Hoy en día, las minivanes no son tan populares como lo fueron hace algunas décadas, como en los años 90 e inicios de los 2000. Ya sea por tamaño, diseño o la idea de ser una “mamá van” han hecho que pierdan popularidad. Sin embargo, son de lo más cómodas para largos viajes además de que, en su mayoría, tienen una potencia muy buena.
Aunque la mayoría de las minivanes han usado un V6, hoy se integran mecánicas híbridas, la única que llegó a incorporar una configuración mecánica digna de auto deportivo. Fue la Toyota Previa, que era diferente a lo ofrecido en la época.
Foto: Toyota USA
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¿Una minivan súper deportiva?
Al inicio de su comercialización, la Toyota Previa ofrecía un motor de 2.4 litros naturalmente aspirado de 133 caballos de fuerza, con transmisión manual de 5 velocidades o automática de 4 cambios. Pero la gran diferencia era el motor central, así como si fuera algún Ferrari, pero con mucha menos potencia.
Para compensar la falta de potencia, Toyota instaló un supercargador a la Previa para 1994, que incrementaba la potencia a 158 caballos de fuerza y también mejoraba el consumo de combustible. Por si fuera poco, se ofrecía en tracción trasera y también estaba disponible con AWD.
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Poco popular
A pesar del esquema mecánico tan diferente y la única minivan de motor central supercargado, la Toyota Previa no tuvo el éxito deseado en Norteamérica por la forma de la carrocería similar a un huevo o frijol, menor potencia comparado con la competencia y el alto precio.
En 1997 se dejó de ofrece y fue ahí cuando nació la Toyota Sienna. Sin embargo, la Previa continuó vendiéndose en otros mercados, como Australia o el Sureste Asiático, con una vida hasta 2019 con tres generaciones.
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