- Los cambios de los Opel Astra y Grandland GSe
- Los motores de los Opel Astra y Grandland GSe
- Precios de los Opel Astra y Grandland GSe
- Toma de contacto con los Opel Astra y Grandland GSe
El Astra y el Grandland se convierten en los primeros modelos de Opel en contar con la denominación GSe. Presumen de gran potencia, una alta autonomía eléctrica y chasis dinámicos.
Hace unos meses ya os contamos en la web que Opel tenía planeado lanzar una “submarca” bajo las siglas GSe (Gran Sport electric) y ya hemos podido conducir sus dos primeros modelos, el Opel Astra GSe (en sus dos carrocerías) y el Opel Grandland GSe. En ellos se conjugan motores híbridos enchufables de gran potencia, estética deportiva y una puesta a punto más dinámica.
Los cambios de los Opel Astra y Grandland GSe
Se podría decir que estos Opel Astra y Grandland GSe tienen una estética deportiva comedida. En ambos se han utilizado diferentes piezas en color negro para enfatizar dicha característica como podemos apreciar en el frontal (fíjate en el paragolpes) y en la zaga. Y si además los presentas con una carrocería en color blanco con el techo en negro (y capó en el SUV), llaman más todavía la atención.
De cara al interior la novedad más importante la encontraremos en los asientos aunque con una diferencia estilística entre ambos. Utilizando los dos el cuero Alcantara para su tapizado en algunas de sus zonas, los del Opel Grandland GSe me parecieron que sujetaban más que los del Opel Astra GSe, que por otro lado se parecen más a los de carreras por como adaptan el reposacabezas. En ambos casos cuentan con la certificación AGR.
Hasta ahí sería el apartado estético, pero luego tenemos que hablar de las modificaciones realizadas sobre el chasis. Por ejemplo en las suspensiones se incorpora la tecnología FSD (Frequency Selective Damping) elaborada junto a Koni que mediante distintas frecuencias regula su funcionamiento. Así en bajas priman el confort, mientras que con altas se gana en dinámica. A esto tenemos que sumar retoques en la dirección para ser más reactiva, contándonos desde la marca que en el caso del Opel Grandland GSe era un 9% más rápida respecto al resto de versiones.
Los motores de los Opel Astra y Grandland GSe
Como indicaba al principio del artículo, los Opel Astra y Grandland GSe disponen de los motores más potentes de sus respectivas gamas. En el caso del compacto, se recurre al bloque híbrido enchufable de acceso en el SUV, que combina un motor de combustión de 1.6 litros con un eléctrico para conseguir en su momento óptimo 225 CV y 360 Nm de par. Con él consigue una aceleración 0-100 km/h en 7,5 segundos, así como una velocidad máxima de 235 km/h (en eléctrico llega a 135 km/h).
En el caso del Opel Grandland GSe sumaremos un motor eléctrico más a la ecuación anterior para alcanzar los 300 CV, 520 Nm de par y de paso contar con la tracción total que siempre aportará más seguridad. En el caso del SUV es capaz conseguir llegar a los 100 km/h en 6,1 segundos, con una máxima de 235 km/h (135 km/h en modo eléctrico).
Utilizando la misma batería de 12,4 kWh de capacidad, en el caso del Opel Grandland GSe alcanza en modo completamente eléctrico 66 kilómetros. Respecto a la carga de la batería, de la misma manera que pasaba en el compacto, su máximo admitido es de 7,4 kWh en alterna con los que llegaría al 100% en 2 horas.
Precios de los Opel Astra y Grandland GSe
Actualmente ya se pueden encargar tanto el Opel Astra GSe como el Opel Grandland GSe en los concesionarios. El compacto cuenta con un precio de partida de 40.900 euros, lo que suponen solo 1.500 € más que el híbrido enchufable de 180 CV con el acabado GS. Si lo prefieres con la carrocería familiar Sportstourer debes sumar otros 1.000 euros adicionales.
Toma de contacto con los Opel Astra y Grandland GSe
Llega el momento de montarse a bordo de estos Opel Astra y Grandland GSe, en una ruta por la serranía de Ronda en la que hicimos muchas curvas. Desde fuera mirando ambos modelos no son muy escandalosos o radicales en su propuesta estética, deportividad sí, pero en un tono sutil.
Me gustan los asientos incorporados a estos Opel Astra y Grandland GSe, tanto por la calidad percibida como su compromiso entre comodidad y deportividad (aquí tiene un poco más de agarre el SUV, como comenté antes). La pena es que no se haya incluido ningún detalle más en salpicadero o volante, así como pantallas específicas en cualquiera de las dos disponibles de estos modelos.
En ambos casos arrancamos en eléctrico al tener algo de carga de batería, por lo tanto fue en silencio. Comento esto porque se ha retocado el sonido para estos GSe, buscando algo más de brío, pero como la parte estética, lo hace de una forma suave sin que llegue a molestar dentro del habitáculo. Más en estos modelos que cuentan con buen aislamiento interior.
Respecto a los cambios en el chasis hay que reconocer el trabajo de los ingenieros. Las suspensiones aportan un carácter mucho más dinámico sin que ni siquiera haya que recurrir al modo Sport en el selector de modos. Aunque quizás puedan resultar un poco duras en el día a día. Y la dirección me pareció muy bien calibrada, notándose una gran diferencia con el resto de variantes de los Opel Astra y Grandland.
Ahora bien, teniendo en cuenta todo esto, creo que en el Opel Astra es una opción bastante recomendable por el diferencial de precio respecto a la de 180 CV, pero en el Opel Grandland hay que pensarse mucho si merece la pena realizar la inversión.