En esta imagen de archivo, vista de una planta de SAIC Volkswagen a las afueras de Urumqi, en la región autónoma de Xinjiang, en el noroeste de China, el 22 de abril de 2021. (AP Foto/Mark Schiefelbein, archivo)
TAIPÉI, Taiwán (AP) — Fabricantes de autos como Tesla, General Motors, Volkswagen y Toyota no se aseguran de que en sus cadenas de suministro en China no se utilice trabajo forzoso, indicó un informe publicado el jueves por Human Rights Watch.
Se acusa a China de llevar a cabo programas de transferencia de mano de obra en los que se obliga a uigures y a otras minorías túrquicas a trabajar en fábricas como parte de una larga campaña de asimilación y detenciones masivas.
En 2022, un reporte de Naciones Unidas concluyó que China podría haber cometido crímenes de lesa humanidad en Xinjiang, donde se estima que más de un millón de uigures han sido detenidos de forma arbitraria como parte de las medidas que el gobierno de Beijing dice que están destinadas a luchar contra el terrorismo y el independentismo.
El Ministerio de Exteriores chino no respondió de inmediato a las preguntas sobre el reporte enviadas por fax por The Associated Press.
Desde 2022, Estados Unidos exige a los importadores de cualquier mercancía elaborada en Xinjiang que demuestren que no se produjeron con trabajos forzosos para evitar sanciones.
El informe de Human Rights Watch sostiene que en lo relativo al aluminio de Xinjiang, sus orígenes son difíciles de rastrear, especialmente cuando se envía a otras partes del país y se convierte en aleaciones.
Más del 15% del suministro de aluminio de China y alrededor del 9% del mundial tiene su origen en Xinjiang, de acuerdo con los datos del sector. La industria automotriz global lo utiliza para piezas que van desde la bastidores de autos a ruedas o componentes de las baterías.
Las proyecciones indican que la demanda global de aluminio de duplicará entre 2019 y 2050 debido en parte de la creciente popularidad de los autos eléctricos, apuntó el Instituto Internacional del Aluminio, un grupo sectorial con sede en Reino Unido.
“China es un actor dominante en la industria automotriz, y los gobiernos deben garantizar que las empresas que construyen autos con piezas compradas en China no se vena manchadas con la represión gubernamental en Xinjiang”, dijo Jim Wormington, investigador en Human Rights Watch. “Hacer negocios en China no debería significar tener que usar o beneficiarse del trabajo forzoso”.
El reporte denuncia que las automotrices han cedido a la presión del gobierno chino y permitieron controles más laxos de sus operaciones en China que en otros países, lo que eleva el riesgo de que en sus cadenas de suministro se emplee mano de obra forzada.
Las restricciones gubernamentales en sectores clave llevan a la mayoría de las fabricantes de autos extranjeras a formar emprendimientos conjuntos con firmas locales.
Toyota indicó en un comunicado que examinaría el informe de HRW y apuntó que el “respeto de los derechos humanos” forma parte de sus valores.
Volkswagen, por su parte, afirmó que tiene un sistema de gestión de riesgos para la compra de materias primas a sus proveedores en China y que investiga de inmediato cualquier denuncia de trabajo forzado, además de buscar soluciones para evitarlo.
General Motors, Tesla y BYD no respondieron de inmediato a un correo electrónico pidiendo comentarios.