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Renault

Prueba Renault Mégane R.S. Line TCe: imagen y tacto agradables

Frente al SUV eléctrico homónimo, el compacto 'clásico' quiere seguir haciéndose notar.

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Una vez más, el marketing ha hecho de las suyas. Ya sabrás que el nuevo SUV eléctrico de Renault se llama Mégane, exactamente igual que el compacto y el familiar ‘clásicos’ (la primera generación se estrenó en 1995), que parecen abocados a un segundo plano a partir de ahora.

Pero nosotros, a través de esta prueba, queremos recordar que el Renault Mégane tradicional sigue siendo un vehículo del segmento C de aspecto moderno, bien equipado y muy equilibrado. La versión TCe de 160 CV con el acabado R.S. Line afianza todas estas cualidades.  

Galería: Prueba Renault Mégane R.S. Line TCe 160 CV EDC

Lógicamente, lo primero que llama la atención es el aspecto deportivo del vehículo, logrado con bastantes componentes específicos. Por fuera, destacan las llantas de aleación, que en el caso de nuestra unidad de pruebas, son las opcionales Magny-Cours de 18 pulgadas (520 euros), montadas en neumáticos 225/40. 

Pero también resaltan la toma de aire inferior, con rejilla en forma de panal de abeja, así como los embellecedores cromados traseros, que simulan dos salidas de escape y van integrados en un paragolpes pasional. Tampoco faltan un spoiler trasero en la luneta y la antena tipo aleta de tiburón, entre otros detalles.  

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Dentro, me han encantado los asientos de tipo baquet, con los reposacabezas integrados, pues gracias a unas sujeciones laterales bastante prominentes, limitan mucho los movimientos del tronco y las piernas, sin llegar a ser agobiantes. Si los quieres tapizados en Alcantara, hay que desembolsar 1.351 euros, más los 312 euros de la tapicería calefactable.

El volante con la parte inferior achatada y los pedales de aluminio completan el plantel ‘racing’. Lástima que no dispongamos de levas en el volante, algo que sí pide este compacto con miras pasionales. Por su parte, la climatización y los programas de conducción se gobiernan con mandos convencionales, así que nada que objetar en ese sentido.

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Por 260 euros, la instrumentación es digital y emplea una pantalla de 10,2 pulgadas, mientras que de fábrica vienen el monitor central de 9,3 pulgadas y el sistema multimedia EasyLink. Por el navegador y un equipo de sonido firmado por Bose hay que desembolsar 727 euros de forma conjunta.

El equipo de infoentretenimiento es compatible con Android Auto y Apple CarPlay e incluye radio digital. Sin embargo, no hay una base para cargar por inducción un smartphone.

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Quizá, lo que menos me ha convencido del Renault Mégane R.S. Line TCe 160 CV EDC es el espacio para las plazas posteriores, más propio de un utilitario de última hornada que de un compacto. Si superas la media de estatura y viajas delante, no dejarás mucho sitio al ocupante que vaya detrás de ti. 

Otra cosa es el maletero, que con 384 litros, está en la media del segmento. Por ejemplo, el del Volkswagen Golf y el SEAT León están en 380. Por la rueda de repuesto de esta unidad, que es de tamaño normal, hay que pagar 135 euros. 

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El equipamiento de serie de la terminación R.S. Line merece una nota alta, pues suma faros LED, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara de asistencia al aparcamiento, retrovisor interior fotosensible, programas de conducción Renault Multi-Sense y detector de fatiga, entre otros elementos. 

Si te pirran las ayudas a la conducción, Renault ha dispuesto varios packs (Safety R.S. Line, Drive Assist R.S. Line y Easy Parking) para adquirirlas por precios ventajosos. Además, el techo panorámico implica 1.143 euros y el Head-up Display, 364. Todo lo puedes ver sencillamente en el configurador oficial de la marca. 

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Bajo la denominación TCe 160, nos encontramos con un propulsor turbo de gasolina muy conocido, pues es el desarrollado en conjunto entre Renault y Daimler, que ya hemos probado en muchos modelos de la propia Renault, Nissan, Dacia y también Mercedes-Benz. 

Cubica 1,3 litros y a pesar de que el par máximo, 270 Nm, lo declara a 1.800 rpm, se nota más su presencia a partir de las 2.000. Sube de vueltas con una suavidad sensacional y la potencia máxima la declara a tan solo 5.500 rpm, por lo que en regímenes intermedios tenemos fuerza más que de sobra para ganar velocidad o realizar adelantamientos. Al fin y al cabo, este Mégane acelera de 0 a 100 en 9,0 segundos y llega a 205 km/h.

Esta mecánica se asocia exclusivamente a la transmisión automática de doble embrague EDC, con siete velocidades, conformándose un binomio realmente interesante. Puedes gobernarla de forma manual a través de la palanca y muestra mucha rapidez cuando se la pedimos en una conducción exigente. 

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Me sobra el sonido deportivo generado por los altavoces, demasiado artificial y poco creíble, en el modo Sport. El conductor también puede seleccionar los programas Eco y Comfort, más el My Sense, que es el que permite personalizar varios parámetros. ¿Y el consumo? 5,9 litros es la media oficial, que pasa a ser 7,0 o algo más bajo, 6,5 litros, si practicamos una conducción suave en un terreno favorable. 

Si te estás preguntando si el acabado R.S. Line conlleva una suspensión deportiva, la respuesta es no, ni siquiera dentro del equipamiento opcional. No te lleves un chasco por ello, porque el Renault Mégane responde bastante bien cuando se llega a una zona de curvas. 

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No es el compacto más pasional del mercado ni mucho menos, pero presenta un fantástico equilibrio entre comodidad y eficacia, de tal modo que absorbe bien las irregularidades de la carretera y reacciona con agilidad en carreteras retorcidas.

La dirección no transmite mucho, pero tiene la asistencia justa, mientras que los movimientos son previsibles y el coche subvira muy poco. Además, los neumáticos de 225 milímetros de sección ofrecen un buen agarre lateral para que el coche no se ‘desmadre’ a la hora de buscarle las cosquillas. En fin, no te voy a negar que el resultado dinámico es algo mejor del que esperaba.

El configurador de Renault señala que esta versión, sin los extras incluidos, cuesta 24.077 euros. Al no tener un aporte eléctrico, el coche porta la etiqueta C, pero si quieres la 0, puedes adquirir la variante E-TECH Híbrido Enchufable, con 160 CV combinados. 

Cosas de la actualidad, dentro de poco hablaremos mucho del Mégane SUV, pero recuerda que el compacto y el familiar Sport Tourer continúan en el mercado y brindan buenas sensaciones generales. ¡Este vehículo también merece su hueco en los medios de comunicación!

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