Parece que todos los intentos de Hertz por resurgir tras acabar en el fango no están funcionando. El gigante de coches de alquiler hizo un ‘all in’ en Tesla y compró nada menos que 100.000 unidades para que sus clientes alquilaran vehículos 100 % eléctricos, pero la jugada les salió tan mal que el CEO de la compañía tuvo que dimitir.
Las cosas no van a mejor: han comunicado pérdidas de 588 millones de dólares en costos de depreciación de su flota durante el primer trimestre del año más otro buen puñado de millones por el mantenimiento de sus coches eléctricos. Ahora quieren deshacerse de otro lote de Tesla.
Hertz necesita colocar otros 10.000 Tesla de su flota a un precio de derribo
Y es que las empresas de alquiler de coches tienen que comprar y vender muchos vehículos con regularidad; cuando compran un automóvil, tienen que estimar su valor dentro de un par de años y Hertz no hizo bien los cálculos. En octubre de 2021 compró 100.000 Tesla, pero a un precio más alto: a finales de 2022 y principios de 2023 la compañía de Elon Musk metió la tijera a sus modelos e hizo bajar el valor de los que ya había comprado la empresa de alquiler.
Pantallazo de la web de Hertz.
Y Tesla no es la única marca. En 2022, Hertz y Polestar llegaron a un acuerdo para que la marca sueca suministrase 65.000 unidades de sus coches eléctricos a la alquiladora hasta 2027, pero Hertz canceló el pedido. También la alquiladora alemana Sixt decidió deshacerse de sus Tesla, y la decisión tuvo mucho que ver con su valor residual.
Hertz asegura que seguirá su camino hacia la electrificación y la recuperación de fondos, pero no al ritmo tan bestia que había tomado.