Falta muy poco para que los primeros afortunados que decidieron gastarse un dineral en el deportivo para circuito (no está homologado para calle) de la marca francesa se lleven sus coches a casa. El Bugatti Bolide, de hecho, es el coche que puede culminar cualquier colección de automóviles. Pero además es más que eso porque promete unas prestaciones dignas de un coche de Le Mans.
1.850 CV de potencia
El responsable de estas prestaciones es en primer lugar un motor W16 que entrega 1.850 CV si funciona con gasolina de competición, aunque con gasolina de 98 octanos baja su rendimiento hasta los 1.600 CV. Anclado tras el cockipit de fibra de carbono, se estima que este motor sea capaz de lanzar al Bolide hasta más allá de los 500 km/h, lo que literalmente nos hace dudar de si habrá en Europa alguna pista que permita algún día alcanzar su velocidad máxima.
Gracias a ello, y según unas simulaciones que pronto serán sustituidas por ensayos reales en circuito, el Bolide demostraría ser hasta 7 segundos más rápido que el Toyota con el que Fernando Alonso se proclamó campeón en las 24 Horas Le Mans. ¡Casi nada!
Hay infinidad de detalles que hacen que este coche inigualable desde un punto de vista tecnológico. Y entre ellas están las que afectan a su ligereza, que ha hecho que pese solo 1.240 kg, lo mismo que un pequeño utilitario.
Detalles que son ‘la guinda’
Bugatti.
Adatptado a tu cuerpo
Otro detalle muy atractivo es que, a las tres tallas de asiento de carbono disponibles, se sumará la de un bacquet adaptado de manera exacta al cuerpo de su comprador, como en los monoplazas de Fórmula 1 o Le Mans. Asiento que por supuesto irá anclado y no se podrá regular, ya que para eso sí se podrán regular tanto el volante como la distancia hasta los asientos.
Bugatti.
Y el tercero es que, a pesar de ser un modelo en el que todo lo que no ‘huela’ a competición se ha desechado (en Bugatti se han cuidado mucho de que nada de lo que se ve en el interior se haya tomado del Chiron), va a contar con un inesperado sistema de climatización. Eso sí, muy ligero. Y su aspecto, además, no desentona en absoluto porque las salidas son cuatro tubos de aluminio que recuerdan en gran medida a las toberas por las que los pilotos de Le Mans reciben su dosis de aire del exterior.
Normal que, con estos detalles y otros muchos más que quizá no hayamos conocido, sus futuros propietarios estén ansiosos por recibirlos pronto y salir con ellos a correr en circuito.
