Nos ponemos al volante de uno de los coches de competición más interesantes de la actualidad. Por algo los GT4 son un objeto de deseo.
No es la primera vez que lo digo, pero no por ello pierde importancia. Conducir un vehículo de competición siempre es algo especial. Te hace percibir otros aspectos diferentes a los que solemos valorar en nuestras pruebas de turismos que a menudo puedes leer en Motor1.com.
A pesar de estar basado en un modelo de producción, como es el BMW M4 Coupé, la versión que disputa distintos campeonatos dentro de la categoría GT4 se transforma en un auténtico ‘animal’ de circuito.
Por esto último, aunque no sólo por ello, ‘pilotar’ un modelo de estas características en una pista siempre es motivo de alegría, no sin evitar cierta sensación de respeto, al ponerse al volante de un modelo aligerado al máximo y con 550 CV a domesticar con tu pie derecho.
Galería: BMW M4 GT4 2023 prueba en circuito
28 Fotos 
Después de abandonar por la puerta grande la pasada temporada 2022/2023, con el BMW M2 CS Racing participando en dos campeonatos (subcampeones de la BMW M2 CS Racing Winter Cup y ganadores de categoría en el Campeonato de España de Resistencia), BMW España Motorsport regresa con el nuevo BMW M4 GT4 para disputar la temporada 2023… en la categoría de moda.
M4 GT4, un paso de gigante
Hablamos de un cambio de categoría sustancial, dejando el laureado M2 CS Racing, para explorar un vehículo mucho más serio, tanto por prestaciones, como por expectativas, ya que la inmensa mayoría de fabricantes tienen o han anunciado uno de sus modelos adaptado a la categoría GT4.
Todo un reto para los pilotos oficiales del equipo oficial de BMW España Motorsport, Nerea Martí y Jose Manuel de los Milagros, para el curso que está a punto de iniciarse.
En este sentido, he contado con la inestimable ayuda y consejos de Nerea Martí, quien me contó algunos de los secretos del nuevo coche y su comportamiento en pista, algo que tuve ocasión de constatar, tanto de copiloto como al volante del M4 GT4, durante unas cuantas vueltas al trazado madrileño del Jarama.
Varios son los motivos que han marcado del desarrollo de este M4 GT4, aunque podríamos resumirlos en cuatro fundamentales: rendimiento, fiabilidad, rentabilidad y mantenimiento.
Todo, sin olvidarnos de otros puntos clave adicionales como la ergonomía o la electrónica, que han mejorado considerablemente la experiencia del piloto. Fruto de ello es que varios elementos del M4 GT4 provienen directamente de su hermano mayor, el M4 GT3.
BMW M4 GT4, deportividad y sostenibilidad
Tampoco hay que olvidar el esfuerzo en sostenibilidad cada vez más presente en los modelos de competición. En el caso del M4 GT4 se aprecia en detalles como la adopción de materiales compuestos de origen animal, como el cáñamo y el lino, que sustituyen a otros materiales compuestos más contaminantes como la tradicional fibra de carbono.
En este caso, el capó o las puertas están fabricadas con estos materiales ‘naturales’, que aseguran el mismo nivel de seguridad, fatiga y resistencia, que los compuestos a los que sustituyen.
M4 GT4, mecánica y transmisión conocidas
Pero pasemos a la cuestión trascendental y esa no es otra que hablar del protagonista, que no es otro que el majestuoso M4 GT4. Bastará con explicar unos simples datos técnicos del modelo bávaro, para que comprendas la dimensión real de este coche de carreras.
Equipa el conocido motor de seis cilindros en línea con 2.993 cm3 que está presente en la versión de calle. La potencia máxima es de hasta 550 CV y de 650 Nm de par motor. Y decimos “hasta”, porque debido a la reglamentación, ese potencial puede estar ‘capado’ en cada carrera. Por ejemplo, nuestra unidad tenía un mapa de motor que entregaba ‘sólo’ 460 CV, según me confirmó la propia Nerea Martí.
La transmisión es automática con convertidor de par de siete velocidades, firmada por ZF y con software específico de BMW Motorsport, mientras que el control de tracción tiene 10 modos de actuación. La suspensión corre a cargo de KW, mientras que otros proveedores de primer nivel como Recaro, Bcomp, Ravenol, Puma o H&R también participan en el desarrollo de este espectacular M4 GT4.
Como puedes imaginar, el habitáculo del vehículo es el clásico de uno de competición, donde las medidas de seguridad, con la correspondiente jaula antivuelco, los refuerzos por doquier y los arneses de seguridad dominan todo el espacio disponible.
Ahora bien, en cierto modo, este M4 GT4 ofrece un elemento que los pilotos sabrán apreciar muy positivamente. Es la inclusión de un sistema de aire acondicionado con función antiempañamiento del parabrisas, tan útil como efectivo. Y créeme que así es, porque pude experimentar la sensación del aire fresco a pesar de estar enfundado en un mono y ‘enjaulado’ en el bacquet…
Un carrusel de emociones en pista
Después de ‘deslizarme’ en el interior, primero ocupo el puesto de copiloto. Algo fundamental cuando te enfrentas por primera vez a un ‘monstruo’ de estas características. A pesar de que el circuito me es conocido, nunca está de más tomarse las primeras vueltas como un aprendizaje necesario… y mejor si es de copiloto.
Nerea pone en marcha el motor pulsando un ‘botoncito’ del volante… que está aprovechado al máximo entre pulsadores, ruletas y conmutadores. Por suerte para los más ‘boomers’ frente al piloto hay una pantalla digital que informa de muchas cosas, pero de una fundamental: el número de la marcha que llevamos engranada.
Y digo esto, porque cuando me toca intercambiar ‘papeles’ con Nerea Martí, mis pulsaciones empiezan a subir de manera súbita. Después de lo sencillo, ir escuchando sus consejos sobre trazadas o puntos de frenada antes de las curvas, ahora me toca ponerlo en práctica.
Vaya por delante que en ningún momento intenté ’emular’ a Nerea y sus capacidades al volante (Dios me libre de semejante osadía). Mi papel es mucho más humilde: tratar de comprender, aunque sea en una mínima parte, las capacidades de este impresionante coche de carreras.
Me ajustan todos los arneses, aun a riesgo de colapsar mis pulmones, punto el botón ‘N’ y presiono la leva de subir marchas. Nerea me confirma que rodamos con otros vehículos en pista y que tenga cuidado. Acelero con suavidad y comienza mi momento personal de ‘gloria’. Salgo del pit lane y acelero con más contundencia y de inmediato compruebo la capacidad de aceleración del M4 GT4… y eso que ‘sólo’ tengo 460 CV.
Básicamente, me centro en replicar la marcha ideal en cada punto del trazado y de frenar con decisión en los puntos que ella me indica. La primera vuelta la completo con lo que yo calificaría de aprobado alto. Enfoco la recta de meta y por un momento creo ver en el velocímetro unos dígitos por encima de 210 km/h. No seré el más rápido, pero me impresiona la rapidez con la que gana velocidad el coche.
Freno con mucha decisión, como a 150 metros antes de llegar al final de recta, engrano tercera velocidad, giro y apunto con el morro hacia la trazada, dejo correr el coche y fijo mi mirada en la salida de la curva dosificando el pedal del acelerador… ¡ostras, pues no voy tan mal! pienso para mi mismo.
Y así voy sumando metros, sucediendo curvas, combinando aceleraciones progresivas, con fuertes frenadas. Todo parece sencillo, como si lleváramos el modo ‘todo bajo control’ activado y eso hace que tenga una falsa sensación de ‘venirme arriba’.
Sensación que aparece de repente, en forma de estruendo, cuando dos M4 GT3 me ‘arrancan las pegatinas’ en la subida a la Rampa Pegaso, dejando bastante claras las diferencias de prestaciones entre ambas categorías.
En fin, eso no hace empañar un ápice mi orgullo personal al completar las vueltas pactadas sin ningún sobresalto más, replicando las indicaciones de Nerea y firmando un ‘cero’ en el apartado de ‘pasadas de frenada’ o ‘salidas de pista’.
Conclusiones sobre el BMW M4 GT4
Al fin y al cabo, tres vueltas dan para lo que dan, pero en mi caso, te puedo asegurar que han servido para mucho. Podría estar mucho más tiempo hablando de lo evocador que resulta conducir un coche de competición, pero caería en el error de repetirme en un cúmulo de emociones que sólo se pueden experimentar sentado al volante de uno de estos velocistas. En cualquier caso, me quedo con una serie de conclusiones que creo valiosas.
Lo primero, darme cuenta del verdadero potencial de un coche carreras-cliente que dará mucho que hablar en la temporada 2023. Lo segundo, las diferencias reales entre un deportivo de calle como es el BMW M4 Coupé, con sus 510 CV de potencia, y su derivado de competición, que incluso con menos potencia se convierte en una bestia de la pista. Y tercero y puede que más determinante, que el M4 GT4 está llamado a ser un éxito entre los posibles equipos privados que apuesten por él esta temporada y la próxima.
No quisiera terminar sin darle las gracias a BMW Motorsport España por darnos la oportunidad de probar un vehículo de estas características, que nos hace comprender cómo un vehículo de calle se puede transformar en un GT4 de altas prestaciones. Yo, desde luego, tengo el propósito de no perderme ninguna de las carreras de la categoría GT4 del próximo año… ¿y tú?
