El Renault 21 llegó al mercado con unas líneas atractivas pero tradicionales y poco arriesgadas. Sin embargo, en el interior de las versiones TXE se presentaba un cuadro de instrumentos que era de lo más futurista. Damos un repaso a la historia de este modelo.
- Renault 21: Coche del Año ABC en 1987
- Renault 21 TXE: el coche fantástico para familias
- Renault 21 TXE: parecerse al Turbo
- Renault 21 TXE: confort por encima de todo
- El Renault 21 TXE de Pedro y Oscar: nuestro protagonista
En 1986 Renault presentaba el relevo del R18, un modelo que había prestado excelentes servicios a la marca del rombo, pero al que le tocaba ya una renovación profunda para plantar cara a una competencia cada vez más preparada. España por fin tenía las fronteras abiertas a las importaciones y ya no era tan fácil para Seat, Renault y Citroën vender sus modelos de fabricación nacional, que hasta los primeros años ochenta campaban prácticamente a sus anchas.
El nuevo Renault 21 presentado en 1986 llamaba la atención por un diseño muy moderno, obra de Giorgetto Giugiaro (el mismo que diseñó el Golf, el BMW M1, el Saab 900…) con unas líneas bastante tradicionales pero con detalles poco vistos hasta la fecha. Por ejemplo, sus puertas mordían en el techo, eliminando así el vierteaguas (solución también empleada por el diseñador en los Saab 900, Lancia Thema y Fiat Croma) y con unos cristales muy enrasados. Estos detalles y unas proporciones muy fluidas permitían al Renault 21 ofrecer una buena aerodinámica, con un Cx de sólo 0,31, un valor muy bueno para la época e incluso en la actualidad.
A la carrocería berlina de tipo sedán se sumaba una versión familiar denominada Nevada que llamaba todavía más la atención por la forma de su zaga, también muy aerodinámica, con un maletero de grandes dimensiones y la practicidad añadida del generoso portón. Con el lavado de cara llevado a cabo a la mitad de su vida comercial llegaría la berlina de 5 puertas tipo hatchback, con la que el R21 tendría una de las gamas más variadas de su segmento.
De las dos versiones mecánicas presentadas en 1986, el TXE era el tope de gama, con un motor 2 litros de 120 CV que sería la base a partir de la cual se desarrollaría el poderoso R21 Turbo y llegaría al mercado unos meses después del lanzamiento del Renault 21. El TXE, además de por su completo equipamiento y solvente mecánica, llamaba la atención especialmente por un detalle que veremos más adelante y que está presente en la unidad probada en este vídeo.
Renault 21: Coche del Año ABC en 1987
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Entre las singularidades del Renault 21 llamaba la atención la versatilidad de su plataforma, que montó mecánicas muy dispares. Los modelos básicos equipaban los motores de los hermanos menores, Renault 9 y 11. Estos modelos montaban las mecánicas en posición transversal, mientras que los grandes 2 litros eran longitudinales. Esto obligaba a modificar la parte delantera del chasis del R21 para poder alojar motores transversales y longitudinales, lo que variaba las proporciones de los voladizos. También se ofrecieron versiones con tracción total, denominadas Quadra y 4×4
El Renault 21, al igual que el Renault 9 que probamos hace unos meses, también se comercializó en los EE.UU. con el nombre de Renault Medallion, con una estética algo diferente debido a los faros y parachoques específicos para la legislación americana y con un equipamiento más completo.
Renault 21 TXE: el coche fantástico para familias
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El 1 de agosto de 1985 se estrenaba en España la serie de «El Coche Fantástico», algo que marcaría la infancia de miles de chavales que alucinaban con el parlanchín Pontiac Firebird Trans-Am con la voz de Hommer Simpson y un cuadro de instrumentos digital repleto de testigos, luces y pantallas. Eran años en los que lo digital era lo más futurista que podías imaginar y, aunque había varios fabricantes que usaban los cristales líquidos para el cuadro de instrumentos de sus modelos (Citroën BX Digit, Opel Kadett GSi, Audi Quattro, Chevrolet Corvette, Fiat Tempra…) era algo muy distintivo y llamativo entonces.
El Renault 21 TXE equipaba un cuadro de instrumentos digital que era mucho más llamativo por colorido y tamaño de los dígitos que cualquiera de los demás, no sólo menos vistosos, también menos legibles.
Pocos meses después del lavado de cara llevado a cabo a finales de la década, Renault unificó componentes y el Renault 21 TXE perdió este característico cuadro de instrumentos. Por suerte nuestro protagonista aún lo conserva al ser una de las primeras unidades posteriores al restyling, lo cual lo hace todavía más especial.
Renault 21 TXE: parecerse al Turbo
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Con la llegada del año modelo 90 el Renault 21 cambia ligeramente de apariencia y se añade la versión de 5 puertas a la berlina. Los cambios en el diseño hacen que el nuevo aspecto del R21 sea más parecido al del Turbo, sobre todo en la vista frontal, con unos faros más alargados y un nuevo paragolpes que hacen que la parte delantera se vea más afilada y que el coche parezca más ancho. Las llantas también cambian de diseño y los TXE abandonan las de aleación que estaban inspiradas en las de los R5 GT Turbo y adoptan en las versiones Broker un diseño más distingido, acabadas en aluminio pulido y gris y un formato de radios cruzados muy elegante, como las que tiene nuestro protagonista.
En la parte trasera un catadióptrico une los pilotos posteriores de lado a lado y le dan un aire más deportivo y moderno a la zaga del R21, que ya llamaba la atención en su día por el gran tamaño de sus pilotos y su acabado ahumado.
Renault 21 TXE: confort por encima de todo
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El confort a bordo de los R21 era elevado, tanto por espacio como por el arropado que envolvía a los pasajeros. La calidad de algunos plásticos no aguantaba bien el paso de los años y eran frecuentes las grietas en algunas partes del salpicadero.
Con la llegada del lavado de cara y de las versiones especiales como los Broker y Manager se empezaron a ofrecer en los Renault 21 más básicos algunos lujos del todopoderoso Baccarra, como el climatizador electrónico o los mandos satélite para el control del equipo de sonido.
El tope de gama, junto con los Turbo, estaba representado por el lujosísimo Renault 21 Baccarra, caracterizado por unos excelentes butacones de cuero de gran calidad a imagen y semejanza de los del Renault 25. Con ellos, el Renault 21 se convertía en un verdadero salón rodante, con un lujo que no envidiaba en nada al de modelos con nombres de mucho más prestigio.
El Renault 21 TXE de Pedro y Oscar: nuestro protagonista
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Aunque el Renault 21 fue un auténtico éxito comercial, han pasado más de 30 años de ello y los sucesivos planes de renovación y achatarramiento del parque, unido a las bajas cotizaciones del modelo han hecho que apenas queden ejemplares supervivientes, y menos todavía en un estado de conservación como éste. En septiembre de 1990 Pedro (que en paz descanse) eligió un flamante Renault 21 TXE de entre todas las opciones que había en el mercado, atraído por su diseño, buen equipamiento (elevalunas eléctricos de un solo toque, cierre centralizado, aire acondicionado, dirección asistida, ordenador de viaje, llantas de aleación, ABS, etc.) y las prestaciones que ofrecían su motor de 120 CV en un coche bastante más ligero de lo que estamos acostumbrados en la actualidad.
Dos años después nacería su primogénito, Óscar, quien lo ha heredado demasiado pronto por desgracia y quien se ha encargado de mantenerlo en este estado, prácticamente original aunque con algún detalle personal para hacerlo todavía más suyo, como el volante de 3 radios de tapizado deportivo.
Muchas gracias a Óscar por su trabajo de conservación para poder disfrutar en 2023 de un R21 TXE con más de 30 años que es un fiel reflejo de lo que era este coche en su día, por dar valor a los recuerdos y a la historia que hay detrás de un coche más allá del valor material, que, en el fondo, es lo menos valioso.
