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Prueba Subaru BRZ 2024: El último samurái

En 2012, en una época en la que la fiebre de los JDM, con los deportivos japoneses de los 90 como grandes protagonistas, estaba empezando a quedar ya bastante lejos, Subaru y Toyota reavivaron la fórmula de los deportivos accesibles creando un coche como los de antes, compacto, ligero, de tracción trasera, cambio manual, motor atmosférico y precio contenido. De ahí surgieron el Subaru BRZ y el Toyota GT86 que tanta popularidad han tenido desde su lanzamiento hace ya más de una década.

Ahora vivimos en una época incluso más complicada para este tipo de fórmulas, con el cambio manual o el motor atmosférico en peligro de muerte, coches cada vez más pesados y tecnológicos y con un mercado en el que hasta los GTI suelen rondar ya la vertiginosa frontera de los 50.000 euros. El Subaru BRZ se han convertido en uno de esos últimos samurái que sobrevivían aún en la edad moderna, luchando desesperadamente con sus rústicas katanas y flechas frente a sofisticado cañones y arcabuces -al menos en la cultura popular, la realidad histórica fue algo menos romántica-.

Pero nada de eso ha evitado que, para alegría de los amantes de la conducción más deportiva, Subaru y Toyota volvieran a ponerse a la obra para en 2020 lanzar una segunda entrega de sus deportivos, incluso más redonda que antes. Como resultado hoy -aunque ya por poco tiempo- podemos disfrutar en el mercado español, aunque con una disponibilidad a cuentagotas, del Toyota GR86, deportivo que ya hemos probado en un par de ocasiones, y aunque en un principio parecía que en Europa nos ibamos a quedar sin él también, desde el pasado 2023 del Subaru BRZ, eso sí, con solo 50 unidades para España a las que se han sumado otras 17 a finales de año, por lo que también hablamos de una pieza que va a ser exclusiva y que por suerte para un servidor puede aprovechar, aunque sea unos pocos días, en su garaje.

La belleza de la simplicidad

prueba subaru brz 2024: el último samurái

Subaru BRZ Prueba

Aquí en persona de hecho ya te das cuenta de una de sus principales características: estamos ante un coche apreciablemente pequeño y bajo, de apenas 4,26 de largo, 1,31 metros de alto y una anchura de 1,77 metros. Al lado de otros coches parece casi de juguete, pero eso no le quita ni un apice de presencia a un diseño con el que la dupla Subaru-Toyota han dado en el clavo en esta segunda generación, con el punto justo de agresividad sin llegar a desentonar en ninguna de sus esquinas. Mención especial a una trasera especialmente musculosa a la que no le cambiaría ni un solo trazo, finalizada en un suave spoiler tipo cola de pato y un marcado paragolpes con dos grandes salidas de escape.

Hasta aquí todo igual que en Toyota GR86, pero es delante donde sí hay diferencias entre uno y otro. Es llamativo como con unos pocos elementos diferentes cada marca ha sabido darle su propia identidad a su modelo con rasgos propios de su familia. En este BRZ lo vemos con una parrilla más pequeña y estilizada con tres listones horizontales, enmarcada casi como dos paréntesis por dos entradas de aire funcionales en las esquinas y por debajo por un splitter delantero independiente de una pieza. Estos rasgos que recuerdan a los de otros modelos de Subaru se rematan con una parte superior de su firma lumínica, que en realidad no es funcional, que llega hasta la esquina superior del faro para crear una “C” que también es muy de Subaru.

¿Cual es mejor? Cuestión de gustos, e incluso como en mi caso del día, porque los dos lucen realmente bien, pero parece claro que mientras el GR86 luce un frontal más limpio por sus trazos pero agresivo en su conjunto el BRZ apuesta por un estilo ligeramente más premium que, sobre todo, gana muchísimos enteros si se acompaña de este precioso color WR Blue Pearl -que a mi modo de ver todo Subaru deportivo debería llevar por imperativo legal-.

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Ese enfoque también se traslada a un interior y a un planteamiento de gama ligeramente diferente al de Toyota, ya que el Subaru llega con menos opciones de personalización pero mejor equipado de serie. Ambos lucen el mismo interior que aunque ahora está más puesto al día que en su generación anterior también ha llegado algo espartano y vetusto comparado con otros modelos incluso de la propia Subaru. Sin embargo donde en el GR86 encontrabamos incluso con el Circuit Pack una tapicería de tela bastante convencional aquí te encuentras una fórmula de alcántara de color negro con detalles en color rojo que ayuda a elevar aunque sea ligeramente la calidad y deportividad dentro de la cabina del Subaru.

Ficha técnica del Subaru BRZ 2024

  • Longitud: 4,27 metros
  • Anchura: 1,78 metros
  • Altura: 1,31 metros
  • Batalla: 2,575 metros
  • Peso: 1.345 kilos
  • Maletero: 226 litros
  • Motorización: Gasolina, 4 cilindros bóxer atmosférico de 2.4 litros, 234 CV y 250 Newton/metro de par a 3.700 revoluciones
  • Transmisión: Trasera, manual de 6 marchas
  • 0 a 100 kilómetros/hora: 6,3 segundos
  • Velocidad máxima: 226 kilómetros/hora
  • Consumo medio: 8,7 litros a los 100 km
  • Precio: Desde 39.500 euros

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Test de conducción del Subaru BRZ 2024

Una cabina que con su rebajada posición de conducción, su palanca de cambios perfectamente ubicada y un freno de mano real, que no recordada hace cuánto tiempo llevaba sin ver en un coche nuevo, nos está pidiendo que comience la acción. Por suerte para esta prueba casi de un día para otro había pasado de un BMW M2 a este Subaru BRZ, dos coches con importantes similitudes, como su condición de deportivo coupé compacto 2+2, con tracción trasera y el papel de ser dos de los últimos coches deportivos con cambio manual en el mercado; pero también con notables diferencias, especialmente por tamaño y peso.

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Así, la primera sensación es que en este BRZ todo se siente más analógico, mecánico, y por supuesto también estamos ante un coche más liviano con unos contenidos 1.364 kg de peso en orden de marcha. Es en definitiva la antítesis de los coches digitales y extremadamente inteligentes de hoy en día. Pura conexión con la carretera sin apenas filtros, comunicación constante entre maquina y humano. La dirección directa y con el punto justo de dureza, responde con precisión a tus ordenes y el chasis sin ser especialmente firme permite ofrecer una estabilidad y paso por curva fantástico que mete el coche en el vértice con extraordinaria agilidad y que si lo buscas también permite ofrecer la justa guiñada para bailar con él.

No esperes comportamientos traicioneros, ya que el BRZ brinda todo este cocktail de sensaciones con nobleza y además los neumáticos Michelin Pilot Sport 4 que equipaba esta unidad mantienen todo bajo control agarrando bien el coche al asfalto incluso en condiciones más complicadas, aunque si tienes la suerte de poder probarlo en la pista sabrás ya que es una maquina realmente divertida con la que ir de lado.

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Como último ingrediente de esta fórmula, un motor Bóxer atmosférico de 2.4 litros con 230 CV, que sube con gracia hasta la zona alta del cuentavueltas, donde mejor se siente, aunque igualmente se siente más “lleno” en la zona más baja, donde pecaba especialmente la generación anterior. Estos ajustes le ha sentido realmente bien, de forma que ahora tenemos un comportamiento más versátil acompañado de un sonido que si bien no enamora sí acompaña bastante bien al conjunto.

Puede que durante la generación anterior especialmente se echara en falta más de potencia para acompañar a un chasis tan bueno como este, pero en un modelo con un tamaño y peso como este estos 230 CV y sobre todo esa mayor presencia de fuerza en la zona media-baja me resultan más que suficientes para moverte con soltura y divertirte en la carretera mientras juegas con un cambio con un tacto sensacional, en el que cada marcha engranada se siente muy mecánica. Con transmisiones así duele más pensar que, salvo que Toyota -que ya nos ha demostrado que está trabajando en ello- y otras marcas hagan algo al respecto dentro de poco los deportivos de cambio manual serán algo propio de museos.

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De hecho la puesta a punto propia de Subaru, algo más noble y con una configuración de suspensión algo menos rígida que la del GR86, convierte a este BRZ en un coche perfectamente usable en el día a día, donde su chasis no se siente seco ni especialmente incómodo ante baches y otras dificultades de las calles de la urbe. Eso sí lo que será inevitable es que visitarás la gasolinera más frecuentemente que con un coche normal. Su deposito de apenas 50 litros y un consumo que incluso siendo suaves no nos ha bajado de los 9 litros deja una autonomía que ronda los 450 km, el precio a pagar por presumir de un motor bóxer atmosférico de 2.0 litros que siempre te va a querer pedir marcha a altas vueltas.

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Y por supuesto hay otras pegas. Los ajustes y tacto de materiales en muchas zonas es mejorable, a pesar de que este BRZ por ejemplo viene mejor acabado que su primo de Toyota con una tapicería de Alcántara en color negro con detalles en rojo, y su infoentreteniminento, a pesar de ser técnicamente un coche de 2020, se siente bastante anticuado, especialmente por su pantalla táctil central que más que por su simpleza peca de una resolución más propia de otra época. Aunque por encima de todo lo más molesto es la poca insonorización del habitáculo, muy bueno si lo que buscas es divertirte conduciendo, pero que en pleno viaje de vuelta a casa dificulta una conversación, especialmente si circulas por una carretera en no muy buen estado, o escuchar música a través de un equipo de sonido de nivel simplemente correcto.

Pero cuando eres un apasionado de la conducción posiblemente todos estos inconvenientes queden eclipsados por las muchas virtudes de un paquete de sensaciones que ofrece mucho por no tanto dinero, y que convierte a este pequeño coupé nipón en uno de los deportivos del momento y de fama bien merecida. Un coche que el día que no esté echaremos mucho de menos, sobre todo teniendo en cuenta que su fórmula ya en el mismo momento de su estreno estreno llegó con la etiqueta de “criatura en peligro de extinción”, lo que hace que el tiempo que pasas con él pueda ser el último.

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Valoración del Subaru BRZ 2024

No nos engañemos, 40.000 euros que cuesta el BRZ en España no es lo que se dice barato por mucho que lo sea más que la mayoría de sus rivales -salvo su primo el GR86 que parte de un precio ligeramente menor pero con un nivel de equipamiento inferior al de este Subaru-. Pero si sabes lo que estás comprando puedes estar seguro de que encontrarás pocas cosas capaces de hacértelo pasar tan bien por tan poco dinero. El BRZ no sólo es más completo, cómodo y refinado que su predecesor, sino que en general es uno de esos coches que no deja de demostrarte por qué las altas cifras de potencia y tecnología de otros deportivos más grandes y modernos son irrelevantes cuando estás tú, la carretera, y una máquina pensada desde su base para ofrecer la mejor experiencia de conducción.

La mala noticia es que Subaru ya ha vendido las 50 unidades inciales que tenía previsto traer al mercado Español, mientras que otras 17 adicionales que llegaron a final de 2023 también están cogidas. Así que a no ser que Subaru nos sorprenda con otra ampliación lamentablemente tú y yo llegamos tarde a esta gran despedida a la conducción en su concepto más puro.

A favor: Diseño, sensaciones de conducción, motor bóxer, cambio manual, relación precio-sensaciones

En contra: Aislamiento de rodadura, autonomía, infoentretenimiento desfasado, plazas traseras testimoniales, disponibilidad limitada

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