre 205 y 220 CV. Pero sin lugar a dudas, el más recordado por todos los aficionados es el Renault Clio Williams Maxi Kit Car, que alcanzaba una potencia de, nada menos, que 250 CV, aunque las últimas evoluciones llegaron a alcanzar los 265 CV.
Una edición especial que en 2023 celebra su 30º aniversario
Como se trataba de una edición especial que pretendía homologar el vehículo de carreras del Grupo A, Renault necesitaba producir un mínimo de 2.500 unidades de calle para obtener el permiso. Sin embargo, la firma del rombo planificó un total de 3.800 ejemplares (numeradas) que se vendieron en un abrir y cerrar de ojos.
En vistas del éxito la compañía decide lanzar las dos generaciones, o fases, posteriores del modelo. Sin embargo, tan solo sería la primera la que sería numerada mediante una placa instalada en el interior, además de que es la más cotizada actualmente. Un dato curioso en la historia del Renault Clio Williams es que fue utilizado como Safety Car en el GP de Argentina de Fórmula 1 de 1996.
Las dos generaciones posteriores contarían con diferencias en la carrocería, como un retrovisor más grande, pilotos traseros rediseñados y nuevas insignias emblemas, como la 2.0 situada en la aleta, entre otros. Pero el principal de los cambios en el Clio Williams Fase 3 llegó con el cambio de color exterior, reemplazando el Sports Blue (449) por el Monaco Blue (432). También obtuvo el techo corredizo que estaba disponible en los Clio estándar.
Finalmente se produjeron un total de 12.200 unidades sumando las tres fases del Clio Williams, un coche que estaría en activo desde su lanzamiento al mercado en 1993 hasta la llegada del Clio II, en 1998. Su sucesor no tuvo una versión similar al Williams, pero sí obtuvo el Clio más radical de la historia, el Renault Clio V6 (prueba).