Acudimos a la presentación europea del renovado Mazda CX-5 para comprobar en qué cambia con respecto a su antecesor. Estas son nuestras impresiones...
- Tres nuevos acabados para el Mazda CX-5 2022
- Precios del nuevo Mazda CX-5
- Diseño: diferentes enfoques
- Interior: ligeros matices
- Motor: todo sigue igual
- Comportamiento: teóricamente más confortable
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El Mazda CX-5 suma ya más de 3,5 millones de unidades vendidas en todo el mundo (más de 500.000 en Europa) y, para seguir en la senda del éxito, su segunda generación acaba de recibir ahora un rediseño que afecta ligeramente a la estética y sobre todo al equipamiento. La marca nipona también anuncia mejoras en el chasis, así que veamos cómo cambia el tercer modelo de Mazda más vendido en nuestro país y si realmente se notan sus novedades. Así es este nuevo Mazda CX-5 2022.
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Tres nuevos acabados para el Mazda CX-5 2022
Uno de los aspectos más destacados es la incorporación de tres nuevos acabados o ediciones especiales que se añaden al catálogo actual. Se trata de los Newground y Homura, que se sitúan entre los Origin y Evolution y Evolution y Zenith, respectivamente, luciendo detalles exclusivos que acentúan su atractivo. A ellos se suma el tope de gama Signature que, basado en el Zenith, ofrece todavía un enfoque más lujoso y premium.
Lo que se mantiene intacto es el apartado mecánico. Sin opciones Eco, siguen estando a la venta las versiones Skyactiv-G 2.0 y 2.5 de gasolina (165 y 194 CV) y las Skyactiv-D diésel de 2,2 litros con 150 y 184 CV. Repasemos los precios y profundicemos en los detalles…
Precios del nuevo Mazda CX-5
- Skyactiv-G 2.0 165 CV MT 2WD Origin: 30.900 euros.
- Skyactiv-G 2.5 194 CV Aut. 2WD Newground: 39.700 euros.
- Skyactiv-D 2.2 150 CV MT 2WD Origin: 33.900 euros.
- Skyactiv-D 2.2 184 CV Aut. 2WD Origin: 37.700 euros.
*Precios PVP de las distintas versiones de acceso.
Nuestra valoración: 7,8
Diseño 9
Motor 7
Comportamiento 7
Interior 8
Equipamiento 9
Consumos 7
Destacable
- Relación precio/producto/equipamiento
- Gama variada
- Valor residual
- Rumorosidad diésel 150
- Sin opciones Eco
- Cambios en el chasis poco notables
Diseño: diferentes enfoques
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Estéticamente, el nuevo Mazda CX-5 incorpora unas ópticas rediseñadas que equipan de serie faros led y que, en opción, pueden ser hasta matriciales. También se han añadido nuevos detalles en la parrilla, nuevos diseños de llantas (ahora de 19 pulgadas en todos los acabados) y unos paragolpes ligeramente modificados.
Sin embargo, la gran novedad llega con el estreno de los nuevos acabados Newgroung, Homura y Signature. El primero acentúa la imagen campera de todo SUV, con pasos de rueda cubiertos de plástico y detalles en un nuevo verde lima que contrasta a la perfección con el nuevo tono de carrocería Zircon Sand metallic (una especie de verde camuflaje.) El Homura (fuego, en japonés) adopta un estilo más dinámico con piezas en negro brillante como los pasos de rueda, las carcasas de los retrovisores o el marco y el fondo de la parrilla. Por su parte, el Signature ofrece una vista mucho más elegante y lujosa con pasos de rueda en el mismo color de la carrocería y diversas molduras cromadas. Estos dos últimos (que también están disponibles en el renovado Mazda2) agrandan el tamaño de la doble salida de escape.
Interior: ligeros matices
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Motor: todo sigue igual
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En la gama mecánica no hay cambio alguno. Siguen los mismos Skyactiv-G 2.0 y 2.5 de gasolina con 165 y 194 CV y los mismos Skyactiv-D diésel de 2,2 litros con 150 y 184 CV. El gasolina menos potente, siempre de tracción delantera, se puede asociar a una caja de cambios manual o automática. El 2.5 no se puede adquirir manual, pero sí es posible decantarse por él en 2WD o 4WD. Por su parte, el diésel de acceso se une siempre a una caja manual que transmite el par al eje delantero, mientras que el de 184 CV automático puede ser delantera o total.
Durante nuestra toma de contacto pudimos conducir tanto el diésel manual de 150 CV como el gasolina manual de 165. Hay un mundo de diferencia entre ambos, aunque los dos tienen sus luces y sus sombras. Lo más destacable es que el sonido del diésel, que tiene una respuesta bastante lineal pero con prestaciones suficientes, se escucha demasiado en el interior del coche incluso al ralentí… Eso sí, sus medias de consumo son muy comedidas (rondan los 6 l/100 km o incluso menos.) El gasolina, sin embargo, es mucho más refinado tanto en su sonido como en su funcionamiento. Las prestaciones también se notan mejores y la respuesta, mucho más viva. Ahora bien, las medias de consumo registradas superan ya los 8 l/100 km.
Comportamiento: teóricamente más confortable
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En cuanto a la dinámica, Mazda asegura haber modificado el tarado de suspensión para hacerlo algo más dócil y confortable, aunque lo cierto es que en la práctica el cambio apenas se nota (y quien lo note lo achacará más a los nuevos asientos.)
También han mejorado el funcionamiento del G-Vectoring Control Plus, el sistema encargado de aplicar una ligera fuerza de frenado en las ruedas exteriores en el momento en que el volante retorna a su posición central, con el fin de optimizar la estabilidad y la respuesta en condiciones de emergencia.