En el ámbito de las motocicletas, los elementos de seguridad pasiva como el casco, la chaqueta, los guantes o los pantalones desempeñan un papel fundamental en la salvaguarda tanto de los conductores como de los pasajeros. Es imperativo que cualquier individuo que viaje en motocicleta, sin importar la temporada, utilice estos accesorios, ya que contribuyen a disminuir la mortalidad y las lesiones graves.
Dentro de estos elementos, el uso del casco es especialmente importante. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 23% de los siniestros de motocicleta están asociados con el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y la falta de uso del casco. Usar un casco homologado reduce en un 42% el riesgo de muerte en caso de accidente y disminuye en un 70% la posibilidad de sufrir lesiones graves.
El problema en Estados Unidos
Aunque para complicar más las cosas, muchos Estados permiten circular en motocicleta sin casco, pero obligan a los conductores a portar obligatoriamente unas gafas o, en su defecto, un protector facial, cuando la moto no esté equipada con un parabrisas de suficiente calidad, dimensión y grosor para proteger al conductor de objetos extraños. La razón es que los insectos o los objetos pequeños pueden entrar en los ojos (haciendo perder la visión) y causar un accidente.
Missouri y el aumento de muertes
El Departamento de Transporte de Missouri (MODOT) recientemente declaró que hay una clara relación entre el incremento en las muertes de motociclistas y la aplicación de la ley del casco universal implementada en 2020. La contundencia del informe presentado estos días, es definitiva. El aumento de muertes en la carretera desde la retirada de la norma del uso obligatorio del casco habla por sí misma.
Oleada de fallecimientos
Los motoristas de Missouri están pagando las consecuencias de la imprudencia que es conducir una moto sin usar un casco homologado. Desde que se eliminó la obligatoriedad en 2020, los fallecimientos en de usuarios de dos ruedas en el Estado han aumentado un 47%. Solo en 2023, 174 motoristas perdieron la vida en la carretera. Lo más curioso es que, a pesar de estas cifras y del informe emitido por el MODOT, no se ha puesto sobre la palestra la revocación de esta norma.