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BMW M3 Touring: qué se siente conduciendo un familiar deportivo de 510 CV

El BMW M3 Touring es la versión más potente y deportiva del Serie 3 familiar, y comparte toda la parte mecánica del BMW M3 Competition xDrive. Veamos cómo va.

En esta entrada te contamos cómo es el BMW M3 Touring Competition xDrive. Pero, ahora, nos vamos a centrar en explicar cómo va y qué se siente conduciéndolo. Decir que un coche equipado con un motor 3.0 turbo de 510 CV, 650 Nm de par, tracción total, cambio automático de ocho marchas y una aceleración de 3,5 segundos es tremendamente rápido, impresionante, exagerado, que te catapulta de una curva a otra y no sé cuántas cosas más, es una absoluta obviedad. Tú mismo llegas a esa impresión con sólo ver los datos del coche.

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Ahora bien, ¿qué se siente conduciendo un coche así? Tras más de 20 años probando coches en Autofácil, no hay duda de que esta generación del M3, incluyendo también el M4, que no deja de ser el mismo coche, es de largo la más sencilla de conducir. En BMW siempre se han mantenido fieles a la tracción trasera, o propulsión, o como quieras llamarlo, como uno de los pilares fundamentales de su concepto de deportividad. Y eso, mientras que los motores eran atmosféricos, era más o menos fácil de aprovechar.

Los BMW M3, M4, M5 o M6 siempre han sido coches divertidos y excitantes, sí, pero también un tanto exigentes en cuanto se intentaba ir deprisa con ellos. No eran coches para principiantes ni para manos poco expertas cuando se intentaba explorar sus límites. Así que, en muchos casos, uno se encontraba con coches con unos límites difíciles de explorar, sobre todo en una carretera, donde el sentido común ya te invitaba a dejar esa experiencia para un circuito.

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Aún así, con un BMW M3 E46 por ejemplo podías ir muy deprisa sin la sensación de que ibas a terminar en la cárcel o contra un árbol en cualquier momento. Pero la exponencial escalada de potencia de sus rivales alemanas empezaron a complicar las cosas. Los alemanes tienen sus cosas, como todos. Pero, en el caso de Audi, BMW y Mercedes principalmente, hay una especie de guerra eterna basada en el “y yo más”. Y en esas, Audi y Mercedes empezaron a aprovechar su tracción total para contar con motores turbo mucho más brutales de lo que hubiéramos imaginado hace 20 años.

Esa tracción total era clave no sólo para asegurar una buena capacidad de tracción, sino también para hacer que los coches fueran conducibles por casi cualquier conductor. BMW se dio cuenta de que en el BMW M3 y superiores ya no había más remedio que optar por la tracción total, reservando la tracción trasera para el M2, que en realidad es lo más cercano a los M3 originales por tamaño y concepto… y que no tiene rival directo en Audi o Mercedes.

Así que el actual BMW M3, como este Touring Competition xDrive, es un coche tremendamente rápido, sí. Demasiado, como sus rivales. Es un coche exagerado para circular por carretera, un coche con el que no llegas a ir al 50% de sus posibilidades y ya vas por encima de los límites legales y, normalmente, del sentido común.

Sin embargo, la cuestión no es lo que corre, sino cómo corre. Y ahí nos encontramos con un coche muchísimo más fácil de llevar que el anterior M3, con el que puedes acelerar mucho antes a la salida de las curvas, con un eje delantero cuyo nivel de adherencia y precisión no parece tener límite y, ahora sí, con un eje trasero que va siempre por donde tú quieres que vaya, sin intromisiones de un control de tracción y de estabilidad que, en otros tiempos, se habría forrado si hubiese cobrado las horas extra de trabajo.

Además, es un coche muy comunicativo, que te permite sentir lo que pasa entre las ruedas y el asfalto en todo momento. Por supuesto, puedes optar a quitar el control de estabilidad y jugar con el grado de bloqueo del diferencial trasero para tratar de jugar con el gas a la salida de las curvas pero, sinceramente, el coche agarra tanto, tiene tanta potencia y par y pesa tanto (recordemos que son 1.940 kilos de coche…) que tratar de hacer esto en carretera es algo completamente fuera de lugar. Ahora bien, en un circuito te lo puedes pasar francamente muy bien.

Hay mucho motor, hay un sistema de tracción increíblemente eficaz y hay una dirección muy precisa, pero también hay unos frenos que, al menos en esta unidad, son tan potentes como infatigables, pues son cerámicos (viene con el paquete M Race Track, por 21.081 euros), y una suspensión adaptativa que contiene muy bien los movimientos de la carrocería asegurando al mismo tiempo un buen trabajo en las zonas bacheadas, sobre todo en los dos primeros niveles de dureza de los tres que tiene (el más duro es más eficaz si el asfalto está en perfecto estado, como en un circuito).

Con todo, conducir un BMW M3 Touring es más fácil que nunca, sobre todo cuanto más deprisa se intenta conducir. Y eso, en cierta forma, es gratificante. Ahora bien, tener tanto potencial que es imposible de aprovechar, en muchos casos puede resultar también frustrante…

En cualquier caso, es un coche que disfruta mucho conduciéndolo. Por cómo suena, por su forma de responder, por la caja de cambios… es capaz de transmitir unas sensaciones que, por desgracia y con la llegada de los eléctricos, serán difíciles de encontrar en un futuro a medio plazo. Es una pena. Y, precisamente por eso, es más que probable que estamos, quizá, ante el mejor M3 que ha existido y que vaya existir si mezclamos prestaciones puras, eficacia, sensaciones al volante y diversión y facilidad de conducción.

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