Renault tiene mucho que agradecer a los monovolúmenes. Durante mucho tiempo, una buena parte de las ventas de la marca francesa venían de este tipo de vehículos, por lo que tuvieron mucho protagonismo dentro de su catálogo, primero con el Espace y más tarde también con el Renault Scénic y el Modus.
Pues bien, ya no queda ningún monovolumen de Renault. El Modus desapareció hace tiempo sin sucesor, el Espace se ha convertido este mismo año en un SUV y el Renault Scenic acaba de seguir los pasos de su hermano mayor. De paso, también pierde el acento de su nombre, como sucedió con el Megane.
El Renault Scenic se reinventa casi 30 años después
Desde que se estrenó en 1996 ha sido la variante más familiar del Renault Megane y, aunque ya no es un monovolumen, en cierto modo sigue siendo así, sobre todo ahora que el Renault Megane eléctrico no tiene versión con carrocería familiar.
Sus formas dejan claro que en su ADN no queda nada de monovolumen y en lo que respecta al diseño sigue el camino marcado por los últimos lanzamientos de Renault, es decir, del Rafale y del nuevo Clio.
Todos ellos están dibujados por Gilles Vidal, que también fue el padre del Peugeot 408 antes de abandonar Peugeot para convertirse en el responsable del departamento de diseño de Renault.
El primer trabajo de Gilles Vidal en Renault fue el prototipo Renault Scénic Vision que conocimos hace algo más de un año y ahora lo ha transformado en un modelo de producción que, al menos por fuera, respeta mucho las líneas originales del concept.
Antes, las marcas recurrían al formato monovolumen para conseguir el máximo espacio interior posible. Ahora los tiempos han cambiado y la amplitud en los coches eléctricos se logra con una gran distancia entre ejes.
La de este Scenic es de 2,78 metros, es decir, 10 cm más que la del Megane y 4 cm más que la del Rafale y el Espace. Eso se traduce en cinco grandes plazas, mucho espacio para las piernas en la fila posterior y un gran maletero (tiene 578 litros de capacidad y se amplía a 1.670 litros con los asientos traseros abatidos).
Utiliza una tecnología que se llama AmpliSky para oscurecerse o aclararse mediante un campo eléctrico que recorre su cristal LCD. Gracias a ello no necesita cortinilla de tela ni el mecanismo que la acciona.
En la parte técnica, de inicio se ofrecerá con dos niveles de potencia y autonomía, siempre con un solo motor ubicado sobre el eje delantero y tracción delantera. La variante de acceso (Autonomía estándar) utilizará un motor eléctrico de 170 CV y 280 Nm alimentado con una batería de 60 kWh. Ofrecerá hasta 420 km de autonomía, acelererá de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y alcanzará los 150 km/h.
La más potente (Gran autonomía), tendrá 220 CV y 300 Nm. En este caso la batería tendrá 87 kWh de capacidad y le permitirá recorrer hasta 620 km entre cargas, aunque las cifras de autonomía están pendientes de homologación. Esta versión acelerará de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y alcanzará los 170 km/h. El peso de esta versión es de 1.842 kg.
Los dos motores son síncronos con rotor bobinado y las dos baterías son de NMC (Níquel, Manganeso y Cobalto). A la hora de cargarse, pueden hacerlo a una potencia máxima de 22 kW en corriente alterna y hasta 150 kW en corriente continua (hasta 130 kW la variante de Autonomía estándar).
Nos falta por conocer el precio que tendrá esta quinta generación del Renault Scenic, aunque Renault debería desvelarlo pronto porque llegará a las calles a principios del año que viene. Seguirá fabricándose en la planta de Renault de Douai, en Francia, donde se ha ensamblado siempre el Scenic.