Rivian R1T
Mitch Dumke compró el pasado año una unidad de la camioneta eléctrica de Rivian. Un modelo que destinó a su trabajo, y que ha terminado de forma precipitada.
Durante los 38.000 kilómetros que ha recorrido en estos 15 meses desde su compra, la R1T le ha dejado tirado en hasta cuatro ocasiones por diferentes problemas. Tanto fallos eléctricos, como fallos en el freno de mano, que dejaban a su vehículo inutilizado.
Y es que el propietario ha publicado un vídeo detallando su experiencia a los mandos de su vehículo, donde ha indicado como cuando la camioneta fallaba, recibía una rápida respuesta por parte de la marca tanto para ofrecerle un remolque, como saldo para sus desplazamientos en taxi, o incluso vehículo de sustitución.
La situación no ha sido fácil, ya que en un periodo de apenas tres o cuatro meses, ha tenido que tirar del coche de alquiler un total de 45 días. Algo que, a pesar de que la marca pagaba el coste del alquiler, supuso la pérdida de confianza en su camioneta.
El resultado es un cliente que ha vivido una mala experiencia, pero al mismo tiempo sigue recomendando el producto ya que considera que es de un gran nivel, destacando su amplia zona de almacenamiento y sus salidas de corriente para alimentar dispositivos o herramientas, y que los fallos han sido puntuales de su unidad, y no tienen por que afectar a otros.
Un ejemplo de cómo debe gestionar una marca los fallos de producción de sus vehículos, en lugar de torear a los clientes hasta que estos se cansan y deben gastar tiempo y dinero en los juzgados.
Podéis ver toda la experiencia de este propietario en el siguiente vídeo.