El Hyundai i20 N Line X es la versión ‘pseudo-deportiva’ del i20. Es un buen producto, pero tiene un serio problema: el fantástico i20 N no cuesta mucho más…
Cuando acudí a la sede de Hyundai a recoger este coche, todo fue algo confuso. Sabía que iba a por un i20 normal, pero cuando me monté en él apreté el botón de arranque y su escape deportivo escupía petardeos. Di unos golpes de gas y la cosa se acrecentó. Y me gustó. No sonaba a motor gordo, puesto que a fin de cuentas bajo su capó hay un pequeño tricilíndrico de un litro, pero el sonido tiene su gracia.
Y es que este i20 es normal… pero con matices. Se trata del acabado N Line X, que únicamente se asocia a la motorización 1.0 T-GDI de 120 CV con transmisión automática. Se sitúa en la gama por encima de los 1.2 de 84 CV y 1.0 T-GDI de 100 CV, y por debajo del arrebatador i20 N 1.6 T-GDI de 204 CV.
En esencia hablamos de un i20 normal, con sus 4,04 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,45 metros de alto. Y con sus buenos 352 litros de maletero. Sin embargo, luce un kit estético moderadamente deportivo, llantas de 17″ y un escape deportivo que es el culpable de aquellos petardeos de los que antes hablaba.
Si te fijas un poco más, observarás una etiqueta ECO en su parabrisas que está ahí gracias a un sistema de hibridación ligera de 48V. Y si le dedicas algunos minutos más, entonces verás un montón de equipamiento que viene de serie en esta versión: faros de led, cuadro digital de 10,25″, pantalla central del mismo tamaño compatible con Android Auto y Apple CarPlay, navegador, climatizador, sensores de parking delante y detrás, asientos deportivos, carga inalámbrica para smartphone, Bluetooth, equipo de sonido Bose, cámara trasera y hasta el siempre vistoso techo solar.
Por lo demás, dentro del i20 N Line X te empapas de las mismas sensaciones que en cualquier i20, es decir, una bastante buena habitabilidad y una calidad de construcción que se caracteriza tanto por el uso íntegro de plásticos duros, como por el buen ajuste entre todos los elementos y la sensación de durabilidad que transmite en general.
Así va el Hyundai i20 N Line X
Ofrece unas prestaciones acordes a su potencia, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos. Y homologa un consumo de 5,3 L/100 km que en la práctica no se dan, aunque tampoco en ninguno de sus rivales.
En conducción normal, este i20 N Line X va bien, igual que cualquier i20 de la gama. Quizá el cambio automático sea un pelín brusco al maniobrar, pero bueno. La respuesta del motor es agradable y el tacto de la dirección y de los frenos es muy correcto. Su consumo en ciclo combinado ronda los 7,2 L/100 km, que no es poco pero sí estable, es decir, no lo subirás dramáticamente más a no ser que vayas de tramo.
A esta versión le han puesto una suspensión un poco más firme intentando buscar un comportamiento deportivo. Mejora algo la agilidad del coche aunque, a cambio, es más rebotona de lo que debiera. Y, en consecuencia, sobre firme imperfecto no alcanza todo el aplomo que sería ideal, mientras que en ciudad no absorbe tanto como la de un i20 con un acabado más normal.
Lo que sucede con la caja de cambio cuando conduces con exigencia es que no siempre acierta con la marcha a meter, como tampoco es que lo haga muy rápido. Pero volvemos a lo mismo: quien se compra esta versión del i20 no busca correr, sino que lo que quiere es darle un uso polivalente, que le valga para todo y que luzca bonito. Por lo tanto, eso es comprensible. Es decir, no puedes tratarlo como un Hyundai i20 N porque es otro enfoque de coche.
En términos generales es un urbano bastante completo. No es malo en nada y sí es bueno en algunas cosas, como en su equipamiento de serie (configurarlo es tan fácil como elegir el color) o en su espacio interior y maletero.
Creo que con cambio manual sería mejor, si bien sospecho que el cliente potencial de esta versión lo prefiere automático. No es un amante de la conducción, pero quiere conducir un coche ‘pintón’.
Entonces, ¿tiene sentido este Hyundai i20 N Line X?
Despende del punto de vista desde el que lo mires. Para el conductor que quiere un urbano deportivo, absolutamente no. El i20 N de 204 CV es el deportivo de verdad, a otro nivel en términos dinámicos y, por 2.855 euros más, compensa a todas luces. Ahora bien, para el conductor que valore todo lo que ofrece este i20 N Line X, entre lo que hay cosas que no se pueden hallar en el i20 N, sí tiene sentido.
En síntesis, lo que ofrece este i20 N Line X es conducir un coche que parece deportivo pero no lo es. Y, como decía antes, eso lo demanda muchísima, pero muchísima gente. Gente que quiere una deportividad exclusivamente estética, un sonido estimulante, una etiqueta ECO, un consumo menor que el del i20 N, un cambio automático y un excelente equipamiento de serie (incluso mejor que el del N, puesto que lleva techo solar).
Yo, personalmente, soy del primer grupo y por eso me iría a por un i20 N, pero es que somos minoría. Lo que ofrece el i20 N Line X tiene posibilidades de convencer a un público mucho mayor. Bien es cierto que un i20 con 100 CV y acabado más normalito tiene más sentido, pero este i20 N Line X entra por los ojos y eso ya de por sí es un fuerte reclamo para muchos conductores.