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Primera prueba Kia Sportage PHEV 2022

Primera prueba Kia Sportage PHEV 2022

La gama del SUV compacto coreano se completa con esta variante híbrida enchufable y una versión diésel, que se suman a los Sportage gasolina e híbridos convencionales.

Esta quinta generación del Sportage representa el modelo más importante dentro de la gama de Kia en cuanto a volumen de ventas previstas (representa un 25% de la cifra total de la marca), por lo que era importante que ofreciera una gama de motorizaciones lo más completa posible. En su lanzamiento hace seis meses, solo contaba con una variante de gasolina 1.6 T-GDi de 150 CV o 180 CV y un híbrido de 230 CV. Y, hasta junio de este año, ya se han vendido más de 5.500 unidades.

Ahora, el Kia Sportage ya se puede comprar con un propulsor diésel de 115 CV o 136 CV y con una combinación de mecánica 1.6 gasolina turbo con 180 CV y un motor eléctrico de imanes permanentes de 66,9 kW que, en conjunto, le dotan de una potencia de 265 CV y un par de 350 Nm; y, gracias a una batería de 13,8 kW/h (se puede llegar a recargar en algo menos de dos horas, con un límite en corriente alterna de 7,2 kW), puede circular hasta 70 km en modo totalmente eléctrico, lo que le otorga la pegatina cero de la DGT.

En este caso, hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante de la versión híbrida enchufable. La marca considera que esta versión tendrá un peso importante en el mix de ventas gracias a que se puede beneficiar de las ayudas del Plan Moves.

Con 4,51 m de largo (compite con modelos como el Hyundai Tucson, el Ford Kuga, el Nissan Qashqai o el Peugeot 3008), esta variante PHEV apenas se distingue por fuera del resto de las versiones de la gama; cuenta con una chapita identificativa en el portón del maletero y con una portezuela adicional a la del repostaje de gasolina para alojar el puerto de carga.

¿Cómo es por dentro?

El salto en cuanto a calidad respecto a la anterior generación del modelo es importante. De apariencia moderna, los materiales empleados transmiten calidad y, en su gran mayoría, solidez. Tan solo las zonas en las que se emplea remates en negro piano (zona de las puertas, consola central…) dan la sensación de que aguantarán peor el paso del tiempo, debido a que será fácil que acaben con marcas de uso.

Lo que más llama la atención son las dos pantallas que conforman la instrumentación y el sistema multimedia. Ambas son de 12,3 pulgadas y, aunque al principio puede abrumar la cantidad de información que se recibe, pronto te acostumbras y resultan intuitivas de manejar. Lo mismo sucede con los diferentes mandos, situados a mano y con lógica, por lo que no resulta complicado acceder a las diferentes funciones. No obstante, la enorme pantalla táctil central cuenta muchos menús, lo que puede llegar a distraer mucho si decides manejarla conduciendo (la fluidez en su funcionamiento es normal).

La postura de conducción está muy lograda, con un asiento que ofrece un buen compromiso entre agarre del cuerpo; la visibilidad es correcta en todos los ángulos, algo a lo que ayuda ir sentado bastante alto, incluso en su posición más baja.

El espacio para los pasajeros es destacable en lo que respecta al hueco disponible para las piernas (algo a lo que ayuda una distancia entre ejes de casi 2,7 metros), y normal en cuanto a la altura. Por anchura, es más recomendable que viajen dos adultos para mantener un mínimo de comodidad, ya que la plaza central está pensada para un uso esporádico… como en el resto de sus competidores excepto el Citroën C5 Aircross. Además, los pasajeros traseros cuentan con una serie de comodidades bastante curiosas, como son conexiones USB emplazadas en los respaldos de los asientos delanteros, así como unos percheros en los reposacabezas delanteros.

En cuanto al maletero, en esta versión PHEV alcanza los 540 litros, por lo que es bastante grande y aprovechable. También se puede abatir los asientos, por lo que el volumen puede alcanzar los 1.715 litros.

¿Y cómo va el Kia Sportage PHEV?

Estamos ante un SUV realmente equilibrado, ya que ofrece un buen compromiso entre comodidad y dinamismo, con reacciones siempre seguras. Es evidente que su enfoque no es en absoluto deportivo, pero es de esos coches que cubren distancia proporcionando una gran comodidad a los pasajeros y, al mismo tiempo, tampoco se encuentra especialmente incómodo si decidimos practicar una conducción algo más alegre en una carretera de curvas.

El rendimiento del conjunto mecánico es bueno, sobre todo cuando contamos con la batería cargada. El paso de 0 a 100 km/h lo realiza en 8,2 segundos, y su capacidad para recuperar velocidad es destacable, además de solventar incorporaciones y adelantamientos con suficiente agilidad. No obstante, cuando la batería se descarga el rendimiento disminuye, aunque en ningún momento echas de menos prestaciones, a pesar de que el peso del conjunto llega hasta los 1.905 kg.

El cambio automático de seis velocidades funciona realmente bien, ya que es rápido y suave a partes iguales, y permite sacar un buen provecho al sistema híbrido. La tracción de esta versión es a las cuatro ruedas. En cuanto al consumo, la firma declara 1,1 litros/100 km pero, como sucede en todos los híbridos enchufables, esta cifra solo es factible si realizas únicamente recorridos urbanos y recarga de forma constante.

Durante la presentación, en la que condujimos por autopista, carreteras secundarias, y una pequeña parte del recorrido atravesando poblaciones, con el modo híbrido activado, logramos registrar un consumo medio de 6,2 litros/100 km; cuando la batería se agotó, esa cifra ascendió a 8,5 litros/100km. No obstante, el consumo lo analizaremos con más detenimiento cuando tengamos oportunidad de probar esta versión durante más tiempo.

Veredicto

En definitiva, el Kia Sportage es un producto muy completo y, con esta motorización, puede resultar interesante para aquellas personas que le saquen partido a las ventajas de la etiqueta cero y realicen recorridos urbanos o interurbanos con cierta frecuencia, ya que la autonomía puramente eléctrica es más que razonable. El precio de esta variante, con los descuentos de la marca incluidos, arranca en 42.505 euros; no obstante, sin financias con Kia y tienes la posibilidad de acogerte a las ayudas del Plan Moves, esa cifra se puede reducir hasta los 33.750 euros.

Ficha técnica Kia Sportage 2022

  • Motor: Gasolina, 4 cil. turbo, 1.598 cc + eléctrico (66,9kW)
  • Potencia conjunta: 265 CV
  • Par: 350 Nm
  • Tracción: Total
  • Cambio: Aut. 6 velocidades
  • Vel. máxima: 191 km/h
  • Aceleración 0 a 100 km/h: 8,2 segundos
  • Consumo medio: 1,1 litros/100 km
  • Emisiones CO2: 25 gr/km
  • Medidas: 4,51 m X 1,86 m X 1,65 m
  • Maletero: 540 litros

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