Son frecuentes las advertencias de las fuerzas de seguridad respecto a las tretas que utilizan los delincuentes para tener acceso a vehículos susceptibles de robo, también cuando están circulando. El principio básico de los ladrones es propiciar la parada del coche, si es posible en un lugar poco frecuentado, para de este modo completar su fechoría cuando los afectados salgan del mismo.
Esas características permiten ocultar en su interior una pieza metálica y afilada en forma de cruz o directamente clavos con diferente orientación. De este modo, cuando un conductor pasa por encima de una de estas piezas de fruta, voluntaria o accidentalmente, existe una alta probabilidad de que el neumático se pinche. A continuación, se producirá la obligada detención del coche para que su usuario compruebe lo ocurrido.
Lugares solitarios
Los ladrones suelen recurrir a esta artimaña en carreteras o calle lo menos concurridas posible. Siguen al automóvil pinchado la corta distancia necesaria para que su ocupante sea consciente de la pérdida de presión y se detenta, siendo a partir de entonces presa fácil para sus intenciones.
También es probable, y mucho más grave, que se enfrenten al conductor y le coaccionen con amenazas para que entregue todos los artículos de valor que tenga en su poder, tanto en el coche como portándolos: relojes, móviles, cartera, dinero, gafas…
Para evitar situaciones de este tipo, probables no solo con esta artimaña sino también con otras muy variadas, resulta aconsejable detenerse, siempre que sea posible, en lugares frecuentados por otras personas. En caso contrario, al bajarse del coche es importante comprobar la ausencia de otros individuos o personas que hagan sospechar al respecto. De ser así, lo mejor es permanecer en su interior y avisar, si llega a ser necesario, a la policía.