El coche que ves en las imágenes nunca te lo encontrarás rodando por la calle. La razón de ello es que, aunque está basado en los 911 GT2 RS Clubsport, Porsche lo desarrolló como un coche para divertirse en circuito, ya que no quería ceñirse a ningún tipo de restricción o norma en su desarrollo. Ni siquiera a las de cualquier competición, que condicionan demasiados aspectos del coche.
Gooding&Company
Se trata del Porsche 935, un modelo que la marca alemana presentó en la Rennsport Reunion VI celebrada en California en septiembre de 2018 y que rememora las líneas de los 935 originales de los años 70, que se impusieron en las 24 Horas de Le Mans de 1979 y las 12 Horas de Sebring de 1978 y 1980. Como aquellos, el 935 moderno llegaba con una ‘cola’ alargada que a su antecesor le hizo ganarse el apodo de Moby Dick, por la novela de Herman Melville.
Atributos dignos de Le Mans
Porsche.
Por dentro no era lo que se dice un coche ‘confortable’, aunque sorprendentemente equipaba aire acondicionado; todo en el interior se había desarrollado para circuito, con fibra de carbono por todos los lados, una jaula antivuelco, un bacquet Recaro de fibra de carbono, sistema de extinción de incendios e incluso una escotilla en el techo por si era necesario evacuar el coche tras un accidente y las puertas no se podían abrir.
De 0 a 100 en 2,5 segundos
Gooding&Company
Porsche decidió que solo fabricaría 77 unidades de este coche sin concesiones y se puso en contacto con sus mejores clientes en todo el mundo, que encargaron todas las unidades antes de que el resto de los mortales supiésemos siquiera de la existencia de este modelo. El precio, quizá lo de menos para estos compradores, eran 700.000 euros antes de impuestos.
Multitud de extras
Gooding&Company.
Pero resulta que en casi cinco años no ha necesitado las piezas que calculó que iba a usar y ni siquiera ha probado el coche, que todavía aguarda en un garaje esperando que alguien lo estrene. Es decir, que su dueño se habrá gastado más de 910.000 euros (haciendo un cálculo de lo que costaría con impuestos si se hubiera vendido en España), y eso sin contar con la decoración especial . Y ahí sigue.
Hasta 1.620.000 euros
Como su dueño tiene claro que no lo va a estrenar, este 1 de marzo lo va a sacar a subasta en Godding and Company. Estiman los expertos tasadores de esta casa que puede venderse por entre 1.390.000 y 1.620.000 euros. Sí es mucho más de lo que costó. Y nos da por pensar que esta enorme ganancia la tenía ya más o menos calculada su propietario cuando lo encargó.