Los dos motores podían funcionar de forma independiente, ofreciendo tracción delantera, total o propulsión trasera.
Si tuviéramos que elegir un clásico que ilustrara a la perfección el automovilismo europeo en sus orígenes, ese sería el Citroën 2CV; incluso, por delante de clásicos como el VW Beetle o el Fiat 500. Pero la versión que hoy te presentamos del barato (en su momento) y alegre “dos caballos” se sale bastante de lo común, empezando porque solo se fabricaron 693 unidades.
De hecho, referirnos al 2CV Sahara como la versión 4×4 del modelo sería quedarnos cortos, ya que el coche tenía dos motores de gasolina que funcionaban de manera independiente para asegurar la tracción 4×4 (como en el SEAT Ibiza bimotor de rallies o en los eléctricos actuales).
Esta especie de todoterreno artesano, que se vendía con dos motores y dos cajas de cambios, tenía un chasis reforzado y brazos de suspensión más fuertes para soportar mejor los terrenos abruptos.
Además, los ingenieros franceses incluyeron resistentes parachoques tubulares y dos depósitos de combustible, para alimentar los motores delantero y trasero. Eso sí, incluso con los depósitos llenos, este 2CV 4×4 anunciaba un peso de sólo 735 kilogramos.
Dos llaves de contacto, una para cada motor
Como vemos en el vídeo, el procedimiento de arranque es de lo más sencillo, ya que hay dos llaves de contacto, una para cada motor. La más cercana a la columna de dirección enciende el propulsor delantero, mientras que la más alejada hace lo propio con el trasero.
Citroën 2CV Sahara (1960-1971)
Como los dos depósitos de combustible están situados debajo de los asientos, hay orificios en las puertas por los que echar gasolina. Y la cosa no queda ahí, ya que el conductor debe utilizar una palanca independiente para sincronizar las dos cajas de cambios.
Además, el coche cuenta con pilotos personalizados, que flanquean el ventilador de refrigeración necesario para el motor adicional, al tiempo que este Sahara también presenta un capó rediseñado con un hueco para la colocar la rueda de repuesto.
Citroën 2CV Sahara (1960-1971), el interior
Puede valer incluso más de 80.000 euros
Prácticamente sin insonorización y con dos motores, el coche es previsiblemente ruidoso. El precio también era un problema en la época, ya que costaba el doble que un 2CV normal. Por esta razón, no fue un éxito comercial, sino más bien un experimento.
Y hoy en día, si quieres hacerte con uno, debes saber que valen una fortuna. De hecho, en 2019, un ejemplar alcanzó los 106.400 dólares (actualmente, 99.136 euros al cambio) en una subasta en Pebble Beach
Citroen 2CV Sahara (1960-1971), la vista trasera