- Prueba Subaru Outback: por fuera y por dentro
- Prueba Subaru Outback: alto confort en carretera y sin rival fuera de ella
- ¿Qué Subaru Outback comprar?
- Los rivales del Subaru Outback
Las características generales del Outback le hacen un coche casi único en el mercado, con un gran equipamiento de serie y muy buenas aptitudes fuera del asfalto.
Ahora que tan de moda se han puesto los coches de aspecto campero, aquellos con siluetas de familiar que han adoptado una estética más crossover, destaca con más fuerza un modelo que lleva años ofreciendo esta imagen, el Subaru Outback. El japonés se actualizó en 2021, con ciertos retoques que buscaban potenciar más el espíritu off-road y apostando por la misma fórmula mecánica.
Prueba Subaru Outback: por fuera y por dentro
Este Subaru Outback se ofrece actualmente con tres acabados diferentes, siendo el que ves en las imágenes el Field. Como se aprecia, destacan unos detalles en color verde (volvemos al espíritu off-road), que quedan muy bien combinados con otras piezas como los rieles del techo, las molduras en negro que recorren toda la carrocería, así como esas llantas de 18 pulgadas que son exclusivas de este acabado. La pintura de nuestra unidad de pruebas era la “Ice Silver” metalizada, que cuesta 650 euros como el resto de opciones a excepción de la “Crimson Red” que es gratuita.
Al entrar al Subaru Outback encontraremos unos butacones, ya que con el tamaño que tienen se queda corto lo de butaca. Disponibles en tela, cuero sintético o cuero Nappa (en este caso eran los segundos) ofrecen unas grandes posaderas que elevan el nivel de la comodidad en largos viajes. Me gustó también el mullido y como recogen lateralmente, siendo fácil encontrar tu postura al volante gracias al ajuste eléctrico de serie.
El tamaño de los botones físicos lo podemos trasladar a los virtuales que encontraremos en la pantalla multimedia central. Ésta fue la principal novedad del interior en la última renovación del Subaru Outback y cuenta con un tamaño de 11,6 pulgadas en formato vertical. Su única pega, que también pasaba con la anterior, es que no tiene navegador nativo, por lo que siempre tendremos que utilizar nuestro móvil para esta función (Android Auto o Apple CarPlay). Y por ahora, el modelo japonés no cuenta con panel de instrumentación digital ni como opción.
En estas plazas delanteras la amplitud es bastante buena y creo es que incluso mejor en las posteriores. De partida, la fila de asientos se ha colocado un poco más alta mejorando la visibilidad de estos ocupantes, pero sin restarles espacio para las cabezas. Es más, en esta cota y en anchura es el mejor entre sus rivales, siendo solo superado por el Skoda Superb y el Volkswagen Passat en el hueco para las piernas, que tampoco es nada malo. La pena, teniendo en cuenta la buena anchura citada, es que no se haya aprovechado para darle forma de asiento a la plaza central, porque bajar más el túnel central sería complicado al contar de serie con tracción total.
Lo mismo podríamos decir de la capacidad del maletero del Subaru Outback. En concreto dispone de 561 litros, de nuevo solo superado por los modelos del Grupo Volkswagen antes mencionados, aunque perdería en una comparativa frente a un SUV del mismo tamaño. En la última renovación se aprovechó para cambiar el capó por uno más ancho y hay que tener en cuenta que en caso de optar por la variante de GLP, el depósito del gas ocupará el espacio de la rueda de repuesto (en nuestra unidad de pruebas había unos compartimentos).
Prueba Subaru Outback: alto confort en carretera y sin rival fuera de ella
Apretamos el botón de arranque y nos saluda el característico motor del Subaru Outback. Heredado de su predecesor, recordamos que es un 2.5 litros gasolina con arquitectura bóxer, con 169 CV y 252 Nm de par motor, asociado siempre tanto al cambio automático Lineatronic (CVT) como a la tracción total permanente. Tiene una naturaleza muy progresiva, tanto en el modo “I” como en el “S”, por lo que coge velocidad de forma tranquila, pero sin que tengas la sensación de que le falta potencia para mover al conjunto.
Siempre me ha parecido que al cambio de Subaru hay que cogerle el truco para que no se revolucione demasiado, pero creo que tras ese proceso de adaptación y las últimas mejoras realizadas por los ingenieros (simula ocho velocidades que se pueden cambiar con las levas), el ruido que provoca es mucho menor.
Haciendo recuento, ya hemos destacado los asientos, la progresividad del motor y su cambio automático como elementos que suman comodidad a bordo y el colofón lo tenemos en las suspensiones. Su tarado busca aumentar el confort al máximo, invitando a una conducción tranquila.
La dirección ofrece, por su parte, un tacto blando, por lo que tampoco incita a entrar muy fuerte en las curvas. Estos dos últimos aspectos señalados le restan dinámica, pero son esenciales a la hora de ofrecer un gran rendimiento fuera del asfalto, donde este Subaru Outback no tiene rival en su segmento. Sumaremos también una mayor altura al suelo (21,3 cm ahora) que permiten tener unos mejores ángulos todoterreno o el X Mode, que prepara de forma electrónica el coche para superficies resbaladizas.
Respecto a los consumos, se puede decir que este Subaru Outback es un coche un poco glotón. Lo normal en estos días que he convivido con él es situarse en una media en torno a los 9 litros. En algunos trayectos favorables con ritmos constantes se puede llegar a bajar a 8,5 (ha homologado una décima más), pero como te animes con el acelerador lo normal es superar los 10 litros sin problemas.
¿Qué Subaru Outback comprar?
La gama del Subaru Outback está compuesta por tres acabados, de los cuales podríamos decir que el Trek y el Field están al mismo nivel al compartir el precio de 42.500 euros, mientras que por encima queda el Touring por 46.900 euros. Los dos primeros se diferencian en el apartado estético y ahí yo lo dejaría a elección de cada uno, pero en el Field de mi unidad de pruebas los asientos son de cuero, mientras que en el otro son de tela. Ya solo por eso para mí se impondría. El último me parece una diferencia grande para lo que ofrece, elementos, por otro lado, de los que podría prescindir.
También existe la posibilidad de adaptar este Subaru Outback para que pueda funcionar indistintamente con gasolina o GLP. La conversión cuesta 2.000 euros y se instala un depósito de 61 litros útiles en el hueco que ocupa la rueda de repuesto. Puede ser una buena opción en caso de tener surtidores de gas cerca de casa, ya que, por ahora, el coste de este combustible sigue siendo menor. Además, la autonomía total se dispara por encima de los 1.000 km.
Los rivales del Subaru Outback
El Subaru Outback es un coche muy peculiar por su arquitectura mecánica y por lo especializado que está en moverse fuera del asfalto. Por eso de primeras voy a descartar a modelos familiares de este tamaño que no tienen aspiraciones camperas o versiones con tracción total, como podría ser un Citroën C5 X.
Para mí el gran competidor de nuestro protagonista de esta prueba es el Skoda Superb. Ya he comentado que su interior es un poco más amplio, pese a tener un centímetro menos de longitud, y con el acabado Scout asociado al motor TSI de 150 CV empieza en 43.600 euros. A este suma otras cuatro opciones más, por lo que ofrece una oferta más variada.
A partir de aquí las opciones que quedan pertenecen a marcas premium, ya de por sí más caras que Subaru y que además ofrecen motores de partida más potentes que el 2.5 bóxer de nuestro modelo japonés. Por orden de precio tendríamos el Volkswagen Passat Alltrack (53.545 euros), el Audi A4 Allroad (56.050 euros) y Volvo V60 Cross Country (58.199 euros).
