En el marco del Salón del Automóvil de Japón 2023, Lexus ha mostrado las cartas de su futuro eléctrico a corto y medio plazo, que ya tiene marcada su hoja de ruta: en 2030 solo venderá modelos de cero emisiones en Europa y en 2035 hará lo propio en todo el mundo.
La marca nipona ha adelantado cómo será su próxima generación de vehículos eléctricos de baterías (BEV), plasmada en dos prototipos distintos. El primero, llamado Lexus LF-ZC, derivará en un modelo de producción y es una berlina media; el segundo, el Lexus LF-ZL, no tiene fecha de llegada al mercado, pero será un SUV grande que hará las veces de buque insignia eléctrico de la compañía.
Se desarrollarán a partir de una estructura modular que divide la carrocería del vehículo en tres partes (frontal, central y posterior), de manera que se puedan modificar de manera individual sin alterar al resto. La firma señala que esto será posible gracias a la técnica de gigacasting y que las baterías irán siempre integradas en la sección central.
El interior también será común, o al menos muy similar, entre todos los modelos. Ambos prototipos comparten un salpicadero muy despejado claramente diferenciado en dos zonas.
Para el conductor se configura una cabina con un volante de tipo ‘yoke’, al estilo de Tesla, con sendas pantallas verticales en sus laterales y un cuadro de instrumentos en la parte superior. Frente al copiloto se despliega una gran pantalla que permite ver información de todo tipo y acceder a contenido multimedia de entretenimiento.
Entrando en cada modelo de manera individual, del LF-ZC la marca dice que “simboliza el viaje a la electrificación de Lexus”, mide 4,75 metros de largo, presenta unas formas elegantes y el objetivo es que consiga un coeficiente aerodinámico de 0,2.
Por su parte, el LF-ZL “permite vislumbrar un futuro en que la movilidad, las personas y la sociedad estén integradas a la perfección”. Es un todocamino grande que alcanza los 5,30 metros de longitud, pero que conserva las formas atléticas y afiladas características de la marca.
