El Maserati Grecale GT también se ha adaptado para ese inevitable viaje final.
El dicho de que la muerte y los impuestos son inevitables sigue más vigente que nunca. Aunque algunos consiguen defraudar parte de sus impuestos y salirse con la suya, no pueden escapar a lo segundo.
Bautizado como ‘Aymon’, el Mercedes-Benz CLS ha recibido el tratamiento de vehículo funerario. Irónicamente, el propio CLS está muerto (comercialmente hablando), ya que su producción finalizó en agosto.
Mercedes-Benz CLS, Rolls-Royce Ghost, Maserati Grecale coches fúnebres
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Para un paseo final aún más suntuoso, también hay una conversión del Rolls-Royce Ghost, junto con su majestuoso motor V12. Se le conoce curiosamente como ‘Ghoster’ y conserva la puerta suicida que da acceso a los asientos traseros.
El Jaguar XF y el Mercedes-Benz Clase E son otras berlinas que se han convertido en coches fúnebres. Sin embargo, Biemme también ha trabajado en un crossover, concretamente el Maserati Grecale, y encima en versión GT. Se llama ‘Kalea’ y tiene cuatro salidas de escape. ¿Qué tal como coche fúnebre? Sinceramente, creemos que sus proporciones son un poco extrañas en comparación con las berlinas.
Hablando de Maserati, también hay una preparación para el Ghibli. Al igual que el CLS, la berlina italiana no está destinada a este mundo, ya que dejará de fabricarse en 2024. El último vehículo de la flota de Biemme es un Mercedes-Benz Clase V, pero se trata de una transformación de coche fúnebre mucho más común en Europa.