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El curioso origen del nombre del Renault Rafale

Hace poco, conocimos una de las grandes novedades de Renault para este 2023, un SUV de aspecto coupé y de tamaño intermedio que se erige como el nuevo buque insignia de la marca francesa y se posiciona entre el Renault Austral y el Renault Escape. Ya te hemos contado todos sus detalles técnicos y de equipamiento, pero ahora queremos centrarnos en el curioso origen del nombre del Renault Rafale.

Aunque no lo creas, el nuevo SUV coupé de Renault toma su nombre de un avión. Y es que la marca del rombo tuvo una importante vinculación con la aviación en las primeras décadas del siglo XX. Concretamente, el nombre del Renault Rafale tiene su origen en el legendario Caudron Rafale, un avión de carreras con motor Renault que batió varios récords de velocidad en los años 30. Esta es la explicación por la que la firma gala presentó su nuevo producto en el famoso salón aeronáutico internacional de Le Bourget, en las cercanías de París.

El curioso origen del nombre del Renault Rafale

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En todos los fabricantes (y Renault no es una excepción), ponerle nombre a un modelo es un trabajo arduo y, para ello, cuentan con departamentos específicos y especializados, muchas cabezas pensantes para que el nombre elegido no sea ‘problemático’ en según qué mercados.

En el caso de la firma francesa, como reconoció la responsable de estrategia de denominación de modelos de Renault Sylvia Dos Santos, los nombres transmiten a menudo un significado simbólico, un sentido histórico o, incluso, ambas cosas a la vez. Y este es el caso del Refale, cuyo nombre evoca a un pasado desconocido en la firma y que tiene que ver con la aviación.

Louis Renault y su pasión por la aviación

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Exactamente, el Rafale fue un caza francés de los años 30 del siglo pasado. Todo comenzó en 1933, cuando Louis Renault, un apasionado de la aviación en una época en la que este sector empezaba a despegar (nunca mejor dicho), compró Caudron, un fabricante francés de aviones. Desde principios de siglo XX, la marca del rombo había sido pionera en la fabricación de motores no sólo para automóviles, sino también para otros medios de transporte, como trenes e, incluso, aviones.

Y Renault decidió introducirse en el mundo de la aviación. Tras la copra de la compañía, creó Caudron-Renault y modificó el nombre de todos los aviones con denominaciones vinculadas con el viento. Uno de esos aviones fue el C460, que pasó a llamarse Rafale (ráfaga en francés). Lo mismo hizo con otros modelos, como el C500, que pasó a llamarse Somoun (simoon, un viento del desierto) o el C640, que lo rebautizó como Typhon (tifón en francés).

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El Caudron Rafale era un avión de carreras monoplaza, diseñado por el ingeniero Marcel Riffard para batir récords y del que apenas se fabricaron unas pocas unidades, motivo que puede explicar que haya caído en el olvido, salvo en el seno de Renault. Sin embargo, fue un avión de unas prestaciones increíbles que dejó una huella importante en el sector, gracias a su diseño aerodinámico y potente motor, convirtiéndose en una leyenda.

Las ases de la aviación

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Durante los años 20 y 30 del sigo XX, la aviación cobró un interés máximo y no fueron pocas las mujeres que quisieron dejar su nombre para la historia. La más destacada fue Hélène Boucher quien, en 1934, firmó un contrato con Caudron-Renault y batió varios récords de velocidad, incluido el récord femenino de distancias superiores a 1.000 kilómetros, cuando alcanzó los 445 km/h el 11 de agosto de 1934. Un mes antes, el 8 de julio, quedó segunda en las 12 Horas de Angers después de haber pilotado en solitario su Caudron-Rafale durante doce horas seguidas.

Por su parte, el 30 de diciembre de 1938, Maryse Hilsz batió el récord de distancia sin escalas con un Caudron Simoun, al llegar a la ciudad de Nouadhibou en Mauritania (en aquella época, Port-Étienne) desde Istres, en un vuelo de 3.230 kilómetros.

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Madeleine Charnaux fue la primera aviadora en obtener una licencia de piloto sin visibilidad y batió muchos récords a los mandos de su Rafale, como el récord de velocidad femenino y general de 1.000 kilómetros de 100 kilómetros en pareja y, luego, en solitario.

Finalmente, Maryse Bastié fue la primera aviadora francesa en añadir varios récords femeninos a su palmarés: cruzó sola el Atlántico Sur de Dakar a Natal en 12 horas y 5 minutos, a bordo de un Caudron Simoun con un motor de 220 CV, logrando el récord mundial femenino de velocidad en este recorrido.

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