Según su consejero delegado, Torsten Müller-Ötvös, la marca estudia modificar sus planes productivos para cubrir la elevada demanda que está generando el Spectre.
La demanda del Rolls-Royce Spectre, el primer coche eléctrico de la compañía británica, ha pillado por sorpresa a la marca. Esta berlina de lujo enchufable, presentada el año pasado para sustituir en su gama al Wraith como la berlina de dos puertas, está teniendo tanto éxito que la marca incluso estudia cambiar el plan de producción para dar salida a toda la demanda.
Así lo confirmó Torsten Müller-Ötvös, consejero delegado de Rolls-Royce, en declaraciones a periodistas. “La demanda del Spectre es mucho mejor en este momento de lo que podríamos haber esperado”. “Aún quedan un par de meses para empezar a producirlo, pero si se mantiene esta tendencia, estoy seguro que necesitaremos ajustar nuestros planes”, acabó.
Rentable desde el principio
Perfil del Rolls-Royce Spectre.
Müller-Ötvös espera, según la demanda que ha generado el Spectre, que su eléctrico se convierta en el tercer coche más importante para la marca después del citado Cullinan y de la berlina Ghost. En 2022, de los 6.021 vehículos que Rolls-Royce matriculó en todo el mundo, la mitad fueron unidades del SUV, mientras que una de cada cuatro eran un Ghost.
Interior del Rolls-Royce Spectre.
El Spectre, a falta de detalles sobre la capacidad de su batería, contará con hasta 520 kilómetros de autonomía. Su potencia será 585 CV de potencia y su par máximo de 900 Nm desde cero, con lo que será capaz de acelerar de 0 a 100 en 4,5 segundos. Este es el primero de una serie de coches eléctricos que electrificarán por completo la compañía en 2030, cuando dejará para siempre de vender vehículos con su motor V12 de gasolina.