Vamos con la segunda entrega en nuestra lista de carreteras para disfrutar de la conducción... En este caso, os dejo una que no es muy conocida por la mayoría y que, sin embargo, la tenemos dentro de nuestras fronteras imitando casi a la perfección la sucesión de curvas que hacen grande a la Transfagarasan o al Paso Stelvio. ¡Deleitaros con el Alto de Velefique, en Almería!
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A 50 kilómetros de la costa almeriense, donde muchos españoles peregrinan su agosto fascinados por los parajes del Parque Natural Cabo de Gata, se encuentra una de las carreteras más impresionantes de nuestro país. Tanto es así que miles de motoristas viajan hasta allí año tras año para recorrerla de cabo a rabo y hasta la mítica Vuelta Ciclista a España ha tenido en ella etapas memorables. Hablamos del Alto de Velefique, una ascensión que apenas cubre 12 kilómetros desde el pueblo que lleva su nombre pero que, añadiendo el tramo de Bacares (el municipio que le sigue), alcanza unos 26 kilómetros llenos de eses, curvas enlazadas y horquillas o paellas dignas de museo.
¿Dónde está el Alto de Velefique?
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Si vais con tiempo, os recomendamos que visitéis tanto el citado parque temático del cine western como los restos y lugares que aún hoy se conservan en las proximidades y en los que se filmaron películas tan icónicas como Lawrence de Arabia, La muerte tenía un precio, Cleopatra, Éxodus: Dioses y Reyes o El bueno, el feo y el malo, entre muchas otras.
La guinda al pastel: Calar Alto
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Como lo que nos gusta es conducir, todavía quedan 25 o 36 kilómetros de un descenso espectacular, según se decida ir por Gérgal o por Aulago, con un entorno curvero de cine. Mi recomendación es la primera, que si bien es la más corta quizá es la más intensa por el trabajo de manos, perfecta para recorrerla en un hot hatch… Para que os hagáis una idea, la última vez que completé toda esta ruta lo hice a bordo de un Skoda Superb híbrido enchufable… ¡y aun así pude disfrutar de lo lindo! Desde luego, con la compañía de un Civic Type R, un Megane RS Trophy, un i30 N o un Miata debe convertirse en una jornada para enmarcar.
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