Presentado en 2016, el prototipo de conducción autónoma es el manifiesto de un futuro lujoso según Rolls-Royce
En 2016, con motivo del centenario del Grupo BMW, Rolls-Royce presentó al mundo un espectacular prototipo, que no dejó a nadie indiferente: el 103EX Vision Next 100.
Una visión, en un ‘prototipo olvidado’, que ya ha encontrado aplicación en varios de los modelos creados a medida de la marca británica, dentro de la serie Coachbuild, incluido el Boat Tail, un modelo único de 20 millones de euros.
Adelantando el lujo del mañana
Con 5,9 metros de largo, el Vision Next 100 era puramente eléctrico y tenía un diseño realmente extremo, pero que se hacía eco de las principales señas de identidad de Rolls-Royce.
Rolls-Royce Vision Next 100 Concept 2016
El interior del Rolls-Royce tenía capacidad para dos personas, pero conceptualmente no se parecía a ningún otro modelo de la marca británica visto hasta ese momento. El sofá de cuero acomodaba (o, mejor dicho, sentaba) a dos personas y el salpicadero carecía de mandos físicos.
De hecho, no había volante ni botones para ajustar diversos parámetros. Quien pensaba en todo (incluida la conducción) era Eleanor, el asistente virtual que también controlaba el sistema de conducción autónoma, permitiéndole llegar al destino previsto sin esfuerzo.
Rolls-Royce Vision Next 100 Concept, el interior
Pero más allá de la tecnología, en lo que se centraba Rolls-Royce con el Vision Next 100 era en la personalización. Para la compañía, el futuro del lujo era (y sigue siendo) la posibilidad de confeccionar el propio coche a medida, como en la alta costura, eligiendo el tipo de carrocería, la distancia entre ejes, los materiales y la tapicería.
Un proceso de producción interno denominado Personal Vision, que ya ha encontrado excelentes ejemplos en el mencionado Boat Tail y los Droptail Arcadia y Amethyst.