El modus operandi de Bugatti es relativamente sencillo: la marca desarrolla un hiperdeportivo central que tiene un ciclo de vida de prácticamente una década y, en base a él, desarrolla toda una serie de ediciones especiales, variantes e incluso modelos derivados. Desde 2016 es el Chiron el que ocupa dicho puesto, pero entre las mencionadas derivaciones hay una con la que la marca no contaba a priori: el Mistral.
Presentado en agosto de 2022, se trata del único descapotable de la era Bugatti Chiron, el primer coche con esta carrocería que viera la luz desde el Veyron Grand Sport Vitesse de 2012 y, según apuntan desde la propia compañía, una variante que en principio no debería haber existido.
A lo que se refiere es a la dificultad de conseguir un coche sin techo que cumpla los estándares que se presuponen a la marca en términos de manejo, confort a bordo y rendimiento.
“Uno de los principales desafíos fue alcanzar el objetivo de crear un roadster que tenga una velocidad máxima de 420 km/h y combinar la calidad que define el rendimiento con una experiencia en el habitáculo que sea lujosa, refinada y segura”, apunta.
Para ello el reto estuvo en conseguir aumentar la rigidez del chasis para acercarla a los valores del Bugatti Chiron, pero controlando en el proceso el aumento de peso para que la experiencia de conducción no se echase a perder.
Lograrlo fue posible gracias al equipo de ingeniería y desarrollo, que empleó materiales compuestos livianos de ultra alto rendimiento y estructuras complejas que consiguieron minimizar la masa y al mismo tiempo aumentar la rigidez del chasis.
El último Bugatti W16
El bloque, de ocho litros y con cuatro turbos, desarrolla una potencia de 1.600 CV y permite al descapotable alcanzar una velocidad punta de 420 km/h.
La producción del Bugatti Mistral estará limitada a 99 unidades, todas ellas vendidas antes incluso de su anuncio y con un precio de partida de cinco millones de euros.