A principios de los 2000, Maserati realizó una auténtica obra de arte del automovilismo, un superdeportivo desarrollado sobre la base del Ferrari Enzo, aunque con muchas diferencias, sobre todo, en el plano estético. Ese superdeportivo fue el Maserati MC12 y sale a la venta una de las 50 unidades fabricadas.
Cuando apareció, causó una gran sensación, especialmente, entre los aficionados a la marca del tridente. El hecho de ser el mejor coche de calle que había fabricado hizo que todo el mundo quisiera uno, pero para aumentar la exclusividad del modelo, Maserati limitó inicialmente la producción a sólo 25 ejemplares. Finalmente, ante la alta demanda, se vio obligada a hacer una segunda serie con otras 25 unidades, hasta las 50.
A la venta un Maserati MC12, uno de los 50 fabricados
Aunque el Maserati MC12 (esta es su historia) era muy similar al Enzo en términos mecánicos, su carrocería era todo lo contrario. Diseñado por Frank Stephenson, el MC12 tenía un aspecto y un estilo propios. La principal diferencia era la presencia de un techo rígido desmontable. En la parte trasera, el MC12 tenía un enorme alerón trasero, lo cual, unido a sus proporciones, hacía que el MC12 creara más carga aerodinámica que el Ferrari.
Cada una de las 50 unidades se fabricaron totalmente a mano, poniendo especial atención al detalle y a una bonita combinación de colores blanco y azul. Maserati hizo también una versión de competición, denominada Corsa, que compitió en los Campeonatos del Mundo GT y GT1 de la FIA.
Vitaphone Racing consiguió cinco campeonatos por equipos consecutivos y un sexto en la primera temporada de GT1 en 2010. Además, Maserati ganó la Copa del Fabricante en 2005 y 2007 y seis Campeonatos de Pilotos, cuatro en el Campeonato FIA GT de 2006 a 2009, uno en el Campeonato Italiano GT 2006 y otro en la recién creada clase FIA GT1 en 2010.
La unidad a la venta en el portal Joe Macari fue entregada por primera vez el 28 de febrero de 2005 a través del concesionario alemán Ferrari Maserati Mille Miglia Motors de Munich. Un par de años, se envió de nuevo al taller de carrocería de la fábrica en Maranello, que repintó todo el coche en fibra de carbono azul, creando una verdadera pieza única.
