Mucha gente huye de los autolavados de rodillos porque considera que son malos y estropean demasiado la carrocería. Hay quien cree que son mucho mejores los lavados a presión manuales. Lo cierto es que ni los primeros son tan malos ni los segundos tan buenos. Vamos a ver cuál nos conviene más.
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No cabe duda de que los autolavados o túneles de lavado son la forma más cómoda de lavar el coche. Además, estas máquinas de lavado automático tienen una gran ventaja y es que reducen mucho el consumo de agua, lo cual es un factor también importante.
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Los autolavados de rodillos no son todos iguales y son máquinas que están muy optimizadas. El problema, más que usar este tipo de lavados, es cuál usamos. Hay centros de lavado que son nuevos o que están muy bien mantenidos y que funcionan muy bien y los hay que llevan con los mismos rodillos desde hace años y que sí pueden estropear nuestra carrocería.
- Los faros de los coches actuales son de material plástico
- La pintura en los coches actuales es cada vez más fina por motivos ecológicos y económicos en el proceso de fabricación
Estas dos características se llevan bastante mal con los autolavados, sobre todo el tema de los faros delanteros de policarbonato. Las cerdas de los rodillos son muy abrasivas con ellos y eliminan la capa superficial que los protege de la radiación ultravioleta. El resultado es que, una vez que la han perdido, se ponen rápidamente mates y amarillentos.
De todos modos, lavar el coche en un autolavado no siempre es malo y también tiene sus ventajas, como veremos a continuación.
Ventajas e inconvenientes de los autolavados
Muchos opinan que lo mejor es lavar el coche con la clásica pistola de alta presión, pero esto también tiene sus peligros. Para empezar, el cepillo de esos lavaderos suele estar muy sucio y con las cerdas desgastadas y, además, mucha gente frota con demasiada presión el cepillo de la pistola contra la pintura. El resultado es que acaban rayando más el coche que los autolavados de rodillos, que suelen estar calibrados y con sensores que evitan que se haga demasiada presión sobre el coche.
Otro factor decisivo es que no olvidamos de que el secado del coche es tan importante como el lavado para obtener un buen resultado. En los autolavados el proceso de secado es el ideal, mediante una corriente de aire a alta velocidad que no genera ningún rozamiento peligroso con la pintura. Cuando secamos el coche a mano debemos usar una gamuza de buena calidad y enjuagarla con frecuencia para evitar que la suciedad que se deposita en ella pueda rayar la pintura.
Teniendo esto en cuenta, vamos a ver las ventajas y los inconvenientes de usar los autolavados:
- + Economizan mucho el gasto de agua
- + Son cómodos de utilizar
- + Su proceso de secado con aire
- – Erosionan mucho los faros de policarbonato
- – El resultado en las llantas suele ser malo
- – Pueden arrancar accesorios como la antena, carcasas retrovisores…
- – Si no están limpios y bien mantenidos rayan mucho la pintura
Dicho esto, mi consejo es que no abuses de los autolavados y, sobre todo, que mires bien a cuál vas y trates de usar uno que esté bien mantenido o nuevo. Si tu coche está muy sucio, es recomendable que, antes de meterlo en el túnel de lavado, lo repases primero con una manguera a presión (sin usar el cepillo, sólo el chorro a presión con agua caliente y jabón) para eliminar el polvo y la suciedad más superficial y evitar así que los rodillos del autolavado rayen la pintura al arrastrar esas partículas abrasivas con ellos.