Las ventajas de los turismos grandes en espacio y confort, pero sin sus inconvenientes en precio y consumo. El Toyota Camry, un modelo muy conocido en el mundo pero que llega a España por primera vez, es una berlina de 4,89 metros que permite encontrar un punto de equilibrio entre estas características: rinde 218 CV y ofrece prestaciones desahogadas, pero gracias a su mecánica híbrida anuncia un gasto medio oficial de apenas 5,3 litros (WLTP).
El Camry se postula así casi como una compra maestra entre las berlinas grandes populares, aunque tiene también sus pegas. Es un clon del Lexus ES y cuesta 12.500 euros menos, porque presenta acabados más sencillos y un equipamiento de serie inferior.
Y este es uno de los puntos menos convincentes del Toyota Camry, porque la cabina, a pesar de ser amplia y cómoda (cinco plazas, maletero de 524 litros), incluye detalles demasiado sencillos para un turismo de última generación de este nivel, como la tapicería de los asientos y los gráficos del centro multimedia y el navegador.
La mecánica híbrida otorga una respuesta desahogada en cualquier situación (adelantamientos, viajes…) y permite acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanzar 180 km/h. Y el consumo es siempre comedido: 6,5 litros a ritmos suaves y uno más al aumentar el brío.
El comportamiento es eficaz, porque rueda con aplomo y confort en autopista, y ofrece mayor agilidad de la esperada en carreteras secundarias. Y aunque el cambio automático CVT sigue elevando mucho las revoluciones (y la sonoridad) al acelerar con decisión, el efecto es menos evidente que en otros modelos híbridos de Toyota y ofrece mejores sensaciones.
El Toyota Camry suma siete generaciones (esta es la octava) y 19 millones de entregas desde su nacimiento en 1982. Y en EE UU ha llegado a ser el turismo más popular y el sexto modelo más vendido del mercado.