Sin duda sorprendente el movimiento que acaba de hacer el fabricante chino Xpeng Motors, que ha confirmado la compra de la división de coches inteligentes de uno de los principales operadores de taxis privados de China, en un acuerdo valorado en algo más de 700 millones de dólares.
El acuerdo se ha sellado con un coste total de 744 millones de dólares, que es una cifra muy cercana a la invertida hace pocas semanas por Volkswagen en la propia Xpeng. Un dinero que como vemos, ha sido reinvertido por los chinos rápidamente.
El mercado ha acogido con optimismo el acuerdo, que permite al fabricante chino eliminar la posibilidad de que Didi se convirtiese en un competidor potencial, y al mismo tiempo logra obtener acceso a su tecnología, como la conducción autónoma que Didi lleva unos años desarrollando con incluso permisos en algunas ciudades para usar robotaxis totalmente autónomos. Un acuerdo que ha impulsado las acciones de XPeng casi un 15% el día del acuerdo.
El principal problema para XPeng es que las ventas no marchan del todo bien. En el primer semestre ha vendido 41.435 unidades, lo que representa un 40% menos interanual.
Una dinámica que choca con la de otros grupos, como BYD o Tesla, que marchan a toda máquina con fuertes crecimientos, y que se produce en plena expansión de una Xpeng que tendrá que obtener fondos para mantener su crecimiento.