Tendemos a mirar a los coches deportivos con reverencia. Es lógico, pues suelen ser los mejores representantes de lo que la tecnología de la automoción puede llegar a dar. Sin embargo, en algunas ocasiones sus “tripas” son bastante más humildes de lo que cabría imaginar. El mejor ejemplo de ello son estos 5 superdeportivos con motor de coche convencional.
McLaren F1
Empezamos por un icono y, seguramente, el modelo que más evolucionó el motor que tomó prestado de un coche “normalito”.
Pagani Zonda
Cuando hablamos de Pagani y sus motores, la cabeza rápidamente se marcha hasta AMG. Es lógico, pues la asociación entre ambas compañías es la habitual, pero lo cierto es que en sus inicios el Zonda se conformó con la marca estándar, Mercedes.
El superdeportivo adoptó el bloque del S600, un V12 de 6,0 litros que ni siquiera se modificó, manteniendo los 394 CV de serie. Más adelante AMG hizo de las suyas, llevando el propulsor hasta los 7 litros y los 550 CV.
BMW i8
Este es un caso especial y que casi podría decirse que es más esperable, puesto que cuando hablamos de sistemas de propulsión híbridos, la parte electrificada permite que el motor de combustión sea más humilde o menos portentoso de lo habitual en un deportivo.
BMW “tiró” de lo que tenía en casa para crear la mecánica del i8 y es que, unido a sus dos bloques eléctricos había un propulsor 1.5 TwinPower Turbo que también podría encontrarse en un Mini Cooper. Sin embargo, aquí el resultado eran 362 CV totales y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos.
Lotus Evora
De entre los varios que ha tomado prestado la marca, destaca el del Evora, un bloque 3.5 V6 tomado de nada menos que el Toyota Camry. Eso sí, puesto a punto para entregar 280 CV en su versión base y 350 CV en la sobrealimentada.
Aston Martin DB9
Aquí hablamos de otro caso particular, porque bajo el capó del DB9 había un motor que en realidad eran dos bloques firmados por Ford que luego Cosworth se encargó de fusionar.
Se trataba de dos motores 3.0 Duratec de la marca del óvalo, cada uno con una potencia de algo más de 200 CV. Lógicamente uno no era suficiente para dar vida al modelo británico (ni a otros coches de la marca), así que se optó por combinarlos y crear un V12 de 6,0 litros.